Celo profesional, errores e irracionalidad: ministra de caso Matute destroza labor de policías en investigación

Durante esta jornada, la ministra en visita del caso Matute Johns, Carola Rivas, dio a conocer las conclusiones de su investigación, en donde reafirmó su tesis de que el joven murió por intoxicación, tras habérsele suministrado el fármaco pentobarbital.

Dicha tesis fue asumida por la ministra luego de que un ex subcomisario de Investigaciones se acercó a ella para ponerla en antecedentes de una práctica común en la noche penquista que él había indagado. Esta tenía que ver con la suministración por parte de desconocidos a determinadas personas en el marco de fiestas, de este tipo de sustancias que inhibían el raciocinio, esto con el fin de poder abusar sexualmente de ellos.

Es justamente lo sólido de esa tesis -no asumida como línea investigativa ni por Carabineros ni por la PDI- lo que lleva a Carola Rivas a realizar hoy una dura crítica contra ambas policías, acusando un trabajo teñido por el celo profesional y la ignorancia, traducido -sostiene- en «líneas de investigación total y absolutamente irracionales».

Ministra Carola Rivas

«Tenemos descartado científicamente que haya habido golpiza»

En la entrevista difundida a través del canal de Poder Judicial, la magistrado se refirió a las dos tesis planteadas por Carabineros y la PDI.

Rivas descarta de plano lo argumentado por la policía uniformada, que sostuvo que el dueño de la discoteque La Cucaracha, Bruno Betanzo, habría mandatado a sus guardias para golpear a Jorge Matute, motivado por un baile que éste habría realizado con la polola del empresario nocturno, Carmen Sereño.

«Eso nunca existió. Tenemos testigos absolutamente imparciales que estuvieron con Carmen Sereño toda la noche en la caja (de la discoteque) y que la vieron salir únicamente no más allá de 5 minutos, ir al baño y volver, por lo tanto eso está totalmente descartado», apunta la ministra en visita. Junto con ello, postula que se trató de un invento de la esposa de uno de los guardias -y supuestamente amiga de Sereño- a quien Rivas le atribuye problemas mentales.

«Tenemos descartado científicamente que haya habido golpiza, no hay fractura; hay una muerte por intoxicación por un fármaco», reafirma Carola Rivas.

«La tesis de la PDI aparece llena de supuestos, prejuicios y no de hechos»

La línea investigativa seguirda por la PDI apuntó a que siete jóvenes golpearon a Jorge Matute y luego de llevarlo a un río, volvieron a la disco y generaron una nueva pelea que hiciera a los testigos confundirse con cuál había sido el conato que había causado finalmente su muerte. El origen de esa tesis es que uno de ellos habría visto a Jorge rayar el auto de otro de los asistentes a La Cucaracha.

Al respecto, la ministra en visita del caso le resta importancia a las contradicciones en las que cayeron los testigos de las peleas que hubo esa noche. «Repasadas cada una de las declaraciones, yo no veo que tales contradicciones respondan a hechos esenciales», afirma.

«La tesis de la PDI aparece llena de supuestos, prejuicios y no de hechos. Entonces yo ni siquiera podría construir una presunción a partir de ella, porque son solo suposiciones», advierte.

Junto con ello, Carola Rivas adhiere a lo expuesto por los interrogados por la PDI, quienes acusaron presiones y agresiones por parte de los policías. «Los interrogatorios a estas personas, algunas bastante jóvenes -tenían entre 17 y 21 años-, fueron con bastante presión, algunos de ellos refirieron haber sido golpeados, maltratados -yo personalmente creo que se vulneraron sus derechos, se les mantuvo incomunicados a algunos de ellos, aislados en la cárcel El Manzano, siendo muy jóvenes-, por lo tanto no me imagino que de haber sido ellos hubieran podido resistir tantos apremios», plantea la magistrado, quien acusa que lo que se buscó fue «quebrar su espíritu, quebrarlos emocionalmente, porque fue entre Pascua y Año Nuevo».

«Hubo una cantidad insuperable de errores»

En la entrevista se le consulta directamente a Carola Rivas cómo evalúa la investigación realizada por las policías, ante lo que la ministra responde con comentarios tan duros como contundentes.

«Yo tengo claro que lo que hubo aquí fue una cantidad insuperable de errores que provinieron de una falta de coordinación y de conocimientos. Carabineros con la Policía de Investigaciones se enfrentaron entre ellos para ver quién llegaba primero. Destruyeron el sitio del suceso, destruyeron evidencia, porque cuando ellos toman los testigos y los presionan, los oprimen y los destruyen como testigos», acusa.

Junto con ello, sostiene que ambas policías generaron líneas de investigación «total y absolutamente irracionales». «Hubo celos profesionales entre ellos y entre quienes venían de Santiago, al punto que se generó un compartimentaje, en donde lo que hacían unos era en desconocimiento de lo que hacían los otros. Cero coordinación», dispara.

Por último, atribuye el fracaso de las indagatorias policiales al desconocimiento de la realidad nocturna penquista de los funcionarios foráneos. «Quienes venían de Santiago, venían con cero conocimiento de la realidad de la entretención en Concepción en esa época. No entendían cómo se divertían los jóvenes en esta ciudad, qué significaba la fiesta electrónica, qué tipo de asistentes concurrían, qué tipo de drogas se utilizaban como entretención y a qué fármacos acudían los jóvenes», explica Rivas.

Por último, sostiene que los antecedentes que se tuvieron 10 días después de desaparecido Jorge Matute -relacionados al suministro de la sustancia que, según ella, acabó con su vida-, «calzan, enlazan, con lo que nosotros 15 años después tenemos como resultado científico: a Jorge le dieron un fármaco en un trago, para que perdiera su conciencia». En ese sentido, concluye: «Eso fue relatado por dos testigos a los 10 días de desaparecido Jorge Matute, y no obstante ello, no generó línea de investigación».

La entrevista a Carola Rivas finaliza con su respuesta a la pregunta sobre si finalmente fue posible establecer quién mató a Jorge Matute Johns. Señala que «no pudo ser determinado», básicamente debido al fallecimiento de muchos de quienes aparecen como sospechosos de realizar este tipo de conductas y porque 17 años después -argumenta- resulta «difícil» encontrarlos aún cuando vivan, porque se trataría de personas que incluso venían del extranjero. «Se nos hace muy difícil individualizarlos», concluye.