Análisis de las Elecciones Presidenciales y Parlamentarias en Chile: La ultraderecha avanza a paso firme

El Congreso está hegemonizado por la derecha, quienes lograrán fácilmente mayorías en la Cámara de Diputados, pero tendrán más resistencia en el Senado. Una agenda neoliberal y securitaria es fácil que avance en el Congreso, sin mayores trabas, incluyendo medidas en contra de la migración, populismo penal, rebajas de impuestos a empresarios, entre otras medidas neoliberales autoritarias.

Análisis de las Elecciones Presidenciales y Parlamentarias en Chile: La ultraderecha avanza a paso firme

Autor: El Ciudadano
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“Detrás de cada ascenso del fascismo
se encuentra una revolución fallida”
Walter Benjamin

Por Javier Pineda Olcay, Director de El Ciudadano

En estas elecciones presidenciales Jeannette Jara obtiene el primer lugar con un 26,8% de los votos, pero seguida estrechamente por José Antonio Kast, quien alcanzó un 23,9% de la votación. Franco Parisi, candidato del Partido de la Gente (PDG), da la sorpresa en las encuestas, alcanzando un 19,7% de los votos; Johannes Kaiser no logró dar el zarpazo a Kast, y se quedó con un 13,9% de la votación y Evelyn Matthei es la gran derrotada de la jornada, alcanzando solo un 12,5% del padrón. Matthei y Kaiser ya anunciaron su apoyo a Kast, mientras que Parisi dio libertad de acción, por lo cual Kast queda en buen pie para ganar la segunda vuelta presidencial.

Las candidaturas de los independientes Harold Mayne-Nicholls (1,3%), Marco Enríquez- Ominami (1,2%) y Eduardo Artés (0,7%), suman poco más de un 3%, dejando a la izquierda y centro izquierda con la peor votación de la historia contemporánea de Chile, al no superar un 30% del padrón electoral.

En el Congreso Nacional, en la Cámara de Diputados la derecha (34) y la ultraderecha (42) tendrán mayoría absoluta, pero sin alcanzar el quórum de cuatro séptimos, necesario para realizar reformas a la Constitución. Para ello necesitarían recurrir al PDG (14 escaños).

En el Senado, sorpresivamente, queda en un empate. La derecha (18) y la ultraderecha (7) suman 25 (hay que considerar comportamiento de Lee y Walker de Demócratas) y la centro-izquierda obtiene 25 (22 oficialistas y 3 independientes).

1.- Jeannette Jara se impone en la primera vuelta, pero no obtiene los resultados esperados. En esta elección un buen resultado hubiese sido aproximarse al 38% de los votos obtenidos por el Apruebo en el plebiscito de salida del primer proceso constitucional o bien, tener una diferencia de más de 10 puntos porcentuales con el candidato que pasara al balotaje. Sin embargo, sólo se obtuvo un 26.8% de los votos y con las sumas de Mayne- Nicholls, MEO y Artes, sólo se llega a un 30%.

Esto significa que para ganar la segunda vuelta deberá apelar al voto obtenido por Franco Parisi y a parte del voto histórico de la Concertación que apoyó a Evelyn Matthei. Los votos de los candidatos no son completamente traspasables y las sumatorias de los resultados de la primera vuelta no pueden ser sumados mecánicamente para una segunda, sin embargo, dados estos resultados la segunda vuelta presidencial está cuesta arriba para Jeannette Jara.

La candidatura de Jeannette Jara ha sido valorada – más allá de los esfuerzos por diferenciarse en las últimas semanas – como un gobierno de continuidad de Gabriel Boric, obteniendo una votación similar a los índices de aprobación del gobierno. Esto se ha transformado en un lastre, pues a pesar de las cifras macroeconómicas, este gobierno no implementó las transformaciones que prometió en la campaña presidencial de Gabriel Boric, asumiendo un programa que no era propio. Esto ha producido una amplia desafección de la población, lo cual se suma a la “batalla cultural” de la derecha que señala que el país se cae a pedazos económicamente y en materia de seguridad, frente a la cual el gobierno no apoyó a un ecosistema mediático que pudiera hacerle frente a ese discurso, por lo cual ha permeado profundamente en gran parte de la población.

Esto significa que para una segunda vuelta tiene que trascender al discurso y a las medidas adoptadas por el gobierno de Boric, tomando ideas populares de Franco Parisi y de otras candidaturas. Una propuesta que puede ser clave para convocar a dicho electorado es el “retiro de fondos de pensiones anti-inflacionario” que puede estar pensado para el pago de deudas, pago del pie para la compra de una vivienda o bien para emprender al momento de jubilarse. Si la candidatura de Jara se mantiene como una defensora del status quo dejado por este gobierno estará destinada a fracasar.

2.- José Antonio Kast se impone en la batalla de la ultraderecha y de la derecha en general. Las encuestas que planteaban un “triple empate” en las últimas semanas mostraron estar completamente equivocadas. Kast se mantuvo firme en el segundo lugar obteniendo más de 3 millones de votos, los cuales representan un 23,9% de los sufragios.

