El derecho a la maternidad, el rol de la educación sexual integral y los anticonceptivos fallidos en la visión de dos matronas en las trincheras

En Chile, no existe una ley que busque proteger, respetar y garantizar el derecho humano a la Educación Integral de la Sexualidad desde los primeros años de vida, con personas debidamente capacitadas para este ejercicio.

Por Absalón Opazo

30/04/2021

Publicado en

Chile / Género / Portada / Salud

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“La maternidad será deseada o no será”, señala una de las banderas de lucha que suena fuerte en las agrupaciones y movimientos feministas alrededor del mundo en el último tiempo. Esta frase, para millones de mujeres, es de mucho sentido y profundidad, debido al largo camino que se ha recorrido por años de sociedad patriarcal, para lograr separar a la mujer del rol de ser madre.

Afortunadamente, las nuevas generaciones han comprendido de que la maternidad debe ser una opción para la mujer y no una imposición: elegir madre o no serlo, sin temer al juicio social, que es cada vez más apagado. Generaciones de mujeres que lucharon por años, muchas en el anonimato,  lograron que, además, las mujeres se abran a nuevas formas de ser madres: madres lesbianas, madres solteras, madres adoptivas, madres sin gestar.

Inclusive hoy en día existen ganas de respetar los derechos de aquellas que deciden no ser madres y de ejercer los propios derechos sexuales y reproductivos, incluidos la cantidad de hijos que se quiera tener, con quién se quieran tener y cuándo se quieran tener.

¿Es suficiente una Ley de Aborto en Tres Causales?

La matrona y encargada del Área de Ginecología del Departamento de Promoción de Salud de la Mujer y el Recién Nacido de la Universidad de Chile, Alicia Carrasco, cree que se está avanzando hacia un Ley de Aborto Libre, como ocurrió en Argentina en diciembre del año pasado, asumiendo que esto se debe también a que las sociedades van avanzando, con conocimiento, educación y exposición de casos.

“La Ley de Aborto en las Tres Causales probablemente no habría sido aprobada hace cinco años atrás. El país vivió un proceso en que se empezaron a abrir temas como los derechos sexuales y reproductivos. Además, estamos en un momento legislativo muy importante, en donde se puede escribir una nueva Constitución con equidad de género. Tenemos una historia de avance”, comenta.

La lucha de las mujeres en post a una Ley de Aborto Libre, muchas veces es mal vista y estigmatizada. La lucha no solo se da en las calles, también se da en el activismo y en la academia. Bélgica González es matrona y Coordinadora del Área de Salud de la Asociación Chilena de Protección a la Familia, Aprofa. Para ella, que está en el trabajo cotidiano de salud sexual y reproductiva, a nivel político, las mujeres no estamos representadas.

“Hay grupos de poder que están frenando una demanda social que es tremendamente válida, no se está pidiendo un favor, se está pidiendo que se respete un derecho. Frente a una persona que no tiene conocimientos de su educación sexual y reproductiva, es mucho más fácil vulnerarla en sus derechos. Entonces, hay un tema que tiene que ver con poder elegir a nuestras representantes para que apoyen nuestras demandas, con quitarle poder a entidades como la Iglesia”, advierte González. 

La importancia de la Educación Sexual Integral

La normativa vigente en materia de educación sexual carece de lineamientos. En Chile, no existe una ley que busque proteger, respetar y garantizar el derecho humano a la Educación Integral de la Sexualidad desde los primeros años de vida, con personas debidamente capacitadas para este ejercicio. Esta propuesta educativa corresponde a un mecanismo de protección para niñas, niños y jóvenes; es una defensa a sus derechos humanos y a su dignidad.

