De manera artesanal

«Refrescan» el rebozo boliviano para reimpulsar su uso

La moda y la globalización alejan a las nuevas generaciones de su uso

El rebozo es una prenda de vestir femenina usada en México, Centroamérica y algunas zonas de Sur América.

Su forma es rectangular y de una sola pieza, mide entre 1.5 metros hasta 3 metros de longitud, y pueden ser hechos de algodón, lana, seda y articela.

Se llevan como bufandas o a manera de chales. Las mujeres a menudo los utilizan para cargar a sus hijos y cargar productos del mercado.

La pieza sigue usándose en las comunidades indígenas, sin embargo las generaciones más jóvenes ha perdido interés en su usoFoto Web.

La historia cuenta que el rebozo es un producto derivado del mestizaje  producido por la llegada de los españoles. Se sabe que los indígenas mexicanos la empleaban ya antes del arribo de los europeos, pero la palabra rebozo no aparece en la lengua hispana sino hasta el año 1562.

La pieza sigue usándose en las comunidades indígenas, sin embargo en las generaciones más jóvenes ha perdido interés su uso, como consecuencia de la moda y la globalización.

Hace dos años, una mujer originaria boliviana comenzó a estilizar esta prenda de vestir y a imprimirle pequeños cambios, especialmente para atraer a los jóvenes a que la utilicen con orgullo; pese a los cambios, las piezas no han perdido su esencia andina y la identidad del pueblo Guaranga, representado por los colores vivos, los animales y la naturaleza.

La labor la lidera Elsa Tenelema que, con el apoyo de su familia, trabaja en la recuperación de la vestimenta indígena, para que los niños y jóvenes la retomen, ya que se ha observado que poco a poco han dejado de usarla en las comunidades, asegura un informe del diario ecuatoriano El Comercio.

Refrescan el rebozo boliviano para impulsar su uso entre la juventud. Foto Web.

Las telas de color rojo, verde, negro, blanco, fucsia, amarillo y azul abundan en la casa de Tenelema.  La mujer, de 55 años, instaló en una de las tres habitaciones de la vivienda el taller artesanal, en el cual borda los rebozos de las comunidades indígenas de la provincia de Bolívar.

En la comunidad es el único taller que aún mantiene esta tradición del tejido elaborado a mano y en máquina de coser. Tenelema explicó que el rebozo es sujetado con un tupo o prendedor de plata.

La vestimenta se complementa con una blusa blanca con bordados, el anaco, la chumbi o faja ajustada a la cintura y el sombrero blanco con cinta negra o de colores.

“Con los cambios nuestros y la campaña iniciada por la Viceprefectura, nuevamente se está usando la vestimenta. Ahora se siente más  orgullo por nuestra cultura”, dijo Tenelema.

Los conocimientos de este arte los aprendió la mujer de su suegro Manuel Chimbolema, quien era uno de los reconocidos artesanos de la zona. Cuando sus clientes solicitan las telas tejidas en telares con lana de borrego, Tenelema viaja a Salasaka para comprar estas prendas, luego son adornadas con las figuras o solo utilizan el paño, que es más económico.

“Antes los taitas de la comunidad tejían en los telares con el hilo de borrego, pero estos saberes se perdieron con el tiempo”, afirmó la artesana.

Las ventajas de ir cargado en rebozo al bebé es que disminuyen los cólicos, ya que al ir vientre con vientre en una posición vertical, ayuda al sistema digestivo que aún es inmaduro. Foto Web.

Cuenta que la vestimenta en todas las comunidades como Vinchóa Grande, Tulapungo, Castillo, Palta, Vinchóa Chaquishka o Chivo Uku es similar; lo que les diferencia es el sombrero blanco que lleva una cinta negra, otros tienen colores o el negro cruzado en cruz.

El rebozo no es solo una prenda de adorno, sino también una pieza utilitaria usada para cargar a los bebés, algo que le trae muchos beneficios tanto al recién nacido como al porteador, madre o padre.

Las ventajas de ir cargado en rebozo al bebé es que disminuyen los cólicos, ya que al ir vientre con vientre en una posición vertical, ayuda al sistema digestivo que aún es inmaduro.

El bebé se integra a la vida social: al ir a la altura de la madre en lugar de ir en la carriola a la altura de las rodillas, cualquier comunicación que tenga la madre también la tiene el bebé, lo que lo ayuda a ser más sociable.

Duermen mucho mejor: al ir siempre en contacto con la madre escuchan el latido de su corazón y su respiración, lo que les recuerda el vientre materno, están más tranquilos y se sienten seguros, lo que hace que duerman más tiempo.

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