Johannes Kaiser quedó con un 13,9%, alejándose en 10 puntos. Mientras que Evelyn Matthei quedó aún más atrás, con solo un 12,5% de los votos. Ambos candidatos manifestaron su apoyo para vencer a la “candidata comunista”, a pesar de las resistencias discursivas que habían presentado militantes de Evopoli y de la derecha liberal de Chile Vamos, quienes señalaron a Kast como un peligro para la democracia en los días anteriores a la elección.

El resultado de la elección demuestra que mucho electorado que votó por los parlamentarios de Chile Vamos votó por el candidato José Antonio Kast, pues la lista parlamentaria de Kast y Kaiser tuvo cerca de un 25% de los votos, a pesar de que su sumatoria en las presidenciales es más cercana al 40% del padrón electoral.

3.- Franco Parisi: crece más de lo pronosticado por las encuestas. Esta es la tercera elección de Parisi, quien se presenta por segunda vez con el Partido de la Gente. En esta elección obtuvo un 19,7% de los votos, superando los 2,5 millones de votos. Parisi triunfó en varias regiones del norte del país y fue segundo en las regiones del Valle Central. Sólo su votación en la Región Metropolitana fue más baja en comparación a sus resultados obtenidos en el resto de regiones del país. Asimismo, esta vez logró traspasar sus votos a su lista parlamentaria, la cual logró elegir 14 diputados.

En el inicio de esta campaña intentó parecerse a Javier Milei, mostrando una motosierra y posicionando a su hermana como una figura central. Sin embargo, al ver que ese espacio estaba tomado por Kaiser, apuntó a una campaña “populista desideologizada” mezclando políticas sociales como el financiamiento a la educación pública y fin a las listas de espera con políticas autoritarias en materia de migración y enfrentamiento a la delincuencia. Además, al lograr sumar a Pamela Jiles pudo sostener la política de un “retiro de los fondos de pensiones” destinado a pagar deuda. Su lema fue “ni facho, ni comunacho”, logrando atraer a un electorado despolitizado.

En las últimas elecciones presidenciales decidió apoyar a Kast en la segunda vuelta, sin embargo, su electorado se inclinó mayoritariamente por Boric. En esta elección ha tenido un discurso en contra de las élites y los “cuicos”, siendo mucho más crítico a las candidaturas de la derecha que a la candidatura de Jara, a quien reconoce su trayectoria de esfuerzo. Hasta el momento ha dejado en libertad de acción a su electorado.

4.- El Senado como trinchera del actual oficialismo. En la actualidad el Congreso Nacional tiene 27 senadores que se identifican con la oposición de derecha, mientras que sólo 21 son del oficialismo y dos independientes han votado a favor de las iniciativas del gobierno (Campillai y Bianchi).

En estas elecciones, donde se elegían 23 de 50 escaños, el oficialismo logró doblar en la Región de Atacama (Cicardini y Provoste), recupera un escaño en Maule y en la Región de Aysen la derecha queda sin escaño por el triunfo de Calisto (FRVS). Esto permite compensar la pérdida de un escaño en Valparaíso, quedando con un total de 22 senadores oficialistas, más Fabiola Campillai, Karim Bianchi y Miguel Ángel Calisto. Con ellos se alcanza la mitad del Senado.

Por su parte, Chile Vamos obtiene 18 escaños y la ultraderecha 7, sumando 25 de los 50 escaños del Senado. En el caso de Chile Vamos hay que considerar la presencia de Enrique Lee y Matías Walker, de Demócratas, quienes no necesariamente se alineen con un futuro gobierno de Kast.

5.- La derecha y la ultraderecha obtienen la mitad de la Cámara de Diputados, pero no alcanzan los cuatro séptimos. La coalición de ultraderecha conformada por los Partidos Republicano, Social Cristiano y Nacional Libertario (42 escaños en total) logran la hegemonía de la derecha, superando a Chile Vamos (34 escaños). Ambos suman 76 escaños, la mayoría absoluta de la Cámara integrada por 155 diputadas y diputados. Para alcanzar el quórum de cuatro séptimos (89 parlamentarios) necesario para las reformas constitucionales, necesitarían convencer a los parlamentarios del PDG (14 escaños).

6.- El oficialismo retrocede en la Cámara de Diputados, pero con desiguales resultados. El Frente Amplio se mantiene como el partido con la mayor bancada del oficialismo en la Cámara de Diputados, pero retrocede de una bancada que llegó a tener 24 escaños a una de 17. Perdió escaños en la Región de Antofagasta (D3), uno en quinta costa (D6), dos en RM Norte (D9), uno en Maule Sur (D18), uno en Biobío interior (D21) y uno en la Región de Los Lagos (D26).

En el caso del Partido Comunista, pasa de 12 a 11 escaños en la Cámara de Diputados, pero compensa con el triunfo de Karol Cariola en el Senado. Mantiene a los diputados que tenía en todos sus distritos, con excepción de escaños en la Región de Tarapacá (D2) y en Biobío (D20), lo cual se ve compensado con triunfo en la Región de Valparaíso – Costa (D6).

