«Si tocan a una, tocan a todas»: Carta Pública de la Red de Historiadoras Feministas

Agrupación denunció el caso de un historiador, desvinculado por acoso de una universidad santiaguina, que luego ganó un prestigioso fondo de investigación.

Por Absalón Opazo

12/03/2021

Publicado en

Chile / Género / Historia

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La Red de Historiadoras Feministas (RHF) se fundó en el año 2017, en gran parte debido a los múltiples casos de acoso sexual denunciados en departamentos de Historia. Ha publicado numerosas declaraciones y cartas en esta línea y también fue un tema importante de su primer Congreso en el año 2018.

Como parte de este esfuerzo de eliminar la violencia y el acoso de los entornos de la Historia, la RHF publicó, en diciembre 2019, la columna «¿Hasta cuando se entregan fondos de investigación a acosadores», dirigida hacia el organismo de investigación pública en ese entonces, Conicyt (ahora ANID).

Allí se denuncia el caso de un historiador desvinculado por acoso de una universidad santiaguina que luego, ganó un prestigioso fondo de investigación (Fondecyt regular). En febrero 2020, se informó que el historiador mencionado en la columna puso un recurso de protección contra el diario que publicó la columna. En agosto 2020 la Corte desestimó este recurso.

No obstante, en diciembre 2020 este mismo historiador puso una querella criminal por injurias contra una coordinadora de la Red de Historiadoras Feministas, Hillary Hiner.

En esta carta pública, la Red de Historiadoras Feministas refuta la atribución de la carta a una sola persona – fue escrita colectivamente por la Red de Historiadoras Feministas – como también el fondo de lo que ocurre: esta denuncia fue de un claro interés público, ya que habló de un tema urgente dentro de investigación – el acoso sexual – y se dirigió hacia una entidad pública (Conicyt).

A continuación, el Manifiesto de la Red de Historiadoras Feministas:

«Desde el año 2015, las instituciones de educación superior experimentaron profundos cuestionamientos tras darse a conocer diversas denuncias de acoso, violencia y abuso sexual por parte de académicos a estudiantes. Desde ese momento en diversas instituciones se advierte la falta de normativas para investigar y sancionar estos actos, debiendo ajustar las políticas universitarias. Lo anterior implicó que varios académicos denunciados fueran desvinculados o amonestados tras investigaciones internas. Sin lugar a dudas, estos acontecimientos abrieron una discusión mayor, respecto a la erradicación del sexismo y las violencias en espacios académicos de manera transversal, discusiones muy consecuentes, además, con los movimientos transnacionales del #MeToo y #NiUnaMenos.

En una declaración del 11 de abril de 2016, muchas de nosotras que ahora somos parte de la Red de Historiadoras Feministas (RHF), señalamos: “Como historiadoras mujeres, muchas de nosotras hemos pasado por situaciones similares, sino iguales, en nuestras propias formaciones académicas o hemos sido testigos de reiteradas situaciones de misoginia y machismo dentro de nuestras instituciones de estudio y trabajo. Nuestras labores como mujeres académicas han sido frecuentemente menospreciadas y marginalizadas. Y cuando hemos hechos públicas estas denuncias se nos acusa de quejarnos innecesariamente o se invisibilizan nuestros reclamos”.

En octubre 2017 se formó la Red de Historiadoras Feministas en el marco de las Jornadas de Historia de Chile en Valdivia. Es una red informal de académicas y profesionales que cuenta con más de 200 personas en un grupo Google, 6000 personas en un grupo Facebook y, además, con más de 3500 seguidorxs en Twitter. Tenemos cinco coordinadoras que funcionan a nivel nacional, desde el norte al sur, y escribimos nuestras declaraciones y comunicaciones de forma colectiva. Desde luego, dado el contexto de los últimos años – Tsunami Feminista de 2018, creación de Comisión de Igualdad de Género en el CRUCH, introducción de la ley de acoso sexual en universidades – varias de las declaraciones RHF han versado sobre temáticas referidas al acoso y violencia sexual al interior de las universidades.

Asimismo, el 29 de diciembre de 2019, interpelamos al Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación, por no contar con una Política de Género ajustada a las necesidades que las mujeres y la sociedad demandan. Lo anterior, debido a que en el proceso de adjudicación de fondos de investigación no se establecen criterios que dialoguen con los procesos de investigación y sanción, sobre violencia y acoso sexual, desarrollados en las instituciones de educación superior. Lo señalado, quedó expresado en la declaración: “¿Hasta cuándo entregan fondos de investigación a acosadores?”

