Hoy se cumplen 11 años del terremoto que cambió la Tierra y dejó una cicatriz en la historia de Chile

l epicentro se registró fue en la costa sur de la Región del Maule, específicamente en Cobquecura, con una magnitud de 8,8 en la escala Richter, pero con una intensidad máxima de IX en la escala de Mercalli, en el Biobío, afectando al 80% de la población nacional.

Por Leonardo Buitrago

27/02/2021

Publicado en

Chile / Portada / Terremoto

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Este sábado 27 de febrero se cumplen 11 años del fatídico terremoto 8,8 y posterior tsunami que sacudió a Chile en 2010 y, que dejó a 523 fallecidos, 24 desaparecidos y más de 800 mil damnificados, lo que lo convierte en uno de los sismos más fuertes de la historia de la nación.

A las 3:34 de la madrugada de ese día, el violento sismo azotó gran parte del territorio del país y se transformó en uno de los ochos movimientos telúricos más importantes de la humanidad.

El epicentro se registró fue en la costa sur de la Región del Maule, específicamente en Cobquecura, con una magnitud de 8,8 en la escala Richter, pero con una intensidad máxima de IX en la escala de Mercalli, en el Biobío, afectando al 80% de la población nacional.

Este sismo fue 31 veces más fuerte y liberó más fuerza que el de Haití, que había ocurrido apenas un mes antes.

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El movimiento se registró por un «desplazamiento súbito de la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana en un área que se extiende aproximadamente desde la península de Arauco por el sur hasta el norte de Pichilemu», sostuvo el Centro Sismológico Nacional (CSN), agregando que el fenómeno se produjo «entre las rupturas activadas por los terremotos de mayo de 1960 (el del 20 de mayo se conoce como el de Valdivia) por la zona sur, y el terremoto de Valparaíso de 1985 por el norte».

La zona comprendida se mantuvo en un denominado «silencio sísmico» por más de 170 años, activándose en plenitud en el verano del 2010.

Desplome del edificio Concepción

El terremoto afectó desde la zona central hasta la sur del Chile. En Concepción, el edificio Alto Río fue una de las imágenes más fuertes que dejó esta desgracia, ya que la estructura no aguantó el movimiento y cayó.

En la costa de esa zona, la catástrofe destruyó casi en su totalidad a las localidades de Tirúa, Lota, Coronel y Dichato, como también Chillán, Curicó y Talca.

Las réplicas, por su parte, demostraron a lo largo del tiempo la fuerza del sismo principal, dejando temblores que sobrepasaron fácilmente la magnitud 6.

Este movimiento telúrico liberó una energía de unas 800 mil bombas atómicas como la que Estados Unidos detonó en Hiroshima en 1945, provocando no solo un cambió en la rotación y redistruibución de la masa terrestre del planeta, sino que inclinó en 2.7 milisegundos el eje de la tierra. Es decir que, a partir de esa madrugada de febrero cada día comenzó a ser más corto en nuestro planeta, en exactamente 1.26 microsegundos. 

Tsunami devastador

Sin embargo, el sismo no fue el único desastre ambiental que sacudió aa Chile, ya que a los pocos minutos olas de casi 10 metros de altura comenzaron azotar las diferentes costas del país como parte de un gran tsunami, el cual arrasó con todo lo que había a su paso.

De acuerdo con el Centro Sismológico Nacional  el maremoto «azotó las costas chilenas en pocos minutos, alcanzando principalmente las localidades costeras de las regiones del Maule y del Biobío como también las de O’Higgins, Valparaíso y especialmente la isla de Juan Fernández, dejando importantes daños y víctimas fatales«.

Uno de los lugares que fue prácticamente tragado por el mar fue la Isla Orrego en Constitución, donde en hasta ese momento, cientos de familias acampaban en el lugar.

Aunque el Gobierno de Michelle Bachelet, decretó estado de catástrofe, también llamó a la calma. Con la información entregada por los organismos encargados de la emergencia, entre ellos la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) y el SHOA la mandataria no entregó de manera oportuna la alarma de tsunami correspondiente, lo que dejó un saldo de 104 fallecidos.

Ese día en Chile no funcionaron correctamente los sistemas de prevención, de alerta temprana, ni las comunicaciones. La tecnología, eje central de estos soportes, colapsó o se dañó producto del sismo. 

Hubo falta de operatividad de los principales organismos de alerta y emergencia chilenos debido a un conjunto de imprecisiones y fallas, que fueron desde la falta de personal, hasta la caída de la conexión a internet a nivel nacional

El Poder Judicial imputó a seis personas: el exsubsecretario del Interior Patricio Rosende, la exdirectora de la Onemi Carmén Fernández, el exjefe de turno Johazziel Jamett; el director del Shoa Mariano Rojas y sus asesores, Enrique y Mario Andina.

Fueron acusados como autores de cuasidelito con resultado múltiple de homicidio por las muertes en varias zonas azotadas por las gigantescas olas de la madrugada del 27 de febrero del 2010.

Tanto el terremoto como el posterior tsunami revelaron la fragilidad del país en materia sísmica, la poca cultura de la sociedad y la ineficacia de las autoridades nacionales para alertar sobre la catástrofe.

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