Asamblea de la Ex Cárcel de Valparaíso presentó propuestas para la cogestión del parque con la comunidad

Proponen generar una reorganización que permita que los recursos que aporta el Estado (más de mil millones de pesos al año) sean invertidos directamente en beneficio de las comunidades de la región.

Por Absalón Opazo

12/11/2020

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Esta semana, la Asamblea de la Ex Cárcel de Valparaíso hizo entrega de una carta dirigida a la dirección ejecutiva y al sindicato de trabajadores del Parque Cultural (PCdV).

Desde la Asamblea manifestaron que “este documento con propuestas para la cogestión comunitaria del Parque, surge ante lo crónico del contexto de crisis económica, ecológica, sanitaria y social que nos afecta, nos involucra y nos interpela como sector, crisis agravada por las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos por parte de uniformados y del Gobierno”.

“La recuperación de la Ex Cárcel como espacio cultural es una reivindicación de años que ha permitido que actualmente exista este parque cultural: la vía comunal y autogestiva está en el origen, base y corazón de este proyecto”, añadieron.

Las propuestas integran la necesidad de generar cambios urgentes y significativos en la gestión de dicho espacio cultural, en miras a lograr mayor participación de las comunidades a través de instancias deliberativas y vinculantes como parlamentos, comisiones mixtas, mesas públicas e instancias para la co – programación, entre otras.

A su vez, proponen generar una reorganización que permita que los recursos que aporta el Estado (más de mil millones de pesos al año) sean invertidos directamente en beneficio de las comunidades de la región, lo que hasta hoy no sucede debido a que la Asociación Parque Cultural de Valparaíso gasta más del 70% de su presupuesto anual en remuneraciones y gastos de mantención, destinando un mínimo de los recursos a actividades, las cuales además no logran impactar o beneficiar al habitante de la ciudad y menos aún a quienes habitan en otras comunas de la región.

“La asociación PCdV debe entender que es una canalizadora de los recursos que el Estado invierte en el área de Cultura directamente para la región de Valparaíso y que es el único centro cultural de la región que recibe este tipo de aporte estatal directo. Por ello, resulta urgente que esos recursos lleguen a las comunidades de toda la región y no se terminen gastando principalmente en burocracia”, indican desde la Asamblea.

En el mismo sentido, consideran que las brechas y desigualdades sociales son parte fundamental de la protesta social en curso y que dado el inestable panorama socioeconómico que afecta a Valparaíso, les “parece de suma importancia que los pocos espacios que reciben fondos públicos del Estado dentro del precario sector cultural, implementen medidas y envíen señales fuertes de solidaridad y apoyo hacia aquellos sectores de la comunidad con menos garantías”.

Para ello, proponen como medida de corto plazo que se destine al menos un 12% del presupuesto anual del PCdV a un fondo de administración comunal con base solidaria que sea co-administrado por el PCdV y la comunidad de manera participativa.

“Esperamos que este fondo pueda apoyar a los espacios que están haciendo el trabajo esencial para la transformación social; consideramos imprescindible que los espacios culturales con mayores recursos puedan apoyar ollas comunes, asambleas territoriales vecinas, organizaciones socio-ambientales, multiculturales, feministas, antipatriarcales, migrantes y de Derechos Humanos, proyectos y colectivxs artísticos y/o comunitarios socialmente activos, prensa independiente, etc”, indicaron desde la Asamblea.

“Nos parece que la implementación de ese fondo no debe responder a una medida de excepción, sino que debe ser parte integral y permanente de la puesta en práctica de una nueva etapa del proceso para transformar el modelo de gestión del Parque Cultural. En pocas palabras, estimamos como prioridad que activemos una política de apertura, redistribución, reestructuración, desburocratización y solidaridad desde todos los estamentos y estructuras del parque”, complementaron.

En cuanto a la rebaja que el Gobierno ha realizado al presupuesto de Cultura 2021 y que afecta al Parque Cultural y a otros espacios culturales, la Asamblea ha indicado que “por supuesto que no estamos de acuerdo con que se rebajen los escasos recursos que el Estado invierte en cultura y apoyamos que dicho presupuesto debe aumentar significativamente, apuntando al desarrollo integral de lxs habitantes de este territorio; pero a la vez creemos que es urgente que dichos recursos sean administrados de una manera más eficiente, democrática y sustentable”.

