Parlamentarias de movimientos sociales llaman a incluir a organizaciones y personas expertas y comunes en implementación y eventuales cambios a la nueva Constitución

“Nuestro llamado es a centrar el debate en cómo garantizamos que los movimientos sociales y las personas que no están representadas en los partidos políticos, -quienes tuvieron rol fundamental en el proceso constituyente-, sean parte de la etapa posterior al Apruebo, en la implementación y los eventuales cambios en el nuevo texto, de forma transparente e inclusiva”, sostienen en una misiva un grupo de legisladoras y legisladores.

Este jueves, un grupo de parlamentarias y parlamentarios provenientes de movimientos sociales, independientes y militantes de partidos de Izquierda, publicaron una carta haciendo un llamado en el marco del plebiscito de este 4 de septiembre, el cual, según sostiene el documento “nos convoca a pensar el país que queremos, y cómo construiremos un nuevo Estado garante de derechos que nos mandata la nueva Constitución”.

Así, afirman que “desde nuestro rol como parlamentarias y parlamentarios provenientes de movimientos sociales, creemos firmemente que es algo que deberemos determinar luego del plebiscito, respetando el proceso constituyente, y junto a las organizaciones, juntas de vecinas y vecinos, sindicatos, expertas y expertos, y especialmente con las personas comunes, que no pertenecen a una orgánica, pero necesitan urgentemente mejorar su calidad de vida. Esta es la oportunidad que tenemos de cambiarla de forma concreta con la participación de quienes son los principales afectadas y afectados”.

Entre las y los firmantes de la misiva están el diputado Andrés Giordano (IND), la senadora Fabiola Campillai (IND), los diputados Jorge Brito (RD), Hernán Palma (PH), Cristián Tapia (IND), y las diputadas Ericka Ñanco (RD), Alejandra Placencia (PC), Mercedes Bulnes (IND), Nathalie Castillo (PC), Ana María Gazmuri (IND), Camila Musante (IND), Marta González (IND), Lorena Pizarro (PC) y Viviana Delgado (PEV).

“En ese sentido -señalan-, es también nuestra responsabilidad entregar las certezas para que esta discusión desborde las paredes del Congreso, y que los cambios constitucionales y la implementación de las leyes que nos mandata esta nueva Constitución tengan como principio la participación ciudadana, siguiendo el espíritu que nos llevó en un principio a exigir en las calles un nuevo texto que deje atrás los cerrojos que llevan 30 años frenando las transformaciones para un Chile más justo, democrático, descentralizado y sin abusos”.

“Como legisladores y legisladoras, la nueva Constitución nos mandata a asegurar trabajo decente y una remuneración justa y suficiente para el grupo familiar, es decir, un salario mínimo que supere la línea de pobreza familiar promedio ($531.048 líquidos actualmente); una vivienda digna -incluyendo, por cierto, la vivienda propia-, nunca más casas sin espacio para habitar ni servicios suficientes, o de pésima calidad; también educación y salud gratuita y de calidad, donde, sin excluir a privados, el centro esté en lo público para que nadie quede sin este derecho por no tener los recursos suficientes”, agrega la carta.

Asimismo, destacaron que “el nuevo sistema de seguridad social público otorgará protección y prestaciones suficientes al jubilar, entre otras contingencias que enfrentan la gran mayoría de personas que habitan nuestro territorio; este sistema garantiza que no haya más pensiones de miseria. La nueva Constitución nos brinda la oportunidad de avanzar hacia una sociedad democrática, en igualdad de derechos para hombres, mujeres y disidencias sexogenéricas”.

“Nuestro llamado es a centrar el debate en cómo garantizamos que los movimientos sociales y las personas que no están representadas en los partidos políticos, -quienes tuvieron rol fundamental en el proceso constituyente-, sean parte de la etapa posterior al Apruebo, en la implementación y los eventuales cambios en el nuevo texto, de forma transparente e inclusiva, acabando con la dinámica paternalista, discriminadora y tan cuestionada, propia del neoliberalismo que instaló la dictadura. Por un nuevo Chile: este 4 de septiembre ¡Aprobamos!”, finaliza la carta.

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