Por Arnaldo Canales Benítez

Seis de cada diez niños en Chile sufren violencia en su propio hogar. No hablamos de estadísticas lejanas, sino de realidades cotidianas que marcan la vida de miles de niños y niñas que deberían crecer en espacios seguros, y que en cambio cargan con heridas emocionales y físicas desde la infancia.
El reciente informe de Unicef es un espejo incómodo: más de 1.200.000 niños viven privados de derechos básicos como salud, educación, vivienda o juego. A esto se suma un dato que debería estremecernos como sociedad: casi el 30% de los niños ha sido víctima de violencia sexual, cifra que en el caso de las niñas asciende a un devastador 41%.
La violencia no solo deja cicatrices invisibles; también cobra vidas. Entre 2022 y 2024, los homicidios de menores aumentaron en un 40%. Y en los hogares en entornos de riesgo, el 52% de los niños vive en medio de la violencia. ¿De qué futuro hablamos cuando la infancia crece rodeada de dolor y miedo?
Necesitamos fortalecer las habilidades parentales, invertir en programas de intervención y, sobre todo, asumir que la crianza también requiere acompañamiento, educación y apoyo. No se trata solo de sancionar, sino de prevenir.
El Estado cuenta hoy con la Política Nacional de Niñez y Adolescencia y su plan de acción vigente desde 2024, que reconoce estas problemáticas. Pero el papel aguanta todo; lo que necesitamos con urgencia es que las políticas se traduzcan en cambios concretos, recursos suficientes y voluntad sostenida.
En este mes de la infancia, Unicef impulsa la campaña “Tratarnos bien, nos hace bien”. No es un eslogan vacío: es una interpelación directa. Porque hablar de buen trato no es un lujo, es la base para garantizar derechos esenciales.
Este no es solo un desafío social. Es una obligación ética, política y cultural: asegurar el futuro de Chile. Un país que le falla a su infancia es un país que se condena a sí mismo.
Por Arnaldo Canales Benítez
Doctor en Pedagogía y Educación. Experto en educación y bienestar emocional en América Latina. Magíster en Educación Emocional e impulsor de la Ley de Educación Emocional en Chile y Latinoamérica.
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