Por Ana Dall´Orso Sobrino

Señor Director
Atenta y respetuosamente solicito a usted publicar la siguiente Carta de Opinión: El candidato Kast y las mujeres de Chile.
Declaraciones textuales de la señora María Pía Adriazola, esposa del candidato a la presidencia don José Antonio Kast:
Durante la etapa de su pololeo: “Yo me sentía súper postergada e insignificante en su vida”
2017. “Teníamos dos guaguas y yo quería parar un rato. Fui a un doctor que me dio pastillas anticonceptivas. Cuando llegué a la casa le dije a mi marido: ‘Ya, esto es lo que tenemos que hacer’. Y él me dijo: ‘¿Estás loca? No se puede’. Cómo que no se puede, si todas mis amigas lo hacen’, le respondí. Entonces partimos a preguntarle al curita del ‘martes del pololeo’. Él nos mandó con un doctor que hablaba del método natural”.
2020. “El sexo es verdaderamente seguro cuando no se aplica. Ahí usted previene. Cuando usted no tiene relaciones sexuales no tiene ninguna posibilidad de que se quede esperando guagua ni que tenga enfermedades de transmisión sexual”.
Conclusión: El matrimonio Kast Adriazola tiene nueve hijos. Afortunadamente ellos tienen una excelente situación económica. ¿Y el resto de los chilenos, y, sobre todo, de las chilenas?
¿Qué pasaría con las teorías del candidato Kast que considera los métodos anticonceptivos “una locura”? ¿Los hombres, y su mayor fuerza física, imponiendo a las mujeres relaciones sexuales sin resguardo? ¿Habrá pensado el señor Kast que, si de una pareja nacen nueve hijos, Chile podría pasar de 20 a 180 millones en una generación? ¿El mundo de 8.000 a 72.000 millones? ¿Las madres teniendo hijos sin tener cómo darles de comer? ¿En qué mundo vive este candidato? Sin duda, fuera de la realidad…
Eso, sólo en lo que se refiere al control de la natalidad. Del resto no sabemos, porque “Depende…”
Tengo 81 años, pero conservo (creo) el sentido común. El señor Kast no es un estadista. Votaré por la señora Jara porque sabemos lo que impulsa y hará. Porque es una mujer muy preparada, seria y empeñosa. Capaz de sacar adelante a su familia desde la adversidad. Hará progresar a Chile. Me parece que, especialmente la mitad de nuestro país, las mujeres, deben pensar en su futuro, principalmente en el de sus hijas y nietas. Yo aún recuerdo, cuando niña muy pequeña, mi madre en Concepción, saliendo con lluvia y frío a reuniones por el voto de la mujer… Ellas avanzaron. No retrocedamos.
Atentamente
Ana Dall´Orso Sobrino
Arquitecta – [email protected]
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