Son del montón: Nuevo disco de Perrosky

La noche del sábado, en la Sala Master de la Radio de la Universidad de Chile, se produjo uno de los encuentros más fieros de los cuales se tenga memoria

Por Director

14/08/2010

Publicado en

Artes / Música

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La noche del sábado, en la Sala Master de la Radio de la Universidad de Chile, se produjo uno de los encuentros más fieros de los cuales se tenga memoria. En un ring montado sobre una alfombra sonora, se enfrentaban dos de las bandas más consecuentes de la región. Por un lado, Perrosky, el cual nos convocaba para presentar su nuevo disco: “Son del montón”. El quinto trabajo del duo, compuesto por los hermanos Gómez, que sin miedo, han decidido hacer un lanzamiento legendario, enfrentando en 8 asaltos, sin descansos y ante un centena de jueces, a los incorruptibles Como Asesinar a Felipes, el despiadado quinteto que planeó el combate.

Antes del encuentro, la tensión se podía cortar con una gillette. Al entrar al pequeño reciento, la impaciencia se hace notar antes de escuchar el rugido de las bases, las voces, la batería y la guitarra simplemente combatiba de Perrosky.

AEIOU, se llama el primer uppercut de la noche y primera canción del disco. Su coro, efectivamente, repite con simpleza irresistible las 5 vocales, casi como descubiendo, por fin, que son las bases más historicas de la lírica del rock. Así avanza el recorrido del disco, Diamantes es sencillamente impecable “y tú me dices que sólo quiero los diamante… 1,2,3, aquí voy… otra vez”.

“Lo que te falta a ti, es lo que no tengo yo”, se repite en Susana, una confesión existencialista que honra, sin duda, las raices de la canción. La maldad, La sangre de Inés, El vicio, El camino divino, El desaire, completan el disco, 8 temas grabados en diferentes años y sesiones, que destacan la propuesta de Perrosky como si fuera un solo de armónica gritando en el estribillo más blues de esta noche helada.

Un disco para escuchar fumando un cigarro liado, que representa, que está lleno de pesimismo y alegría, que minimiza a tal punto las letras que las engrandece.

Los cambios de ritmo y los golpes instrumentales son perfectos para bailar solo.

La noche avanza, la contienda se desarrolla dispareja, Como Asesinar a Felipes se luce con su gran juego de piernas, el canto y una muralla instrumental que en vivo, es realmente sorprendente. Van dos canciones uno y dos el otro, hasta que casi en la mitad del asunto, ambos deciden que la lucha es tan edificante que vuelcan toda la energía en repletar de historia a la Sala Master. Gran jornada, grandes bandas, gran disco me llevé en el abrigo esa noche, como una medalla de la guerra. Hace tiempo que una velada doble, no chorreaba tanta sangre en esta aburrida paz.

Por Felipe Oviedo

Foto: Aldo Benicasa

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