Niño de 13 años fue asesinado en diciembre de 2016

Tribunal de Temuco declara culpables a dos de los cuatro acusados por el crimen de Alan Peña

El Tribunal Oral en lo penal de Temuco declaró culpables a dos de los cuatro imputados por el asesinato de Alan Peña, un niño de 13 años, ocurrido en Temuco a fines de 2016

Por Absalón Opazo

02/06/2018

Publicado en

Chile / Justicia y DD.HH / Regiones

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El Tribunal Oral en lo penal de Temuco declaró culpables a dos de los cuatro imputados por el asesinato de Alan Peña, un niño de 13 años, ocurrido en Temuco a fines de 2016.

Según consigna radio Bío Bío, la justicia declaró culpables de los delitos de sustracción de menores con homicidio y sustracción de menores con graves daños, a Pablo Morales y Abraham Bravo. En tanto los otros dos imputados, Víctor Chanqueo y Joana Mora, fueron absueltos.

El crimen tuvo lugar en diciembre de 2016 en, y quedó al descubierto cuando carabineros encontró el cuerpo del niño, el cual estaba debajo de la cama y envuelto en un cobertor. Además, encontraron un colchón ensangrentado, junto al cual había un cinturón y un martillo.

De acuerdo a la versión oficial, el asesinato habría sido cometido por los padres de una menor -con la ayuda de otras dos personas- en venganza, ya que que presuntamente la niña habría sido abusada sexualemente por Alan Peña, lo que finalmente fue descartado por la justicia.

Alan Peña era conocido por vender calendarios en la calle, actividad que realizaba junto a Víctor Chanqueo, de 18 años, quien vivía a unos 30 metros de la vivienda de los agresores. Incluso, a veces, Alan se quedaba a dormir en la casa de Chanqueo cuando se escapaba del Sename, añade el reporte policial.

En este punto, la mujer declaró haber escuchado a sus hijas de cinco y seis años refiriéndose a un abuso de Alan, por lo que la mujer revisó e interrogó a la menor, encontrando ronchas en sus genitales, y un ojo morado. Le contó esto a su jefa, recibiendo de ella las facilidades para ir a su casa y revisar cómo estaba su hija, instancia que aprovechó para llevarla a un centro asistencial.

Un colega, Abraham Bravo, la trasladó a su domicilio, y una vez que llegaron a la Villa San Eugenio, él relató que vio a la pequeña de cinco años acostada con un ojo morado. Fue en ese momento cuando, según los datos policiales y el testimonio de Bravo, apareció el padre de la niña diciendo ‘al huevón lo tengo amarrado en la otra casa’”.

La pareja llevó a Bravo a la casa de Chanqueo. Sin embargo, tras ver a Alan amarrado salió rápidamente de la vivienda para hacer la denuncia en Carabineros. Según antecedentes de la investigación, en ese momento lo llamó la madre de la menor y le señaló textual: “el cabro chico ya era”, por lo que le solicitó ayuda.

Más tarde personal de Carabineros encontró el cuerpo de Alan, quien habría sido torturado a golpes, por alrededor de 12 horas. Una de las hipótesis que se sostiene en este punto, es que el trastorno bipolar que padecía hizo que se mostrara indiferente a los golpes que recibía, o que no exteriorizara el dolor, por lo que los padres de la niña habrían respondido con más violencia a este comportamiento. Finalmente, Alan murió asfixiado. Los agresores primero lo intentaron con una bolsa y luego con una almohada.

Posteriormente, el informe forense arrojó que la niña no fue violada, sin embargo, aún se indagan otros tipos de abuso de los que pudo haber sido víctima. El abuelo de Alan dijo en su funeral que “para nosotros, la impresión mejor es que el niño quedó absuelto, que no había cometido ningún delito y que fue inocentemente sacrificado”.

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