Región de Magallanes declaró la Emergencia climática porque estaba de moda

"El gobernador Jorge Flies no creó ningún plan de acción basado en las herramientas de ordenamiento territorial existentes en nuestra institucionalidad, ni mucho menos ha mandatado a los servicios públicos que adapten reglamentos y protocolos a esta nueva emergencia declarada..."

Por Absalón Opazo

16/11/2022

Publicado en

Chile / Columnas

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Por Agrupación Ciudadana Ultima Esperanza

En estos días se viene desarrollando en Egipto la COP27, cumbre que busca dar soluciones a la amenaza que representa el cambio climático. Pero en dicha instancia no hay nada nuevo bajo el sol: el norte global habla lo mismo de siempre, de la emergencia climática que vivimos, de la premura por hacer algo.

Sin embargo, eso lo hablan desde su propia realidad de privilegios, en donde la justicia climática con el sur está no está ocurriendo, ya que si el norte estuviera realmente preocupado por los efectos del cambio climático no estarían buscando soluciones en las supuestas bondades del capitalismo verde, que sigue potenciando y promoviendo el extractivismo en el sur del mundo.

De lo anterior poco se habla y cuestiona, porque el mundo gira en torno al desarrollo del norte y el sur sigue siendo ese páramo prístino de indígenas que ahora se vistieron con ropas sintéticas, pero que están allí para ser explotados y permitir energías verdes para el centro a costa de las periferias, nuestras cuerpas y nuestro desarrollo local. Lo anterior, con el apoyo de nuestras propias instituciones.

La realidad en Magallanes pareciera ser la misma. El gobernador Jorge Flies declaró la Emergencia Climática porque estaba de moda, pero no creó ningún plan de acción basado en las herramientas de ordenamiento territorial existentes en nuestra institucionalidad, ni mucho menos ha mandatado a los servicios públicos que adapten reglamentos y protocolos a esta nueva emergencia declarada.

En Magallanes, el hidrógeno verde para el norte global invade los territorios, que parecen tierra de nadie con el apoyo del actual gobierno que a estas alturas ya no podría denominarse ni feminista ni ecologista, ya que continúa en la senda del extractivismo.

Aquí en el sur de nuestro país y del mundo, se comenzarán a sacrificar vastos territorios que se encuentran en manos de privados, si no se generan herramientas de ordenamiento territorial que podrían ser una barrera que proteja las zonas rurales. Hoy, la protección de suelos es casi inexistente y el SAG es un aprobador del cambio de usos de suelo, como el SEA de proyectos.

Una de estas herramientas (de protección) es el PROT, plan regional de ordenamiento territorial, que se establece en la ley 21074, y que a través de una macro zonificación de carácter vinculante establece condiciones de localización de actividades productivas en zonas no comprendidas en lo urbano.

Es decir, sí se pueden resguardar espacios rurales que hasta ahora son tierra de nadie, los que además pierden su calidad de agrícola pasando a industrial con un simple papeleo, ya que el SAG sigue sin considerar al suelo como un elemento vivo.  

Con la tipificación actual, en Magallanes tenemos suelos casi sin valor, como si no fueran sistemas de vida, cuestión que ante el cambio climático es un riesgo. Por ende, surge la pregunta: ¿Cómo adaptó el SAG esta normativa bajo la declaración del intendente en su momento, ahora gobernador regional, de emergencia climática?

Es por ello que se hace urgente una coordinación de gobiernos comunales, y para eso exigimos que Jorge Flies, gobernador regional, se haga cargo de su declaratoria e impulse la creación de estos planes de ordenamiento, ahora que nos acercamos a fin de año y se organizan los presupuestos.

Hacerse cargo no es hablar de la emergencia climática porque está de moda, es disponer de presupuesto y gestionar para que los municipios de manera coordinada puedan realizar estos planes y proteger la ruralidad ante el avasallador avance del hidrogeno verde, ruralidad que la salmonicultura ya ha invadido sin ninguna evaluación ambiental sinérgica que considere la logística en tierra de la actividad.

En el norte global no se avasallan territorios sin control por el desarrollo, al contrario, con herramientas de ordenamiento territorial garantizan y protegen su lugar para explotar en ultramar, y como reyes de la doble moral lo vienen a hacer aquí al sur del sur.

Este es y ha sido nuestro territorio. ¿Seguiremos esperando para alzar la voz? ¿Si no es ahora, cuándo? Y si no somos nosotras, ¿quienes?

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