Con la promulgación de la nueva ley forestal, Chile da un paso institucional clave en la protección de sus bosques. Este lunes, el Gobierno anunció oficialmente la creación del Servicio Nacional Forestal (Sernafor), organismo que asumirá las funciones que por más de medio siglo realizó la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
La creación de Sernafor significa el fin de una era iniciada en 1970, cuando se fundó Conaf, y abre una nueva etapa con un servicio público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, dependiente del Ministerio de Agricultura.
Más facultades, más autonomía
El nuevo servicio tendrá un rol activo en la prevención y combate de incendios forestales, uno de los principales desafíos ecológicos y de seguridad que enfrenta el país año a año. A diferencia de Conaf, Sernafor podrá actuar sin esperar órdenes del Estado Mayor Conjunto, accediendo a fuentes de agua y predios sin autorización previa en caso de emergencia.
Además, podrá ejecutar políticas de conservación, fomento y manejo sustentable de áreas forestales, así como elaborar un catálogo nacional de especies arbóreas y arbustivas, tanto nativas como introducidas, junto a sus condiciones hídricas óptimas.
Cambio estructural en la institucionalidad ambiental
Junto con Sernafor, también se creó el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), que dependerá del Ministerio del Medio Ambiente y asumirá tareas relacionadas con la protección de ecosistemas y fauna. Esta separación busca modernizar la gobernanza ambiental y ordenar las funciones que antes estaban superpuestas entre distintas entidades.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, valoró la creación del nuevo servicio y afirmó que será clave no solo en emergencias, sino también en la promoción de un desarrollo forestal sustentable. Añadió que entre las prioridades estará el acompañamiento en proyectos productivos sustentables del bosque nativo, además del fomento a la industria de la madera.
Una deuda histórica con los ecosistemas forestales
La transformación de Conaf en un servicio público con estatuto legal ha sido una demanda histórica de organizaciones ambientalistas y expertos, que durante años alertaron sobre las limitaciones legales de Conaf al no tener un carácter plenamente público.
Con Sernafor, el Estado recupera herramientas para enfrentar la crisis climática, la deforestación, y los incendios que cada año arrasan miles de hectáreas, mientras se instala un nuevo modelo de gestión forestal con mayor responsabilidad institucional, fiscalización y capacidad operativa.