“Existe una estigmatización, una forma de ver de manera peyorativa y desestimar la importancia de esta ley que protege el bien superior del niño, la niña y el adolescente. Uno de los grandes temores es que se enseñen cosas que no van acorde a la edad o generar cierta ideología y se desecha la importancia que tiene que el niño y la niña conozca desde pequeño las partes de su cuerpo, cómo se llaman, qué les va a pasar, el cambio en la pubertad y que deben saber que no está bien que se le toquen sus partes íntimas, que vean cosas inadecuadas, que escuchen cosas que no corresponden, de manera de prevenir el abuso. Eso es, saber cuando algo le haga sentir mal, incómodo y lo sepa verbalizar”, indica Alicia Carrasco.

En este sentido, el rol de los padres, tutores o adultos responsables es primordial en la enseñanza de la sexualidad, así como también el rol que juegan profesores y docentes. “Si apoyamos el trabajo que se pueda hacer en casa, con guías en el colegio, por ejemplo, podremos formar adolescentes y adultos informados, que sepan que una relación sexual debe ser consentida por ambas partes. Sexualizar v/s educar, tienen un mundo de diferencias“, recalcan las especialistas.

“La Educación Sexual lleva un apellido que es Integral, y es integral, porque aborda todas las aristas biológicas, psicoafectivas, emocionales y sociales. La sexualidad atraviesa todos los aspectos de una persona, incluido el espiritual. Entonces, si uno lo aborda desde la integralidad, no se debería tener miedo”, añade González, quien piensa que a los profesores y docentes aún les falta mucha capacitación y asesoría para que puedan abordar estos temas en la sala de clases.

“Quizás le pedimos mucho a los profesores, pero para eso estamos otro tipo de profesionales, como las matronas o psicólogas especializadas en Educación Sexual, que podemos desarrollar capacitaciones didácticas para acercarnos a enseñar la salud sexual y reproductiva a las distintas edades, abordando las diferentes problemáticas”, reconoce.

“La mejor inversión siempre será aquella que se hace en educación y en el área de salud sexual podría quedar más que demostrado. Si la Educación Sexual Integral comienza a edad temprana y se mantiene por los años, podría ser una herramienta infalible en la prevención del abuso, de las infecciones, del embarazo no deseado, teniendo personas que podrán vincularse con el otro, de una manera mucho más saludable, que integre a toda la comunidad“, reiteraron las profesionales.

Anticonceptivos defectuosos y embarazo no deseado

Más de 200 mil cajas de Anulette CD, entregadas gratuitamente por el sistema de salud pública a lo largo de todo el país, resultaron provocar una gravísima negligencia en cerca de 170 mujeres que quedaron embarazadas, producto de que estos anticonceptivos venían defectuosos. El error fue reconocido por la autoridad y los laboratorios a cargo de la fabricación de estos fármacos, solamente debieron pagar una multa fiscal, sin compensar directamente a las mujeres afectadas.

Para Alicia Carrasco, esto fue derechamente una catástrofe: “Esta es una falla muy grave del laboratorio y no basta con una compensación económica del Estado, debería haber una compensación económica por largo tiempo, porque no se abre la posibilidad del aborto para quienes quisieran, ya que no entra dentro de las Tres Causales”.

Para ambas profesionales de la Salud, el Estado tuvo una respuesta tardía, así como también lo tuvo el Ministerio de la Mujer, asegurando que jugó un rol decepcionante en la respuesta a esta urgencia. En este escenario, la organización Aprofa está prestando asesoría jurídica a muchas de estas mujeres, para lograr hacer demandas indemnizatorias al Estado, apuntando a que el dinero ofrecido por la entidad no repara en nada el daño provocado a las víctimas de las fallidas píldoras, con mujeres que vieron alteradas sus vidas, sus proyecciones, sus emociones y su calidad de vida.

“Si estaban tomando un anticonceptivo, era porque no querían tener un hijo, no era su momento ahora y quizás más adelante tampoco. Me parece que debieron haber ofrecido la posibilidad del aborto, es algo que está totalmente en línea con la necesidades que tienen las mujeres, es parte de la regulación de la fertilidad que incluye la posibilidad de tener un aborto cuando un método anticonceptivo falla y más aún en este caso, cuando no ha sido por una irresponsabilidad de la usuario, sino por una negligencia”, finaliza Carrasco.

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