En el Socialismo Democrático, el Partido Socialista tendrá la bancada más grande, pero baja de 13 a 11 escaños en la Cámara de Diputados y en el Senado logra ganar Tarapacá, mantener escaño en Maule, pero pierden escaños Arica y Parinacota y Valparaíso. El Partido Liberal logra sobrevivir eligiendo a tres diputados y gana a su primer senador en Arica. El PPD elige a nueve diputados y mantiene senadores en La Araucanía y Aysén, perdiendo solo uno en Valparaíso. El Partido Radical pierde su legalidad y solo elige a dos diputadas (Antofagasta y Maule Sur).

La Democracia Cristiana saca cuentas alegres. Mantiene una bancada de 8 diputados y logra también mantener a los senadores Huenchumilla y Provoste. Por el contrario, los partidos que se escindieron de la DC como Demócratas (dos senadores y una diputada) y Amarillos (pierden al único parlamentario que tenían), perdieron su legalidad como partidos.

6. La izquierda no oficialista fue un desastre electoralmente. Dadas las negociaciones y el ánimo de supervivencia, de forma previa a las elecciones parlamentarias hubo conversaciones entre Acción Humanista (AH), Federación Regionalista Verde Social (FRVS), Partido Popular (PP), Partido Alianza Verde Popular (AVP), Partido Humanista (PH), Partido Igualdad (PI) y Partido Ecologista Verde (PEV). En el caso del Partido de los Trabajadores Revolucionarios (PTR) siempre plantearon una lista propia, sin ser parte de negociaciones con otras fuerzas políticas.

Sin embargo, al no llegar a consenso por una candidatura presidencial única y por la existencia de desconfianzas en torno a las negociaciones, terminaron inscribiéndose tres listas parlamentarias: (i) una lista de FRVS y AH; (ii) candidaturas bajo el paraguas de los partidos PP y AVP los cuales estaban legalizados en distintas regiones, por lo cual no coincidían en ninguna; (iii) el pacto de Izquierda Ecologista Popular, integrado por el Partido Humanista, Partido Igualdad y otras organizaciones políticas sin legalidad; y (iv) el PEV en regiones de Ñuble, Biobío y Araucanía.

Sólo la FRVS logró elegir diputados en Atacama (Mulet) y en Aysén a los polémicos René Alinco (diputado) y Miguel Ángel Calisto (senador). En el caso de AH sólo eligió a Ana María Gazmuri. Ambos partidos pierden su legalidad. En el caso de los demás partidos, ninguno logró un escaño.

Si se hubiesen sumado todos estos partidos en una sola lista podrían haber concitado cerca de un 10% del padrón electoral. La fragmentación impidió que se obtuviera representación clave en los distritos de la RM y en Concepción.

Conclusiones

Los sectores reaccionarios del país, encabezados por José Antonio Kast, siguen avanzando en el país. El triunfo de Kast en primera vuelta nuevamente sobre la candidatura de Chile Vamos se ve reforzada por el triunfo de su lista parlamentaria en conjunto a Kaiser, quienes superaron a la lista de Chile Vamos. El hijo de un militante nazi y pinochetista acérrimo se consolida como el líder de la oposición en Chile.

La izquierda obtiene su peor votación en una primera vuelta presidencial desde el fin de la dictadura y el escenario es adverso para la segunda vuelta. El “miedo a la ultraderecha” ha mostrado sus límites, por lo cual será necesario ofrecer medidas programáticas que puedan hacer sentido en el votante de Parisi e incluso de Matthei, para efectos de lograr una mayoría en el balotaje.

El Congreso está hegemonizado por la derecha, quienes lograrán fácilmente mayorías en la Cámara de Diputados, pero tendrán más resistencia en el Senado. Una agenda neoliberal y securitaria es fácil que avance en el Congreso, sin mayores trabas, incluyendo medidas en contra de la migración, populismo penal, rebajas de impuestos a empresarios, entre otras medidas neoliberales autoritarias. Pareciera ser más complejo que avancen en una agenda regresiva en temas “valóricos” como el aborto y derechos de la comunidad LGBTQ+.

Los sectores populares y la izquierda debemos ofrecer un proyecto de país para el siglo XXI. Los llamados a frenar a la ultraderecha han sido insuficientes, más aún cuando gobiernos que se suponen progresistas han impulsado políticas de militarización permanente del país (fronteras y Wallmapu), han asumido como tema central la seguridad y el populismo penal y han permitido el avance de proyectos extractivistas que conflictúan con las comunidades. Es difícil convocar a una mayoría que quiso cambios en el país cuando se asume una agenda que no es propia.

Es por ello que la candidatura de Jeannette Jara necesita diferenciarse del gobierno y asumir posturas que son populares y que pueden cambiar el clivaje de una elección, como lo son los retiros de los fondos de pensiones, lo cual se suma a las medidas del programa de Jara como lo son el salario vital de $750.000 y la rebaja de las cuentas de luz en un 20%.

No obstante, aún queda un mes de campaña y mientras exista voluntad de lucha los escenarios siguen abiertos. ¡A desplegar toda nuestra fuerza hasta el 14 de diciembre!

Javier Pineda, Director de El Ciudadano.-


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