La realidad de muchos migrantes en nuestro país

Hambre de humanidad: La triste razón detrás de la «flojera» de un trabajador haitiano en Chile

"Al pasar las horas noté que parecía frustrado, como enojado consigo mismo, se quedaba a ratos parado, a diferencia de su amigo, quien tenía una actitud distinta, con más iniciativa", relata Galo Oyarzo, quien difundió una sobrecogedora historia a través de redes sociales.

Por Daniel Labbé Yáñez

26/03/2018

0 0


Durante este fin de semana a través de redes sociales se dio a conocer una historia protagonizada por un ciudadano haitiano, que de alguna forma da cuenta de la silenciosa realidad que viven muchos de los extranjeros de esas y otras naciones al momento de llegar a Chile en busca de una mejor calidad de vida.

Watson arribó hace aproximadamente 25 días a nuestro país. Es padre de cuatro hijos y como estaba sin trabajo, hace una semana el chileno Galo Oyarzo -miembro de las organizaciones Voluntarios Sin Barrera y Sinfonía de los Ríos- lo llevó a unas labores en Panguipulli. Se sumó otro haitiano amigo de Watson, Georges.

«Era un día de mucha lluvia y al pasar las horas noté que parecía frustrado, como enojado consigo mismo, se quedaba a ratos parado, a diferencia de Georges, quien tenía una actitud distinta, con más iniciativa», relata Oyarzo, quien incluso se llevó la impresión de que simplemente Watson «era un poco flojo».

No obstante, de todas formas estuvo casi tres días trabajando sin fallar.

El creciente acercamiento y diálogo entre ambos le permitió finalmente a Galo comprender lo que le sucedía al joven haitiano. «Llevaba varios días sin comer, calculo que unos tres días, ciertamente no tenía fuerzas, tal vez con un grado de depresión, con muy poca ropa, pasó frío, le dí mis zapatillas para cambiarse», narra Oyarzo.

Un pollo comprado por su amigo Georges fue su primera comida después de días. «Obviamente se recuperó en algo y su ánimo fue cambiando de a poco. Esta semana lo hemos ido a visitar, notándolo de muy buen ánimo y con muchas ganas de trabajar; hoy lo llevamos con el dato del vecino Juan Carlos Vera a una labor de la mañana», continúa relatando Galo.

Finalmente, Watson consiguió un lugar para arrendar junto a su amigo. En el barrio Santa Elena de Valdivia se hizo una «Lukatón» este fin de semana para ayudarlo a cubrir sus necesidades básicas, una vecina le donó un cilindro de gas y con la ayuda de la ONG Voluntarios sin Barrera se le consiguió ropa de cama, cortinas y camisas, entre otras donaciones.

El Ciudadano

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones

Comparte ✌️

Comenta 💬