Literatura sudamericana

Roberto Bolaño: nuevas ediciones de sus libros y la misma gran influencia en la narrativa de Argentina

Luego de años de ser publicado para Latinoamérica bajo el sello Anagrama, ahora será Alfaguara -editorial perteneciente al grupo Penguin Random House- quien se encargue de acercar al escritor chileno a los lectores de la región. Aprovechando esta ocasión, nos preguntamos sobre la influencia de Roberto Bolaño en la narrativa argentina contemporánea. Responden: Pedro Mairal, Walter Lezcano, Luciano Lamberti y Ariel Bermani. ¿Hasta qué punto el universo Bolaño cruzó la cordillera?

Por El Ciudadano Argentina

29/03/2017

0 0


La tierra del tango y del cuento

Roberto Bolaño parece haber abierto un antes y un después en la literatura en español  Para dar cuenta de su enorme peso en la narrativa contemporánea, podemos retomar el testimonio del poeta costarricense Luis Chaves en una entrevista para El Ciudadano: «Hoy se habla mucho de Bolaño y su fuerte influencia en la literatura actual. Algo parecido a lo que pasó con García Márquez y el realismo mágico. Latinoamérica siempre está saludable en lo que es literatura». Sin embargo, ¿qué sucede cuando hacemos zoom en la literatura argentina en particular?

(Leer nota relacionada: Entrevista a Luis Chaves: “Actualmente hay un grupo de escritores chilenos que está efervescente y hay que aprovechar”)

Argentina siempre fue un país reconocido por su narrativa. Autores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Abelardo Castillo, Rodolfo Walsh, entre muchos otros, realizaron verdaderas joyas de la literatura hispana para ser actualmente leídos y traducidos por todo el mundo. Ahora bien, pocos podían imaginar que un autor chileno lograría una verdadera revolución dentro de la narrativa actual. A lo sumo muchos hubieran apostado a la poesía, con autores como Pablo Neruda o Nicanor Parra, pero eso no fue así. Después de todo, ¿qué es la literatura sino el terreno de lo imprevisible?

Pocos podían imaginar que un autor chileno lograría una verdadera revolución dentro de la narrativa actual. A lo sumo muchos hubieran apostado a la poesía, con autores como Pablo Neruda o Nicanor Parra, pero eso no fue así. Después de todo, ¿qué es la literatura sino el terreno de lo imprevisible?

El reciente cambio de sello editorial encargado de publicar los libros de Bolaño volvió a reanimar una obra ya de por sí bastante activa y presente en el ambiente de las letras latinoamericanas. Las nuevas ediciones a cargo de la editorial Alfaguara, perteneciente al grupo editorial Penguin Reandom House, parecen querer simbolizar el peso que el autor nacido en Santiago de Chile tiene para la narrativa latinoamericana actual y particularmente, en los autores argentinos contemporáneos. Libros de gran tamaño y volumen, ofrecen unos amplios márgenes para que las anotaciones inevitables que produce leer a Bolaño tengan el lugar que necesitan.

En esa misma dirección, vale destacar que si bien por el aspecto y tamaño estas ediciones pueden parecer altamente costosas, se encuentran dentro de los precios corrientes que maneja la industria del libro. Así, no solo es posible llevarse una obra clave y extensa como Los detectives salvajes a un valor conveniente, lo que no es poca cosa, sino que el acceso al universo Bolaño sigue siendo posible. Aún para aquellos que, como el personaje de la mítica novela del autor chileno, tengan «sin motivo aparente, el corazón destrozado».

«Bolaño supo resolver muy bien el problema de cómo representar a Latinoamérica»

«Bolaño me interesa, no leí todo. Leí Los detectives salvajesEstrella distante y muchos cuentos. Hay a uno, “El gaucho insufrible” que es una parodia a un cuento de Borges y nos está tomando el pelo a los argentinos, esa fama de insufribles que tenemos. Bolaño era un gran pensador de la literatura argentina», sostiene Pedro Mairal, escritor argentino autor de novelas como Una noche con Sabrina Love, Salvatierra y La urguaya.

Por su parte, Luciano Lamberti asegura que lo primero que lo «enamoró» de Bolaño fue Estrella distante y a partir de ahí todo fue un camino del que no hubo regreso. «Casi enseguida alguien me prestó Los detectives salvajes y estuve a punto de enloquecer, y leí absolutamente todo lo que había disponible. A 2666 la leí de un tirón, la terminé y la volví a empezar. Es una novela embriagadora y me causó el mismo efecto que leer a Faulkner: la sensación de que había todo un mundo ahí», afirma el autor de La maestra rural (Random House, 2016).

