Javiera Peón-Veiga, bailarina y directora de «Nosotres»: “Hay que fomentar el respeto, no la tolerancia”

Una lectura abierta de la teoría queer desde la danza contemporánea es la que la obra “Nosotres” ofrece en la nueva temporada que se inicia este miércoles 22 en el teatro de la Universidad Mayor en Santiago

Por Cristobal Cornejo

21/08/2012

Publicado en

Artes / Cultivos Chilenos / Portada

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Una lectura abierta de la teoría queer desde la danza contemporánea es la que la obra “Nosotres” ofrece en la nueva temporada que se inicia este miércoles 22 en el teatro de la Universidad Mayor en Santiago. Hablamos con su directora, Javiera Peón-Veiga, sobre las posibilidades que la danza ofrece a la interpretación de una teoría filosófica que rechaza las identidades binarias (hombre/mujer, homosexual/heterosexual…) entendiéndolas como construcciones socio-políticas, no naturales.

Aunque la teoría queer lleva décadas de desarrollo –al punto que algunas/os dicen que ‘ya fue cooptada por la academia’- es aún desconocida para muchas de personas. Su relativa complejidad- dada más que nada por su inversión de perspectiva- ha impulsado su interpretación desde diversos ámbitos de las artes (video, performance, poesía…) a los que hoy la obra de esta coreógrafa y bailarina chilena agrega la danza contemporánea.

Según su autora, «Nosotres» recoge este legado: no hay una única forma de significar hombre o mujer. Por eso su nombre propone la ‘e’ como intersección o punto de fuga, creando así un signo abierto, que escapa a la fórmula binaria masculino-femenino.

Peón-Veiga se licenció de psicología, pero luego se entregó por completo a su pasión de niña. Se formó como bailarina e investigadora en Europa y volvió a Chile para aportar sus conocimientos, participando en proyectos como Relevo y el Festival Movimiento6 y en instancias académicas donde ha ejercido la docencia.

Según su autora, “Nosotres” intenta desarticular la normatividad que opera como control de nuestros cuerpos, y busca otras maneras de representar y percibir la sexualidad, el género, el cuerpo y las relaciones. También intenta desestabilizar lo normal y “apelar a seres más inciertos, ambiguos, móviles, que no puedan ser fijados en una sola identidad”. En ese sentido, el influjo teórico de la filósofa Judith Butler permite ubicar su obra “en la comprensión del cuerpo como artificio, como construcción social y política, donde hay una dimensión técnica de eso que parece natural”, explica.

-¿Por qué crees que es necesario hoy, en nuestra sociedad, problematizar esa visión rígida de las identidades, considerando que, por ejemplo, hay sectores de las “minorías sexuales” que buscan reconocimiento legal de una cierta identidad específica?

-Creo que no empatizo con la noción de buscar una identidad específica, que es lo que hacen algunos organismos de minorías sexuales. Además, ¿qué es eso de minorías sexuales? Para mi modo de ver, defender un tipo de sexualidad o género, es igual de errado. La fijación de una identidad específica, como lo que proponen algunos movimientos, no es lo que me interesa; se valida una y otra vez la nomenclatura estática, se valora algo porque se le identifica, se lo categoriza, es pura taxonomía…

-¿Y cómo “Nosotres” hace frente a eso?

-El proceso que plantea “Nosotres” es otro, de hecho es todo lo opuesto: la idea es borronear, crear un cuerpo, o asumir un organismo, que no sea rígido, sin identidad única, lejos de una postura cristalizada, es algo más ambiguo, mutante, que en ningún caso pretende defender una identidad.

-¿Qué caminos ofrece la danza para esto?

-Mira, creo que la danza crea otros lenguajes que permiten este tipo de ambigüedad de la que te hablo. Al estar ausente la palabra, que es determinante porque significa, nos encontramos en presencia de cuerpos, y en ese sentido es mucho más amplio el espectro de la interpretación, es decir, el espectador está presenciando algo que no es determinado por significados fijos, la lectura del lenguaje de la danza se relaciona con la experiencia de cada espectador, es un proceso mas experiencial creo, es subjetivo lo que te pasa como espectador, la obra en sí no está tratando de decirte tal o cual cosa, solo estás en presencia de estos cuerpos y de su movimiento. Es una experiencia más vinculada a la percepción que a la razón.

En “Nosotres”, un espacio de cuatro márgenes –que podría ser una cama, una pista de baile o de combate- cobija a tres intérpretes cuya indefinición genérica va resolviéndose a medida que avanza la obra; aunque nunca de manera cerrada, sino entregando elementos para una re-significación que queda a manos del espectador/ra. Aún con los significantes liberados, el erotismo se cuela de manera natural en esos cuerpos y en esos gestos, lo que potenciado por el estimulante apoyo sonoro y de iluminación generan una deliciosa experiencia estética.

-¿De qué manera dialoga el erotismo con la proyección política de las ideas que sustentan la obra?