En este caso, se hizo referencia, a partir de documentos públicos, al historiador Milton Godoy, quien fue denunciado por acoso y abuso sexual en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, institución desde la que fue desvinculado tras una investigación. En la carta solo nos referimos a situaciones y documentos de público conocimiento, indicando nuestra disconformidad con la falta de protocolos para entregar fondos en situaciones de este tipo y proponiendo, “transformar el sistema de adjudicación de fondos, estableciendo paridad en los grupos de estudios y considerar la inhabilidad de acceso a fondos públicos de quienes tengan sanciones por casos de violencia de género, acoso y abuso sexual, tal cual hoy se demanda en el sistema de representación política y cargos públicos en su totalidad”.

El pasado 27 de enero del 2020, el Ministerio anunció avances en la construcción de una política de género en la investigación, advirtiendo, “que las medidas traerán mayor equidad en la asignación de fondos de investigación, un observatorio con enfoque de género y un programa para visibilizar científicas en regiones”.

Estamos seguras que dicha política sólo representará nuestras demandas en la medida que se construya con las investigadoras y según nuestras necesidades. Porque entre otros aspectos, en la actualidad las mujeres y feministas que levantamos la voz para exigir transformaciones en las políticas públicas, recibimos, por el contrario, la persecución por parte de quienes buscan acallarnos. Es lo que ocurre en la actualidad a partir de una querella criminal por injurias, interpuesta por parte de Milton Godoy a la feminista y coordinadora del área centro de la RHF, la académica Hillary Hiner. Como muchas ya sabemos, es muy fácil en Chile interponer este tipo de querella. Además, a diferencia de los procedimientos seguidos en otros países, en Chile es la persona querellada la que tiene que probar no haber injuriado, y no lo contrario (probar que el querellante efectivamente sufrió injurias).

En enero del 2020 Milton Godoy presentó un recurso de protección contra el diario El Desconcierto por la columna RHF ya mencionada (“Hasta cuando entregan…”). Como parte de este proceso, El Desconcierto entregó el nombre de Hillary Hiner, como si “fuese” la representante o responsable de la RHF, situación que no corresponde, dada nuestra orgánica de coordinaciones en la RHF. El 17 de agosto de 2020 la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó este recurso. No obstante, y, de forma prevista por la RHF, el nombramiento de Hiner por El Desconcierto permitió abrir las puertas a una futura querella, lo cual finalmente ocurrió.

A partir de esta querella criminal, nos parece sumamente preocupante y grave que, una vez más, las mujeres somos acosadas y perseguidas, queriendo acallar nuestras voces y denuncias. Así lo vimos hace poco con el colectivo Las Tesis, quienes fueron acusadas y querelladas por Carabineros por “atentado a la autoridad”, entre otras cosas. Asimismo lo vimos con muchas estudiantes que presentaron valientemente denuncias contra profesores e investigadores acosadores, que también tuvieron que enfrentar querellas judiciales, con el desgaste de tiempo, energías y dinero que aquello significa. Sin ninguna duda, se podría plantear que el uso masivo de querellas por injurias y calumnias en Chile se ha ocupado para atacar, criminalizar y silenciar el movimiento feminista.

No obstante, lo que parece no comprender él que nos querella es lo siguiente: si atacas a una, atacas a todas. Y si atacas a la Red de Historiadoras Feministas, también atacas a las numerosas redes, asociaciones, organizaciones y colectivos feministas que existen y denuncian las violencias machistas. Y si atacas a una red que denuncia acoso sexual, también atacas, en lo más profundo, a todxs lxs miles de sobrevivientes de acoso sexual y violencia machista que existen en el país.

Es por eso, que declaramos nuestra total solidaridad con Hillary Hiner y la Red de Historiadoras Feministas y decimos una vez más: “nunca más solas, no nos callarán”. Rechazamos mecanismos que atentan contra la libertad de expresión y poder informar sobre temas de interés público, lo cual tiene como resultado, la criminalización de las luchas feministas. Esta querella busca transformar un problema político en un conflicto entre particulares, que no se condice con la forma colectiva de redactar columnas de la RHF, ni las transformaciones que el país enfrenta en la actualidad. Asimismo nos parece necesario que el Ministerio de Ciencias asuma las responsabilidades que le competen en este caso, ya que lo que pedimos, sobre todo, eran cambios a sus políticas de género.

Las organizaciones, asociaciones, e individuos abajo firmantes, damos nuestro apoyo a la Red de Historiadoras Feministas y a Hillary Hiner, rechazando la querella interpuesta por Milton Godoy en su contra. Somos personas y organizaciones relacionadas con la academia y la investigación, en particular con Historia, las Humanidades y las Ciencias Sociales. También somos personas y organizaciones relacionadas con los feminismos, las disidencias sexuales y los derechos humanos».

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