Encuesta-T: el sondeo que busca atacar el profundo desconocimiento de la realidad trans en Chile

La falta de datos e información sobre la realidad de la población trans y de género no conforme ha excusado durante años la carencia de políticas públicas de parte del Estado. Hoy, la comunidad llama a "hacerse visibles y posibles" y a combatir la discriminación en todas sus áreas.

Por Vanessa Vargas

09/08/2016

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transDurante años, los problemas que aquejan a la población trans y de género no conforme en Chile han sido invisibilizados por los medios de comunicación y el propio Estado. Como sujetos y sujetas invisibles, casi como ciudadanos de segunda categoría, han debido enfrentar por sus propios medios los obstáculos de una discriminación institucionalizada, que de a poco va quedando en evidencia por el trabajo de las organizaciones y activistas que se han encargado de denunciarlo.

Sin embargo, aún falta un largo camino por recorrer. Actualmente, no existe ningún estudio que se dedique a observar la realidad de la comunidad trans y de género no conforme. Por ende, no existe ningún instrumento con base en datos que permita avalar y evidenciar las problemáticas más urgentes de la población y, posteriormente, desarrollar políticas públicas. En el Censo tampoco son considerados.

«Hay una falta tremenda de conocimiento sobre nuestra realidad, lo que deriva en una falta de datos concretos para la elaboración de políticas públicas. Generalmente la realidad de las personas trans y de género no conforme es conocida a través de situaciones específicas, que pueden ser muy dramáticas, pero no sirven para objetivizar esta discusión», explica la coordinadora de OTD Chile, Cris Córdova.

Pero además, a juicio de Córdova, es necesario llevar también a manos del Estado y la opinión pública un estudio sobre los distintos tipos de discriminación que la población experimenta en áreas fundamentales: trabajo, educación y salud, entre otros.

A juicio de la población trans, el Estado y la sociedad los asume como una minoría, lo que ha imposibilitado el avance en materia de derechos humanos durante décadas. Lo cierto es que, desde muy temprano, la población transexual se enfrenta a la discriminación social y estatal que amenaza seriamente el desarrollo integral de sus vidas.

UNA INFANCIA EN PELIGRO

transUna realidad aún más oculta al momento de hablar de la comunidad trans tiene que ver con la experiencia de la infancia. La fragilidad de los niños, niñas y adolescentes trans queda al descubierto al primer contacto con el colegio, un espacio donde pocas veces se abordan estos temas desde una visión libre de prejuicios y que parece el escenario inicial de toda discriminación.

«El colegio es uno de los espacios donde más se discrimina, lamentablemente, y donde está la matriz de todos los otros tipos de discriminación, de desconocimiento, violencia y muerte que recae sobre nuestra población», enfatiza la vicepresidenta de la Fundación Transitar, Niki Raveau.

Las cifras internacionales en la materia apuntan a que los intentos de suicidio, en la población trans, se producen a un ritmo de casi 20 veces el nivel de toda la población, lo que refleja la amenaza que la discriminación implica cotidianamente para la comunidad. 

En la Fundación Transitar, donde se representa principalmente al segmento primario de la educación trans, señalan que es importante tener en cuenta que «existe una población trans, de temprana edad, por la cual hay que hacer cambios importantes, que no sólo repercuten en la comunidad trans sino para la niñez en general en Chile, que es algo muy vulnerable».

En este sentido, también es importante debatir sobre la falta de una mirada inclusiva en la educación, donde los prejuicios son reiterados por los propios directivos, imposibilitando un proceso de enseñanza normal para los y las niñas trans. «Hay niños y niñas que cargan con 10 liceos a una edad muy corta», apunta Raveau.

DISCRIMINACIÓN INSTITUCIONAL

images (2)Pero la cadena de discriminación para la población trans no se detiene sólo en la infancia: en materia de trabajo, por ejemplo, no existen políticas de inclusión laboral para la comunidad. Así, explica Franco Fuica, vicepresidente de OTD Chile (Organizando Trans Diversidades), ocurre que «la población trans masculina trabaja sin contrato y la población trans femenina se dedica a la prostitución o el trabajo sexual».

En términos de salud, el panorama es igual de desolador: por ejemplo, muchos desconocen el cómo afecta a la vida de una persona trans el no acceder a su tratamiento de hormonas o a la posibilidad de una reasignación genital, o de cualquier intervención que pueda fortalecer la imagen de su género. «La gente normalmente no lo entiende, suelen hacer comentarios hirientes e incluso a algunos les parece mal que se ocupen recursos del Estado en personas trans», apunta Fuica.

La molestia de las organizaciones trans con el actuar del Estado no es antojadiza: Chile ha comprometido, en tratados internacionales, garantizar los derechos humanos del país. En este sentido, la misma Corte Interamericana de Derechos Humanos, en su informe sobre violencia de 2015, instó al Estado a realizar investigación en la materia.

«El informe es categórico e insistente en decirle al Estado que debe recolectar datos de violencia, acceso a la salud y a la justicia, respecto a la comunidad LGBTI y el Estado aún no lo hace», recalca el vicepresidente de OTD Chile.

LA NECESIDAD DE HACERSE VISIBLES Y POSIBLES

TRANS-1000x600La tarea del movimiento trans y de género no conforme, en adelante, apela a realizar un trabajo de visibilización que permita dar cuenta de su existencia y de su derecho a existir. El objetivo es que la sociedad en su conjunto pueda entender que la comunidad se vuelve muy vulnerable producto de la discriminación.

Por ello, la Encuesta-T invita a todas las personas trans y de género no conforme residentes en Chile a dar cuenta de su propia realidad. El instrumento, que surgió a raíz de un trabajo de tesis de estudiantes de Trabajo Social de la Universidad Católica, tiene por objeto convertirse en «el estudio más completo que se haya hecho hasta el momento sobre esta población, ya que está centrado específicamente en sus problemáticas y realidades».

La encuesta se realizará a nivel nacional, durante los meses de octubre y noviembre de 2016. Para participar, los y las interesadas pueden inscribirse desde ya en la base de datos. Lo importante, según señala la coordinadora Cris Córdova «es levantar la mano, decir miren, estamos aquí». 

«Durante mucho tiempo hemos sido la cola del movimiento por la diversidad sexual, lo que muchas veces no nos permite reflejar con exactitud nuestros propios problemas. Es necesario que podamos hablar por nosotros mismos. Por eso, la invitación es a participar y a volvernos visibles», sentencia Córdova.

En formato online, la encuesta constará de preguntas de selección múltiple y tiene una duración estimada de 30 minutos. Tras la recolección de datos, un equipo de profesionales trabajará en la investigación para publicar los resultados en extenso en octubre de 2017.

Nikki Raveau, quien va de candidata a concejala de Santiago durante las próximas elecciones, señala que es necesario volverse visibles «y posibles en todo tipo de espacios». Además, fiscalizar el acontecer en la materia, ya que el proyecto de Ley de Identidad de Género, que busca un mínimo de derechos para la población trans y de género no conforme, se tramita con excesiva lentitud en el Parlamento.

«Aún vamos en puros mínimos, pero es principal que superemos el estadio de las buenas voluntades de la institucionalidad, que se pongan las pilas en leyes y en materias concretas que le den un poco más de derechos a la población trans. Falta de todo, no hay casi nada, así que el trabajo es urgente», recalca.

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