Además, Lamberti no va a dudar en calificar la influencia que puede tener Bolaño para cualquier escritor contemporáneo:»Creo que escribir después de Bolaño es como escribir después de Borges: una especie de condena y de sombra maléfica para los que vienen después. Lo mejor que se puede hacer entonces es aceptarlo y seguir adelante». Finalmente, Lamberti no se va a ahorrar en elogios con el autor chilenos: «Como último escritor del Boom que fue, supo resolver muy bien el problema de cómo representar a Latinoamérica, como narrarse a sí mismo y como contar vidas de escritores en toda su miseria y su grandeza secreta»

 «Creo que escribir después de Bolaño es como escribir después de Borges: una especie de condena y de sombra maléfica para los que vienen después. Lo mejor que se puede hacer entonces es aceptarlo y seguir adelante», afirma Luciano Lamberti

Walter Lezcano, periodista y escritor que próximamente lanzará su novela Luces calientes por la editorial Tusquets, recuerda la primera impresión que le dejó leer a Bolaño en el contexto de una cursada terciaria: «lo pude disfrutar, interesarme por su forma de narrar y sentir también cierta fascinación por no comprender del todo bien cómo lo hacía. Quiero decir, podía lograr que parezca aventurero algo que no tiene ningún tipo de emoción externa como es la escritura, la lectura y esas cuestiones que impliquen procesos interiores«.

(Leer nota relacionada: Entrevista a Walter Lezcano: “La poesía de ninguna forma es exhibicionismo”)

Sobre la influencia del escritor chileno sobre los autores argentinos contemporáneos, Lezcano afirma: «veo que su voz sigue despierta en un cúmulo de lectores que se van sumando y entregando a ese mundo que él supo construir. En Argentina, creo no hay un escritor puntual que aborde sus temáticas pero sí creo que todos lo han leído y tienen una opinión formada sobre su literatura«. En la misma dirección, añade que «hay algo medio unánime alrededor de 2666. Creo que hay algo en ese libro que no deja de ser interminable por su misterio, diversidad, las condiciones en las que fue escrito, su condición de póstumo».

«Hay algo medio unánime alrededor de 2666. Creo que hay algo en ese libro que no deja de ser interminable por su misterio, diversidad, las condiciones en las que fue escrito, su condición de póstumo», destaca Lezcano

Al igual que Mairal, Lezcano también va a resaltar el conocimiento que Bolaño tenía sobre los autores argentinos: «Por otra parte Bolaño era fan de Borges, Cortázar y Bioy Casares. Y siempre tiraba centros para los escritores argentinos contemporáneos: Garcés, Fresán, Pauls, Aira. Sobre todo se lee en el libro Entre paréntesis. Y ese es un vínculo que él generaba y no puede pasarse por alto. Tanto es así que me parece una de las relaciones más fructíferas de los últimos tiempos, a nivel literario, de posicionamiento de la figura de escritor«, sentencia.

Por último, Ariel Bermani, escritor y docente de talleres literarios con más de una decena de libros publicados y pronto a sacar No sé nada sobre ballenas (Santos Locos, 2017), también comenta su primer acercamiento a Bolaño: «No sé cómo llegué a Bolaño. O, mejor dicho, no me acuerdo. Creo que por un intercambio de mails entre Bolaño y Piglia, que me impresionó. O por alguno de sus poemas. Su poesía es llana, lineal, pero muy emotiva. Está menos cargada de sub textos que su prosa«.

Luego, sobre su lectura de Estrella distante, señala:  «la sensación que me produjo en la primera lectura es que estaba frente a un escritor que me podía tirar pistas, trucos, estrategias: es decir, materiales de escritura. Es complejo y simple, a la vez». Bermani, a su vez, va a destacar la presencia de Bolaño en sus propias obras: «en mi escritura opera en una zona que me interesa cada vez más y que trabajé en la novela que escribí este verano: el cruce entre ficción e historia. Veremos si sigo por ese camino, pero mientras escribía esta novela pensé mucho en la obra de Bolaño».

«La sensación que me produjo en la primera lectura es que estaba frente a un escritor que me podía tirar pistas, trucos, estrategias», subraya Bermani

De esta manera, pese a cumplirse 14 años de la muerte de Bolaño, queda demostrado que su literatura no solo continúa viva, sino que se expande a lo largo de los autores del continente, especialmente del otro lado de la cordillera. Su tono llano pero profundo, secretamente pretencioso y que siempre escondía una última carta, sirve para definir -al menos en parte- la historia de Latinoamérica; ese continente que bien conoce sobre una de las máximas de Detectives salvajes: «Hay momentos para recitar poesías y hay momentos para boxear». 

Por Gustavo Yuste
@gusyuste

 

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones