Dr. Lagomarsino llama a las autoridades a reforzar la Atención Primaria de Salud a días de iniciar la vacunación de la segunda dosis

El programa de inoculación ha permitido que más de un millón de adultos mayores hayan recibido la primera dosis de la vacuna y que en los próximos días accedan a la segunda.

Durante los próximos días, se cumplirán 28 días desde que se inició el proceso de vacunación en Chile y, con ello, el inicio de la inoculación de la segunda dosis contra el Covid-19. Este periodo es considerado sumamente importante según indicó el Dr. Lagomarsino, ya que recién a las dos semanas después de recibir la segunda dosis se puede considerar a las personas inmunizadas.

Con lo anterior, el médico hace un llamado a las autoridades a reforzar la Atención Primaria de Salud debido a que, cuando comience la vacunación de la segunda dosis, en paralelo, se va a tener que continuar inoculando la primera al resto de la población en riesgo como son personas con enfermedades crónicas.

Es decir, “si ya ha existido una sobrecarga en la Atención Primaria de Salud producto de la inoculación de la primera dosis, con la segunda dosis se va a profundizar este colapso, porque mientras se coloque la segunda inoculación se seguirá colocando la primera, tan anhelada para nuestros pacientes crónicos bajo los 65 años”, explicó el médico y candidato constituyente. 

“Las autoridades ministeriales deben reforzar con recursos adicionales a la Atención Primaria desde el 3 de marzo si se quiere mantener el ritmo de inoculación y así no seguir postergando a nuestros pacientes crónicos que ya han sido perjudicados por los múltiples cambios que ha hecho el ministerio de salud en el calendario de vacunación”, agregó, citado en nota de prensa.

“Hay que continuar manteniendo la distancia física, mascarilla y lavado de manos como precaución aún habiendo recibido la primera dosis porque recién dos semanas después de la segunda inoculación las personas se pueden considerar inmunizadas”, finalizó.

De esta manera, se espera que puedan redoblar los esfuerzos y los recursos disponibles para que el sistema de salud siga con la inoculación para el resto de los adultos mayores rezagados y pacientes crónicos bajo 65 años.