Campo de Batalla N°1

La semana de la ofensiva: constituyentes vs reaccionarios

Análisis de la disputa política en Chile, del 13 al 19 de febrero de 2022.

1. El momento constituyente abierto por la revuelta popular de octubre de 2019 está llegando a su momento más agudo. Luego de una fase de confrontación callejera entre el pueblo y el gobierno, el grueso de este momento constituyente se ha desplegado en el marco de la Convención Constitucional, donde alcanzaron consolidación institucional las aspiraciones de cambio político, y donde asoman con más claridad que nunca los horizontes transformadores de los pueblos, encarnados principalmente por los movimientos sociales encabezados por el feminismo y el ecologismo, así como por los escaños reservados de pueblos originarios. En ese escenario constitucional, inédito para nuestra historia reciente de democracia restringida, se está dando una batalla abierta por el destino político del país. Se enfrentan las fuerzas populares constituyentes ya descritas y la amplia gama de fuerzas reaccionarias, que van desde la derecha minoritaria hasta la centroizquierda asustada, estas últimas horrorizadas por los monstruos destituyentes que abrió el mismo canal institucional que algún día consideraron la única salida ordenada a la crisis de octubre.

2. Las primeras deliberaciones sobre los informes de las comisiones de Sistemas de Justicia y Forma de Estado confirmaron los entusiasmos y temores de ambos bandos. Plurinacionalidad e interculturalidad, Estado Regional y autonomía, paridad y enfoque de género, son las primeras armas constitucionales que hoy han utilizado los pueblos para abrirse un espacio en el Estado y transformarlo en el proceso. Para las fuerzas reaccionarias fueron un golpe certero a su corazón autoritario y conservador, que desprecia las capacidades de los pueblos para gobernarse, y rehúye lo más posible cualquier referencia a las desigualdades estructurales (como las de género, raza o clase) en su mitología de una justicia cuya presunta ceguera no es sino el encubrimiento de la injusticia.

3. ¿Por qué hablo de fuerzas reaccionarias? Porque una vez derrotada la alternativa ultraderechista de Kast en las elecciones presidenciales, el liderazgo de la oposición al momento constituyente lo ha asumido un complejo de figuras y fuerzas que han mostrado su vocación reaccionaria (es decir, eminentemente contraria al cambio) precisamente en el momento en el que los verdaderos cambios están en juego. Además de la derecha, se le han unido sectores de la Democracia Cristiana y la ex Concertación, especialmente aquellos nostálgicos de la administración neoliberal sin contrapesos de la que gozaron en los 90s. Aquí encontramos a los ahora autodenominados «amarillos» como Soledad Alvear, Fulvio Rossi, Felipe Harboe, Javiera Parada, Alejandro Foxley, Andrés Velasco, Ignacio Walker, Mariana Aylwin, entre otras figuras que van de lo más duro del poder financiero a los rostros de la renovación socialista. La verdadera sorpresa no es que se hayan reunido, sino que hayan tardado tanto en encontrarse en la densa oscuridad de su derrota. Esto solo da cuenta de su profunda falta de proyecto político, ya que los une solamente el hilo conductor de oponerse a la refundación de Chile, una tarea demasiado pendiente que la revuelta vino a reponer al centro del debate político.

4. Estas voces reaccionarias han estado presente día y noche en los medios y las redes sociales, desde el comienzo mismo del proceso constituyente. Han ensayado todo tipo de argumentos para sostener su rechazo a la nueva Constitución, desde que los cambios no son necesarios hasta que la Convención está destruyendo Chile. Se trata de voces desesperadas ante las más mínimas garantías de derechos sociales o modificaciones al régimen político. Se dicen defensores de cambios graduales, pero sus propuestas son una reiteración de lo existente. Se llenan la boca con fervor patriótico y llamados a la unidad, pero representan a un sector minoritario que ha vivido los privilegios del régimen chileno en desmedro de las mayorías sociales. Durante la Convención, han dirigido sus flechas a las fuerzas populares constituyentes (Movimientos Sociales Constituyentes, Pueblo Constituyente, Coordinadora Plurinacional y otros escaños reservados, Chile Digno), a quienes perciben como representantes minoritarios de un populacho al que se le subieron los humos a la cabeza. Estas últimas semanas han mostrado su disposición a boicotear el mismo proceso institucional que respaldaron hace un año, luego de constatar que allí no ha sido posible jugar el viejo juego del chantaje, la cocina y la subordinación, porque su situación es deplorable: están en rotunda minoría y se enfrentan a sectores populares que llegaron a la Convención con un mandato irrenunciable y que no tienen nada que perder, solo ganar aprendizajes programáticos, nuevas alianzas políticas y poner a prueba su capacidad de correr el cerco.

5. ¿Cómo responder a las fuerzas reaccionarias? En primer lugar, urge desplegar una defensa del proceso constituyente como garante de transformaciones y la Convención Constitucional como sitio donde se están construyendo hoy esos cambios. En segundo lugar, será clave difundir las normas aprobadas y el sentido en que éstas benefician a los sectores populares, realzando su vinculación con las demandas más sentidas de los pueblos en las últimas décadas. Esta es una tarea que los Movimientos Sociales Constituyentes encarnan por su propia naturaleza de vocerías provenientes de las luchas sociales, pero debe ser asumida por el resto de los sectores de la izquierda de la Convención.

6. Ambas tareas requieren desatar la máxima creatividad posible en la conformación de miles de comandos autoconvocados en todos los territorios, articulados bajo una identidad común pero descentralizados y capaces de revivir los mejores momentos de la campaña por el Apruebo y la segunda vuelta presidencial. Este debe ser el principal objetivo de quienes no somos convencionales ni formamos parte de sus equipos de trabajo dentro de la Convención. Levantar los comandos populares constituyentes para transmitirle a nuestras comunidades, familias y amistades la importancia de la nueva Constitución nos permitirá contrarrestar el ruido de sables de la elite asustada y preparar el camino hacia el Apruebo de salida.

7. Los reaccionarios tienen razones para sentir horror ante los cambios, aunque como siempre exageran para encubrir su complicidad con la desigualdad y la injusticia. Lo han demostrado esta semana en que han reorganizado su posición defensiva ante los avances populares en el proceso constituyente. Esas razones son las mismas que deben entusiasmar a los pueblos de Chile y reforzar su confianza en la Convención y en sus constituyentes. Esta semana los pueblos han vuelto a tomar la iniciativa, arrinconando a los reaccionarios y reafirmando lo que fue claro en octubre: estamos a la ofensiva y no vamos a retroceder.

Por Pablo Abufom

Militante del movimiento Solidaridad y editor de Posiciones, revista de debate estratégico.

Santiago de Chile, febrero 20 de 2022.

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones