Logro surge a través de trabajo colaborativo

Tres escuelas rurales del Bío Bío son las primeras pro derechos trans

Colegios Cerro Pilque, Olga Ríos de Pinochet y Volcán Antuco cuentan con un protocolo que permite a estudiantes trans usar uniformes y baños acordes a su identidad de género.

Por Daniel Labbé Yáñez

28/02/2018

Publicado en

Chile / Diversidad / Educación / Género / Portada

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Importantes señales a favor de la inclusión están dando tres establecimientos rurales de la comuna de Antuco, en la región del Bío Bío, al implementar un protocolo que garantiza el respeto a la identidad de género de los estudiantes trans, de acuerdo a lo que informó este miércoles el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh-Biobío).

El Protocolo de Convivencia Escolar fue generado por el Departamento de Educación Municipal de la comuna y es aplicable a las escuelas Cerro Pilque, Olga Ríos de Pinochet y Volcán Antuco, las cuales -resalta el Movilh- “se convirtieron así en los primeros colegios rurales en implementar medidas de este tipo”.

Para el presidente de Movilh-Biobío, Esteban Guzmán, el protocolo “es de la máxima relevancia, pues en zonas rurales la realidad de la diversidad sexual y de género ha sido poco debatida y es apenas visible». En ese sentido, el dirigente postula que «las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales estamos en todas partes y merecemos los mismos derechos. Con esta normativa se viene entonces a garantizar derechos de estudiantes trans de Antuco, lo cual es un gran paso a favor de la igualdad”.

En el documento se establece como un deber “asegurar el derecho a la educación de niños, niñas y estudiantes trans, tanto en el acceso como durante la trayectoria educativa”. Un hecho que -relevan en el Movilh- “significa atender sus necesidades y diversidades personales y colectivas, creando espacios educativos seguros y respetuosos de su dignidad que favorezcan el desarrollo integral”.

En este sentido, se autoriza a los establecimientos a “agregar en el libro de clases el nombre social de la niña, niño o estudiante para facilitar la integración del alumno o alumna”.

Además, se aconseja el “uso cotidiano” del nombre social, así como la mención del mismo en “cualquier otro tipo de documentación afín, tales como informes de personalidad, comunicaciones al apoderado, informe de especialistas de la institución, diplomas, listados públicos, etc.”.

A la par, se garantiza que “el niño, niña o estudiante tendrá el derecho de utilizar el uniforme, ropa deportiva y/o accesorios que considere más adecuado a su identidad de género, independiente de la situación legal en que se encuentre”.

Por último, se establece que “se deberán dar las facilidades a las niñas, niños y estudiantes trans para el uso de baños y duchas de acuerdo a las necesidades propias del proceso que estén viviendo, respetando su identidad de género». «Las adecuaciones podrán considerar baños inclusivos u otras alternativas previamente acordadas”, indica la normativa.

Trabajo colaborativo

El protocolo surgió del trabajo conjunto de las tres escuelas y luego de que la psicóloga de establecimientos educacionales rurales del municipio, Lissette Jara Cárdenas, impartiera a la comunidad escolar un ciclo de charlas sobre derechos humanos, no discriminación e identidad de género.

“El protocolo fue generado en conjunto con las docentes y directoras de las tres escuelas rurales, surge como una iniciativa propia de los establecimientos y se enmarca dentro de un ciclo de charlas que realicé sobre temáticas de diversidad, género y educación», precisó la profesional, quien agregó que fue en esa instancia de capacitación donde surge la idea de incorporar en el protocolo de convivencia escolar un apartado específico para niños y niñas trans.

El Ciudadano / Fuente: Movilh

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