“No solo nos interesa incidir en que se aumenten los recursos para el sector, sino también en cómo esos recursos se utilizan, es decir, que existan instancias participativas para las decisiones de inversión de los mismos. Si se van a aumentar los recursos para aumentar a su vez el gasto en burocracia o seguir sustentando sueldos privilegiados para unos pocos funcionarios, eso solo aumenta la brecha laboral y social. No tiene sentido ni nos interesa hacer esfuerzos para que ese sea el resultado”, puntualizaron.

Por último, cabe destacar que las últimas actividades que ha propiciado la Asamblea al interior del Parque Cultural han hecho sentido en variadas comunidades, por ejemplo, las ollas comunes que durante dos meses congregaron a más de 100 personas diariamente en la cocina comunitaria a fines del año pasado en pleno estallido social, o las ferias libres que permitieron el acceso sin restricciones a las instalaciones del parque para propiciar un espacio de organización, intercambio, venta de productos locales, etc., dando espacio al desarrollo de economías solidarias, precio justo, entre otras iniciativas.

Por otra parte, las tardes familiares y las dos versiones de “Nos cuidamos, nos conectamos” han permitido la participación de artistas populares y otras personas que no habían tenido la oportunidad de vincular sus creaciones con este espacio cultural, incluso desde otras comunas de la región.

Estas actividades artísticas y culturales fueron la única convocatoria abierta que se realizó en el PCdV durante el 2020 y fue propiciada por la Asamblea en su afán de hacer de este un espacio con mejor acceso y mayor participación.

Finalmente, la Asamblea hace un llamado a las personas y organizaciones de todos los territorios que se sientan convocadas a participar de asambleas abiertas durante los meses de noviembre y diciembre, para preparar y realizar prontamente un gran encuentro-cónclave “donde las diversas comunidades demos cuenta de lo que nos interesa como desarrollo cultural para nuestros territorios , así como del rol y relación que creamos que los espacios culturales estratégicos y de amplio alcance deban sostener tanto con los ámbitos tradicionalmente asociados a cultura -como son las artes, oficios y procesos de aprendizaje-, como con aquellos ámbitos que responden a lo que hoy la calle demanda: memoria y Derechos Humanos, cultura anti carcelaria, economías alternativas y solidarias, soberanía alimentaria, salud comunitaria, ecología y justicia socio-ambiental, perspectivas disidentes, inter-seccionales y de género, cultura deportiva, participación de niños, jóvenes y adultos mayores, medios independientes, multiculturalidad, plurinacionalidad, entre otros”.

“Creemos fundamental la participación amplia y diversa en las definiciones y ámbitos de acción de la Ex Cárcel. Si tú preguntas por la gestión hasta ahora, seguramente te responderán con grandes cifras, pero detrás de esas respuestas que buscan justificar el quehacer y los recursos hay un descontento muy grande de las comunidades que vemos que a ya 10 años de funcionamiento de este espacio institucional no se ha logrado integrar ni a vecinos ni a comunidad artística ni a organizaciones sociales, ni tampoco se ha logrado extender su quehacer a nivel regional, sino que por el contrario sigue siendo una burbuja, un espacio subutilizado que no logra permearse de la cultura local ni influir significativa y profundamente en la ciudad que lo acoge”.

En ese sentido, exponen que “sentimos que este es un proyecto comunitario que ha sido secuestrado por la institucionalidad; prueba de ello es que aunque la asamblea de socixs es el órgano principal de la asociación PCdV, está sub representada en el directorio de la misma, por lo que de todas maneras su participación se ve restringida al momento de las decisiones estructurales, siendo el directorio un espacio poco democrático. Solo a través de la co-gestión podremos construir un espacio y experiencia de desarrollo cultural que sea un referente -tal como lo ha sido toda la historia de recuperación de la Ex Cárcel- desde donde cultivar prácticas y miradas de la cultura como articuladora de relaciones sociales justas, deliberantes y horizontales, de la cultura como sostenedora y fortalecedora de vínculos y de cuidados, de la cultura como campo participativo, antiautoritario e histórico”.

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