La Pontificia Universidad Católica interpuso recientemente una querella contra Loïk Gence, un investigador de nacionalidad belga acusado de rociar con ácido equipos de investigación del Instituto de Física del campus San Joaquín.
Gence, quien es doctor en ciencias de la Universidad Católica de Lovaina, fue contratado en 2016 por la casa de estudios y se desempeñó como profesor asistente del Instituto de Física durante ocho años, hasta que, el pasado 16 de julio, la universidad tomó la decisión de desvincularlo por razones que se mantienen en reserva.
Según señala la querella dada a conocer por Las Últimas Noticias, Gence habría ingresado al campus San Joaquín a las ocho de la mañana del sábado 9 de noviembre, vestido con chaqueta azul de camuflaje, gafas oscuras y una capucha sobre la cabeza.
A pesar de la vestimenta, el científico no tomó muchas precauciones para ocultar su identidad. Ingresó en un auto que tenía registrado a su nombre y estacionó en el lugar que había hecho siempre durante los últimos ocho años. Luego utilizó su tarjeta de identificación, que seguía activa, y accedió al Laboratorio 103 del departamento 309 del Instituto de Física, uno de los espacios más sofisticados de la física experimental en el país.
Los daños al laboratorio
La querella detalla que Gence forzó una ventana para entrar al lugar y, una vez allí, llenó una jeringa con ácido que se encontraba dentro del laboratorio y la vertió sobre un equipo avaluado en más de $215 millones.
Tras esto, el científico se dirigió hacia un segundo equipo, avaluado en cerca de $41 millones, y sustrajo una pieza fundamental para su funcionamiento. Finalizada la tarea, Gence se retiró tranquilamente del campus.
Dos días después, el lunes 11 de noviembre, los investigadores que trabajaban en el lugar se horrorizaron al encontrar los equipos dañados al interior del laboratorio. Al revisar las cámaras de seguridad, reconocieron de inmediato al exprofesor que había trabajado allí durante casi una década.
Desde la Universidad Católica condenaron el actuar de Gence, al que calificaron de «vandálico», y señalaron que su ataque comprometió investigaciones en curso y otras que se estaban iniciando en el Instituto.
«Una consecuencia muy grave es que compromete además la formación de estudiantes en estas temáticas, es decir, perjudica fuertemente la formación de capital humano avanzado», agregaron desde la casa de estudios.