A menos de tres cuadras de Plaza Ñuñoa

La Inclusiva, una sanguchería pensada para personas en situación de discapacidad

Llevan tres meses funcionando y les ha ido bien. Los garzones que trabajan en el restaurante deben saber lenguaje de señas y el menú está en braille. Estas son dos de la tantas medidas de inclusión que tiene este revolucionario local, ubicado en la avenida Irarrázabal.

Por Nicolás Massai

20/02/2017

Publicado en

Chile / Portada / Sociedad

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Facebook La Inclusiva Sanguchería

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Afuera del local, o también en la terraza, se escucha el sonido de los autos que transitan por la avenida Irarrázabal. Juan Muñoz es uno de los socios de la sanguchería La Inclusiva. Es sordo, lo que no le impide hablar con fluidez y entendimiento. Él la fundó, él la atiende, y se pasea con platos contundentes de hamburguesas gruesas, acompañadas de papas fritas o aros de cebolla hechos en casa.

Cuenta por qué se le ocurrió fundar este restaurante: “empecé a buscar trabajo para poder tener recursos y estuve en más de 17 entrevistas. En ninguna parte me aceptaron. Para mí ser sordo no me impide nada”, dice al micrófono de El Ciudadano TV.

Antes de que se le ocurriera abrir el local tuvo otra idea de inclusión, la de un equipo deportivo. “Como había creado el rugby inclusivo, se me ocurrió hacer un restaurante inclusivo”, cuenta.

A la entrada del restaurante hay una rampa para personas en silla de ruedas; los garzones deben saber lenguaje de señas; el copero, Felipe Villalobos, también tiene capacidades diferentes; el menú está en idioma braille. La experiencia de Muñoz, esa que lo tuvo de entrevista en entrevista, formó un estilo donde la inclusión no es «solo para los clientes, sino que para dentro, para las personas en situación de discapacidad», dice.

En las mesas de la terraza se ve una chica arriba de una silla de ruedas. Se llama Daniela, y dice que el restaurante es bueno, especialmente “para nosotros, que nos cuesta entrar a algunos restaurantes, que las puertas son súper chiquititas, o que de repente el espacio es muy chico, o las mismas mesas que a veces uno no cabe, queda súper atrás”.

Fernando Valencia es otro de los fundadores de esta empresa culinaria. Habla que ya llevan 3 meses en funcionamiento; fue abierto en noviembre de 2016. Él se desempeña en la caja del restaurante y está aprendiendo el lenguaje de señas. Es cuñado de Juan. «Hay una brecha súper grande entre una persona con discapacidad y una que no tiene discapacidad», dice el segundo de los tres socios del local que tiene como slogan no hay barrera que te impida comer rico.

Rodrigo, el encargado de la cocina, entrega las características de la hamburguesa inclusiva, la especialidad de la casa. «Tiene lechuga, hamburguesa de 180 gramos que hacemos acá, queso crema, champiñón, cebolla caramelizada y palta», dice.

Ya no queda más que hablar, solo sentarse, escuchar el sonido de los autos y disfrutar de una cocina inclusiva.

Puedes ver la transmisión de El Ciudadano TV en el siguiente link.

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