Premio Nacional de Historia 2016

Historiador Julio Pinto: “Hay que desmilitarizar la identidad chilena escrita desde el conflicto bélico”

El Seminario Mar para Bolivia, realizado en el Museo de la Memoria fue el evento escogido para estrenar el documental “Conflicto Chile – Bolivia: El argumento de los Premios Nacionales chilenos” en el que siete intelectuales de renombre entregan sus posturas ante el debate que Chile y Bolivia dirimen en La Haya

Por Felipe Menares

20/06/2018

Publicado en

Chile / Historia / Política

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El Seminario Mar para Bolivia, realizado en el Museo de la Memoria fue el evento escogido para estrenar el documental “Conflicto Chile – Bolivia: El argumento de los Premios Nacionales chilenos” en el que siete intelectuales de renombre entregan sus posturas ante el debate que Chile y Bolivia dirimen en La Haya.

Manuel Antonio Garretón (Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanidades, 2007), Tomás Moulian (Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanidades, 2015), Julio Pinto Vallejos (Premio Nacional de Historia, 2016), Jorge Pinto Rodríguez (Premio Nacional de Historia, 2012), Juan Pablo Cárdenas (Premio Nacional de Periodismo, 2005), Raúl Zurita (Premio Nacional de Literatura, 2000) y al fallecido dramaturgo Juan Radrigán (Premio Nacional de Artes de la Representación, 2011); protagonizan el largo realizado por el Grupo Bolivia del Instituto de Humanidades de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Algunos de los mencionados como Juan Pablo Cárdenas y Julio Pinto llegaron al Seminario a profundizar sobre algunas de las reflexiones que se aprecian en el metraje documental. Este último advirtió se refirió al rol de la educación en lo que a la formación de ciudadanos anclados en un pensamiento latinoamericano y la necesidad de repensar lo que la hegemonía lama “conflicto”.

“Hay que desmilitarizar la identidad chilena forjada a partir de una memoria histórica y escrita desde el conflicto bélico. Pero, ¿Cómo revertir estas lógicas?. Es difícil pedírselo al Estado pues este es el principal perpetuador de estos discursos. Creo que hay que hacerlo desde la sociedad. Multiplicando el tipo de reflexiones que ofrece este seminario y el documental realizado por el Instituto de Humanidades”, señaló.

“Creo que a falta de salidas más armoniosas ante el conflicto es más sensato frente al interés nacional perseverar ante una discusión que seguirá  presente durante mucho tiempo. Sobre todo si es un pueblo vecino con el que compartimos muchas cosas y con el que vamos a seguir conviviendo por las buenas o las malas por todo el tiempo que América Latina siga existiendo”, agregó.

Manuel Antonio Garretón, Premio Nacional de Ciencias Sociales 2007, otro de los intelectuales entrevistados en el documental realiza una curiosa comparación: si en un matrimonio surge una discusión, sería absurdo que una de las partes dictamine el fin del conflicto por su cuenta. En el mismo sentido, el profesor Pinto cree que si una de las partes cree tener la razón en un conflicto y esta pelea escala y se eterniza, hay que ponderar la convivencia. “¿Qué me interesa más?: ¿tener la razón o reconciliarme con mi hermano?. Si me lo preguntan, a mí en lo personal me interesa más la reconciliación que la supuesta razón”, señala.

Una discusión que ya no es diplomática

En plena discusión de un asunto que convoca a la voluntad ejecutiva chilena, el historiador llama a no cegarse ante chovinismos insostenibles ni la densidad cultural de las mayorías creada por supuestos éxitos militares o los territorios adquiridos por la fuerza. “Hay que desinstalar y reformular el concepto de patriotismo chileno pues existen otros logros además del sometimiento y la conquista. Esta es una tarea digna para quienes amamos este país y nos dedicamos al cultivo de la historia”, reiteró junto con plantear la necesidad de que el Estado sea quien se haga cargo de una memoria histórica que ha sido responsabilidad de los militares hasta ahora.

El licenciado en Filosofía y profesor del Instituto de Humanidades de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Claudio Gutiérrez, gestor del seminario y el documental advierte sobre una curiosa paradoja que se da entre los más intransigentes acerca del tema. “Dicen ni una gota de mar, ni un milímetro de territorio para Bolivia, cuando curiosamente grandes territorios chilenos han sido cedidos completamente para la investigación espacial en los observatorios del norte de Chile. Nadie ha alzado la voz sobre la soberanía en esos casos. Sabemos cuándo empiezan las guerras, pero nadie sabe cuándo terminan. En ese sentido, pedir “Mar para Bolivia” equivale también a pedir tierra para los mapuches”, dice Gutiérrez.

Presente en la cita, la cónsul boliviana Magdalena Cajías, dijo –como espectadora– del documental que espera reacciones favorables en el vecino país y que, al igual que Pinto Vallejos, cree que “Lo que plantean estos pensadores es un mensaje clarísimo de hermandad entre ambos pueblos que va acompañado de argumentos que trascienden lo diplomático y lo puramente político y apunta a campos mucho más profundos de lo que significa la convivencia humana”, destacó.

“Durante el tiempo que llevo en Chile he visto como la posibilidad de llegar a acuerdos ha sido algo definido por  lado político y diplomático, pero a estas alturas ese espacio se ha transformado en algo muy importante determinado por el intercambio del pensamiento y de la cultura de sus sociedades”, señala la autoridad.

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