Escaso acceso al agua es una de las principales preocupaciones

INDH y Defensoría Penal Pública constatan calidad de vida de internos del penal de Arica

El pasado miércoles 20 de junio, el Instituto Nacional de Derechos Humanos, Sede Arica y Parinacota, junto a la Defensoría Penal Pública, realizaron una visita para observar las condiciones carcelarias del Recinto Penitenciario de Arica, y particularmente del módulo de Alta Seguridad de dicho penal

Por Absalón Opazo

04/07/2018

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El pasado miércoles 20 de junio, el Instituto Nacional de Derechos Humanos, Sede Arica y Parinacota, junto a la Defensoría Penal Pública, realizaron una visita para observar las condiciones carcelarias del Recinto Penitenciario de Arica, y particularmente del módulo de Alta Seguridad de dicho penal.

Durante la visita, se pudo confirmar que persisten problemas que afectan las condiciones de vida de los internos e internas, destacándose el escaso acceso al agua. Ésta es proporcionada sólo tres veces en el día, durante media hora. Durante esos reducidos espacios de tiempo, los internos procuran almacenar el agua que pueden, en bidones que ellos mismos se han conseguido.

Asimismo, los internos del Módulo de Alta Seguridad refirieron, entre otros aspectos, alimentación de mala calidad, con alimentos líquidos diluidos más de la cuenta, y con componentes asociados a un alto consumo de carbohidratos y grasas.

También indicaron un precario y deficiente acceso a la salud y fundamentalmente un servicio de enfermería que no da abasto para la población penitenciaria existente, en el cual es frecuente la mala atención de los funcionarios y la permanente escasez de medicamentos.

Otro derecho que se ve afectado es el derecho a la educación. La población que reside en el Módulo de Alta Seguridad es categorizada -según Gendarmería- como una población penal que se encuentra allí en forma “transitoria” por razones disciplinarias, o bien para resguardo de la seguridad de los propios internos. Lo anterior se suma a la falta de programas para el desarrollo de competencias laborales, lo que compromete las posibilidades de resocialización.

El Módulo presenta además dificultades en cuanto a las horas de patio de los internos, las cuales deben distribuirse entre diferentes grupos, medida que según Gendarmería se debe al riesgo de agresiones entre los mismos internos.

En la contraparte, se destaca positivamente que en el Módulo E-2, que alberga a 226 internos, se están reparando los baños y se ha instalado un estanque que permitirá almacenar agua. En gran medida, ello respondería a la iniciativa de un funcionario de Gendarmería que labora en el módulo, quien ha gestionado un trabajo asociativo entre internos, gendarmes, la dirección regional y terceros, para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas privadas de libertad.

Sin embargo, el Estado sigue incumpliendo su principal obligación que es hacerse cargo de mejorar las condiciones de vida de las personas en contextos de privación de libertad, lo que en el mejor de los casos, se visualiza en estrategias de solidaridad encaminadas a paliar este déficit.

Fuente: INDH

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