Anglo American busca la certificación de IRMA mientras amedrenta a dirigentes y evade regulaciones ambientales

La postulación de Anglo American al estándar IRMA abre un debate sobre los límites de la minería responsable y la necesidad de que los sellos internacionales mantengan su legítima independencia frente a empresas con antecedentes cuestionables.

Anglo American busca la certificación de IRMA mientras amedrenta a dirigentes y evade regulaciones ambientales

Autor: El Ciudadano

Mientras Anglo American avanza en su proceso para obtener la certificación del estándar internacional IRMA (Initiative for Responsible Mining Assurance), diversas organizaciones y comunidades advierten sobre la contradicción entre el historial de la minera y los principios que dicho sello busca resguardar.

Las denuncias por daño ambiental, falta de transparencia, amedrentamiento a dirigentes sociales y omisiones técnicas en proyectos de alto riesgo, ponen en duda la coherencia, independencia y credibilidad de una eventual certificación.

Un sello de “minería responsable” bajo amenaza de perder credibilidad

IRMA nació como una iniciativa global para promover una minería responsable, basada en el respeto a los derechos humanos, la transparencia, la participación significativa de las comunidades y la protección del medio ambiente. Obtener este sello debería reflejar un compromiso con la sostenibilidad y las buenas prácticas socioambientales.

Sin embargo, en el caso de Anglo American -titular del proyecto Los Bronces Integrado, emplazado en las comunas de Lo Barnechea y Colina- las acciones en terreno muestran un patrón de evasión regulatoria, manipulación informativa y omisión técnica que contradicen algunos pilares de este estándar.

Anglo American ha sostenido públicamente que el proyecto Los Bronces Integrado utilizará agua desalinizada para operar, buscando proyectar una imagen de sustentabilidad. Sin embargo, esta agua sería destinada al relave Las Tórtolas, ubicado en la comuna de Colina, donde se depositarán los residuos provenientes de la mina en Lo Barnechea.

Para el funcionamiento del relave, la tubería proveniente de la zona industrial de Quintero-Puchuncaví atraviesa el Sitio Prioritario para la Conservación El Roble, área protegida bajo el artículo 11, letra D, de la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente. Pese a ello, el proyecto se tramita sin un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que evalúe integralmente los efectos ecológicos y sociales de la operación.

El proyecto tampoco cuenta con un estudio de revisión independiente de seguridad de presas (DSR) de carácter internacional, a pesar de que contempla la remoción de 48 millones de toneladas de residuos. Esta ausencia resulta crítica considerando que no se incluyen análisis específicos sobre la respuesta estructural del tranque frente a eventos sísmicos de alta magnitud, ni modelaciones numéricas o simulaciones de fallas que permitan determinar su estabilidad dada la antigüedad del tranque y los eventuales riesgos que esto conlleva.

La omisión del principio precautorio es especialmente alarmante dado que el proyecto se ubica en las cercanías de la Falla de San Ramón, una falla geológica activa reconocida por instituciones como CITRID y el Departamento de Geología de la Universidad de Chile, cuyos estudios señalan un potencial sísmico de entre Mw 7.1 y 7.5, la cual, es una magnitud suficiente para provocar fallas catastróficas en estructuras que no han sido diseñadas para resistirlas.

El discurso de sostenibilidad de Anglo American contrasta con una larga lista de observaciones técnicas, recursos administrativos y cuestionamientos públicos. En reiteradas ocasiones la compañía ha sido criticada por fragmentar sus proyectos para evitar evaluaciones ambientales más exigentes y por minimizar en sus declaraciones el impacto sobre glaciares y fuentes hídricas en la alta cordillera de las regiones Metropolitana y de Valparaíso.

En palabras de Cristóbal Rodríguez, vocero nacional de Modatima, “esta estrategia de fragmentación no solo debilita la evaluación de impactos acumulativos, sino que viola el espíritu del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) y los principios de integridad y transparencia que IRMA exige a las operaciones mineras certificadas”.

Conflictos sociales y amedrentamiento a dirigentes

En paralelo, comunidades y organizaciones de Lo Barnechea, Colina y Tiltil han denunciado presiones, campañas de desinformación y hostigamiento a dirigentes locales que se han manifestado contrarios al proyecto. En este sentido, Rodríguez declara que “esta información ha sido entregada a IRMA, por lo que una certificación favorable a la compañía sería con estos lamentables antecedentes sobre la mesa”.

Los cuestionamientos también son compartidos por Eduardo Pérez, de la ONG Investiga Colina, quién además de participar en la ronda de entrevistas realizadas por IRMA en nuestro país señala que ”el proceso de certificación nos llena de dudas, sin embargo, consideramos importante participar y entregar los antecedentes necesarios para una auditoría que considere la perspectiva de las organizaciones y comunidades”.

Y es que estos hechos contradicen de manera directa los estándares de IRMA, que exigen procesos de diálogo social “libres de coerción o intimidación” y mecanismos de participación informada.

Para Claudia Peña, miembro del Consejo de las Organizaciones de la Sociedad Civil (Cosoc) de Lo Barnechea, “en vez de promover la construcción de confianza, Anglo American ha profundizado la desconfianza en los territorios en los que interviene con prácticas que consideramos alejadas de una minería responsable”.

Condiciones laborales y denuncias internas

A los impactos ambientales y sociales, las organizaciones mencionadas han incorporado denuncias y fiscalizaciones realizadas a partir de condiciones laborales inseguras en faenas de Anglo American en Chile.

Dentro de los antecedentes que maneja IRMA, trabajadores han reportado deficiencias en medidas de seguridad industrial y falta de protección frente a riesgos operacionales, lo que refuerza la distancia entre el discurso corporativo de “minería responsable” y la realidad de su gestión en terreno.

Un riesgo para la credibilidad de IRMA

Los principios de IRMA son claros: transparencia, cumplimiento regulatorio, respeto a los derechos humanos, protección de ecosistemas y seguridad laboral. Certificar a una empresa con estos antecedentes no solo contradice estos principios, sino que amenaza con transformar a esta y otras certificaciones en una herramienta de “greenwashing”.

Anglo American

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