La Core UDI que pidió a Bachelet libertad para presos militares y el brutal crimen que condenó a su esposo

El pasado miércoles la presidenta Michelle Bachelet llegó hasta Temuco para inaugurar el pabellón «El amor de Chile». Fue durante esa ceremonia que la Core UDI de La Araucanía, Genoveva Sepúlveda Venegas, quien se encontraba sentada frente a la mandataria, decidió sostener un cartel pidiendo la «libertad» para quienes llamó «presos políticos militares».

«Jamás me arrepentiré de enrostrarle a cualquiera q la familia militar esta siendo víctima de una tortura sistemática, avalada absolutamente por los gobiernos de turno, incluido el ex Subsecretario Ubilla (sic)», escribió posteriormente quien también fuera concejala de Temuco. «No existe en Chile ningún preso de izquierda por los cientos de asesinatos a sangre fría, como el del General Urzua, Coronel Vergara, q fueron acribillados a la salida de su casa por comandos extremistas. Hoy todos indultados (sic)», agregó Sepúlveda.

Junto con ello, aseguró que la Justicia «se ha ensañado con las FFAA en retiro (sic)», argumentando que «como el poder Judicial está en manos de la izquierda, usan las condenas como trofeos para ascender (sic)». «Solo nos queda esperar q Dios ilumine esas odiosas mentes y podamos ser tratados con justicia (sic)», concluyó la Core UDI.

Fusilados

Pero la particular visión de la Justicia chilena de Genoveva Sepúlveda no es gratuita. Ha experimentado de cerca, en su entorno familiar más estrecho, las consecuencias de la aplicación de la ley en casos de violaciones a los derechos humanos. Su marido fue condenado como autor del asesinato de ciudadanos durante la dictadura.

En diciembre pasado, la Corte Suprema sentenció a tres miembros en retiro del Ejército a la pena de 15 años y un día de presidio por su responsabilidad en los homicidios calificados de Nenad Teodorovic Sertic, Elizabeth Cabreria Balarriz y Luis Muñoz Bravo, crímenes ocurridos el 15 de septiembre de 1973. Entre los uniformados condenados está Sergio Gutiérrez Rodríguez, esposo de Sepúlveda.

La investigación judicial estableció que entre el 13 y 14 de septiembre de 1973 personal de la Fuerza Aérea de Chile de Antofagasta detuvo a las mencionadas víctimas en sus domicilios, trasladándolos a la Intendencia Regional de la ciudad.

Luego, el 15 de septiembre, se ordenó al Capitán Sergio Gutiérrez Rodríguez, quien era Comandante de la Unidad de Comandos N° 3 de la Unidad Divisionaria de la Primera División del Ejército, trasladar a los prisioneros al campamento de detención ubicado en la Base Aérea de Cerro Moreno, perteneciente a la Fuerza Aérea de Chile. Sin embargo, en mitad del trayecto la comitiva que los llevaba se detiene y -de acuerdo a lo que se señala en el fallo- «por instrucciones de los oficiales, proceden los suboficiales al fusilamiento de los detenidos, causándoles la muerte”.

«La muerte se debió a los disparos que les efectuaron miembros de la patrulla del Ejército (…) El resultado de la muerte de las víctimas debido a proyectiles balísticos (varios en el caso de los dos hombres y uno respecto de la mujer), solo puede estimarse como perseguido y querido por quienes accionaron las armas de fuego que dispararon», concluye la resolución judicial.

El Ciudadano