-Dialoga a través de una búsqueda por descentralizar la atención de las zonas erógenas dominantes y más comunes, para así reivindicar otros espacios y superficies del cuerpo sobre los cuales poder aplicar prácticas sexuales pero desplazadas. Esto surge por influencia de las prácticas contra-sexuales que propone Beatriz Preciado, con el fin de poner en tensión los usos habituales del cuerpo y encontrar otros modos de tratamiento y acción sobre sí mismo y sobre los otros. Yo diría más bien que en el intento por desviar la atención sobre lo genital y por desexualizar el placer, aparecen cuerpos sensibles y erogeneizados en su globalidad, así como emerge una erotización de los diversos modos de uso del poder.

-En ese sentido, ¿cuáles identificas como los mayores obstáculos en nuestra sociedad para generar una nueva relación con el placer y nuestros cuerpos, más allá de la genitalidad?

-No sé, nuestra sociedad es compleja. De partida es católica, y con un vínculo con el cuerpo bastante anulado. Es cosa de ver, por ejemplo, cómo las clases de gimnasia en la etapa escolar son casi inexistentes. Esto nos predispone, como sociedad, a estar desconectados de nuestra fisicalidad y de la potencia corporal. En países como China, o India, por decirte algunos, desde la base de la cultura se está en contacto con el cuerpo, es una necesidad fundamental para estar en un estado de salud, de armonía, que necesariamente involucra al cuerpo, por que somos cuerpo. Acá, por el contrario, tenemos las farmacias, es decir, nos vamos a puro parche.

-Otro elemento particular en “Nosotres” es la elección de las/os intérpretes. Dos bailarinas y un bailarín. Éste último distante del estereotipo atlético normalmente asociado a la danza, aunque no por eso menos efectivo. ¿Cómo fue el proceso de selección y trabajo con ellos?

-En mi experiencia, la selección de los intérpretes responde a las necesidades de cada proyecto. En este caso, ciertamente la selección obedeció a buscar cuerpos que no necesariamente respondieran a los estándares que producen las imágenes mediáticas y, en general, la sociedad como lo normal. A su vez, me interesó buscar cuerpos menos esperables para un contexto de danza, que tuvieran sus particularidades y que no fueran homogéneos entre sí, reivindicando así la diferencia de cuerpos y por tanto de sujetos. Los cuerpos de los intérpretes no responden a la imagen convencional de un bailarín, fácilmente asociada a un cuerpo musculoso perfecto.

-¿Y en relación al trinomio, al número tres, al trío…?

-Respecto al número y combinación de intérpretes, como el proyecto busca romper con la fórmula binaria (masculino-femenino, hombre-mujer, humano-animal, homosexual-heterosexual, etc), me pareció evidente trabajar con tres intérpretes, para desestabilizar la pareja, lo dual, y explorar el trío así como las posibilidades que podían aparecer en esa figura triádica que se escapa del modelo de la pareja. En ese sentido, me pareció interesante que fueran dos mujeres y un hombre (y no al revés), para subvertir de alguna manera la sobre-dominación masculina.

-¿De qué manera crees que una obra como “Nosotres” puede aportar a un cambio de mentalidad y autopercepción en una sociedad como la chilena?

-En la práctica la sociedad chilena tiene estructuras de poder muy anquilosadas y veo lejano que se invierta esa dinámica. Para esto, hay que fomentar una sociedad equitativa, menos prejuiciosa, y eso se inicia con la educación de los sujetos, dándole importancia al fomento del respeto, no a la tolerancia, que según Maturana es una negación en suspenso. Acá se habla mucho de tolerancia, pero en el fondo nadie respeta a nadie, ni a nada. En ese sentido, el arte siempre es parte de la sociedad donde se produce; por lo tanto, te encuentras en la danza con la mujer con el vestido y el hombre con los pantalones, especialmente si vas a ver algo que está dentro del circuito más oficial y reconocido.

“Nosotres” se presenta hasta el 1º de septiembre en la Sala de Teatro de la Universidad Mayor en el marco del ciclo de danza contemporánea “Corpus Alterno”. Luego, se trasladan a Valdivia el 12 y 13 de octubre, y posteriormente a Concepción el 8 y 9 de diciembre.

+ INFO www.nosotres.cl

Por Cristóbal Cornejo

El Ciudadano

NOSOTRES

Desde el 22 de agosto al 1° de septiembre de 2012, miércoles a sábado 20:00 horas en Sala de Teatro Universidad Mayor en Ciclo de Danza Contemporánea Corpus Alterno

Dirección: Santo Domingo #711, Santiago Centro

Valores: Entrada General $3.000 y 2×1 Estudiantes (solicitar en [email protected])

Venta de entradas: El mismo día de cada función en boletería, reservas al 3281867

Jueves 23 y 30 de agosto, conversación con el equipo luego de la función.

FICHA TÉCNICA

Concepción y dirección: Javiera Peón-Veiga

Creación e interpretación: Macarena Campbell, Aische Schwarz, Johnatan Inostroza

Diseño integral: Claudia Yolín y Antonia Peón-Veiga

Creación sonora: Angélica Vial

Documentación y acompañamiento teórico: Natalia Ramírez Püschel

Diseño web y video promocional: Andy Dockett

Registro audiovisual: Paulo Fernández

Fotografía: Fabián Cambero y Sebastián Vial

Producción general: Anne Reungoat

Comunicación y prensa: Vc Comunicaciones

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