Proyecto superó los cuatro años en el Congreso

Ayudamemoria: El vergonzoso boicot conservador a la Ley de Identidad de Género

Peticiones de aplazamiento de la votación, presentación de numerosas indicaciones y suspensión de sesiones de comisiones por falta de quórum, han torpedeado ideológicamente una demanda que hoy vuelve a adquirir fuerza tras el triunfo en los premios Oscar de la película "Una mujer fantástica". Por Cristóbal Hernández

Por cristobalh

06/03/2018

Publicado en

Chile / Diversidad / Género / Política / Portada

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» (…) Hay todo un país orgulloso, confiado y esperanzado en su capacidad y esfuerzo por alcanzar las más altas cumbres». De esta manera Sebastián Piñera, presidente electo de nuestro país que está a días de asumir su segundo mandato, celebró el Premio Oscar obtenido por la cinta Una mujer fantástica como Mejor Película Extranjera, a través de su cuenta de Twitter.

Un pronunciamiento que provocó una lluvia de comentarios negativos contra el empresario debido a que la derecha, su sector, se ha manifestado abiertamente en contra de aprobar la Ley de Identidad de Género que se tramita en el parlamento -que permitiría el cambio de sexo registral de una persona-, argumento principal que se desarrolla dentro de la película dirigida por Sebastián Lelio y protagonizada por la actriz transgénero Daniela Vega.

Ausencias y falta de quórum

Gracias al actuar de los sectores más conservadores, el paso del proyecto de Ley de Identidad de Género por el Congreso ha sido simplemente vergonzoso: Ya van 5 años de espera. Entre peticiones para aplazar las votaciones y la continua falta de quórum originada por parte de los integrantes de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, por ejemplo, se ha ido aplazando la implementación de esta normativa que regula y dignifica la situación de la población trans en Chile.

Cuando la iniciativa parecía comenzar a avanzar en algo en la accidentada Comisión, se produce uno de los torpedeos que la afectarían. La sesión prevista para el miércoles 16 de agosto fue suspendida por falta de quórum. Esto provocó, en su tiempo, el rechazo total y repudio por parte de organizaciones sociales -como el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh)- que acusaban poco interés por parte de las autoridades en resolver esta lucha que se ha venido gestando desde hace tiempo. En esta ocasión, por ejemplo, Juan Pablo Letelier (PS) y Manuel José Ossandón (RN) fueron los ausentes, por lo que la senadora Jacqueline van Rysselberghe, en su calidad de presidenta de la instancia, decidió cancelar la sesión.

Luego, en noviembre de 2016 los partidos Renovación Nacional, Unión Demócrata Independiente y la Democracia Cristiana piden aplazar la votación del proyecto de Ley de Identidad de Género en el Senado, con el argumento de poder continuar realizando discusiones y añadiendo nuevas observaciones. Por entonces se cumplían 3 años de esta ardua batalla en favor de una legislación que le garantice derechos a las personas trans, «cumpleaños» amargo cuya guinda de la torta fueron los desafortunados comentarios realizados por el senador Iván Moreira, quien tachó la ley como «aberrante».

«Esto es un boicot»

El 18 de enero de 2017 el Movilh ya realizaba severos cuestionamientos a las 72 indicaciones hechas desde la oposición a la Ley de Identidad de Género, entre ellas la restricción que han querido imponer al trámite de cambio de nombre y sexo legal para que este no pueda ser realizado por menores de 18 años. Cinco días después, el 23 del mismo mes, la sesión se volvió a suspender por falta de quórum. El Movilh se cansó y le puso nombre a lo que ya muchos pensaban sobre el actuar de la derecha frente al avance de la normativa.

«Esto es claramente un boicot contra la Ley de Identidad de Género, así como un abandono de deberes de parte de (Manuel Antonio) Matta (DC), (Manuel José) Ossandón (RN) y (Jacqueline van) Rysselberghe (UDI), a quienes les pagan del bolsillo de todo los chilenos para que trabajen en el Congreso Nacional y aún así se ausentan. Esto es muy lamentable», sostuvo entonces Rolando Jiménez.

En marzo de 2017 el mismo incidente de la sesión volvió a ocurrir. Por falta de quórum la ley no pudo entrar en proceso de votación. Esta vez, ninguno de los cinco integrantes de la Comisión de Derechos Humanos llegó. «Se burlan de los derechos humanos de las personas trans» , exclamaron desde el Movilh.

Finalmente, el 10 de mayo el proyecto pudo por fin se votado en la Comisión de Derechos Humanos, para luego pasar a la sala del Senado, donde el 14 de junio fue despachado hacia su segundo trámite en la Cámara de Diputados, pero con una muralla impuesta por la oposición: el proyecto no otorgó a los menores de 18 años el derecho a modificar su identidad de género en el Registro Civil. 

Un escenario que mejoró relativamente cuando la iniciativa pasó a la Cámara, debido a que fue rechazado el artículo que definía los pasos que deben seguir los menores de 18 años para rectificar su partida de nacimiento.

Una discusión de suma importancia que probablemente deberá zanjar una Comisión Mixta en tercer trámite constitucional y que tras el triunfo de Una mujer fantástica parece haberse precipitado. Algo que ha llevado a la presidenta Michelle Bachelet a asignarle suma urgencia al proyecto, intención tardía que además se encontrará nuevamente con los sectores conservadores: desde la UDI ya han manifestado que no están disponibles para que la Ley de Identidad de Género pueda también favorecer a los niños y niñas trans que sean menores de edad.

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