China-América Latina, de la cooperación a la acción: jóvenes diseñan soluciones globales para la pobreza

En un mundo marcado por desigualdades persistentes, la juventud emerge como protagonista de las soluciones más innovadoras

China-América Latina, de la cooperación a la acción: jóvenes diseñan soluciones globales para la pobreza

Autor: El Ciudadano

En un mundo marcado por desigualdades persistentes, la juventud emerge como protagonista de las soluciones más innovadoras. El Concurso “China–América Latina Juventud Respondiendo a los Desafíos Globales: Reto de Superación de la Pobreza 2025” no solo es un certamen, sino una plataforma de encuentro, diálogo y acción que busca situar a las nuevas generaciones en el centro de la lucha contra uno de los problemas más urgentes de nuestro tiempo: la pobreza.

Este concurso tiene una historia que habla de cooperación, visión y compromiso. Fue lanzado en 2024, en el marco de la 19ª Cumbre del G20 celebrada en Brasil en noviembre de 2024, donde la visita oficial del presidente chino Xi Jinping dejó uno de los hitos destacados en materia de cooperación académica entre China y América Latina. En esa ocasión, la Universidad de Tsinghua, representada por su secretario del Partido, Qiu Yong, y la Universidad Federal de Río de Janeiro, firmaron un acuerdo para impulsar el programa “La juventud China-América Latina respondiendo a los desafíos globales”. El convenio, incorporado entre los resultados oficiales de la gira presidencial, simboliza no solo la voluntad de estrechar vínculos educativos y científicos, sino también un paso concreto hacia la construcción de una agenda común entre ambas regiones frente a los grandes retos del siglo XXI.

En su primera versión, celebrada en 2024, el concurso dejó en evidencia que la juventud no solo reflexiona, sino que también actúa. Los equipos participantes presentaron proyectos que conectaron innovación con compromiso social: desde propuestas tecnológicas para la inclusión digital hasta estrategias para mejorar el acceso a servicios básicos en comunidades rurales. Esa experiencia cimentó las bases para que en 2025 la iniciativa creciera en alcance e impacto.

La edición de este año contó con el respaldo de embajadas de China en Brasil, Chile y Perú, así como de las representaciones diplomáticas de Brasil y Chile en Beijing. También sumó el patrocinio de empresas de prestigio como State Grid Chile, Envision Technology Group, China Mobile Internacional, Kuaishou International Business (KSlB), Grupo Luksic y Minera Las Bambas, lo que refuerza la idea de que el combate a la pobreza requiere un esfuerzo conjunto entre academia, sector privado y gobiernos.

En este concurso, los equipos de distintos países presentaron propuestas que abordaron desde la educación inclusiva hasta la agricultura inteligente, pasando por el acceso a energía limpia, la reducción de la pobreza digital y la innovación en políticas públicas.

Los proyectos seleccionados en el concurso reflejan tanto la diversidad como la creatividad de la juventud. Por ejemplo, un grupo propuso una plataforma de empleo artesanal asistida por inteligencia artificial para personas con discapacidad; otro planteó el aprovechamiento de residuos mineros para producir materiales de construcción sostenibles; y un tercero diseñó sistemas solares aplicados a la agricultura en zonas semiáridas, entre otros.

Más allá de la competencia, el concurso ha sido un espacio de aprendizaje intercultural. Los jóvenes participantes no solo presentan proyectos, también comparten visiones, se inspiran mutuamente y construyen redes de colaboración que trascienden fronteras. Así, la superación de la pobreza se convierte en un objetivo compartido, nutrido por experiencias diversas y enfoques complementarios.

La relevancia del concurso radica también en el carácter práctico de sus propuestas. No se trata de ejercicios académicos aislados, sino de proyectos con potencial de implementación en comunidades concretas. El énfasis en la aplicabilidad asegura que la innovación juvenil no quede en el papel, sino que se traduzca en soluciones palpables y medibles para quienes más lo necesitan.

Este año, las finales internacionales se celebraron en Chile. La agenda se inauguró el 20 de agosto con una ceremonia de apertura que dio la bienvenida oficial a las delegaciones y presentó los objetivos del certamen. Al día siguiente, el 21 de agosto, se desarrolló el seminario “Inteligencia Artificial y Desarrollo Inclusivo: Estudios de Caso sobre Reducción de la Pobreza mediante IA”, instancia que reunió a académicos, responsables de políticas públicas y jóvenes innovadores para debatir cómo la tecnología puede convertirse en una herramienta decisiva al servicio de la equidad social. Finalmente, el 22 de agosto se llevaron a cabo las presentaciones de los equipos finalistas, frente a un jurado internacional que evaluó proyectos sobre energías limpias, inclusión digital, desarrollo productivo rural y cooperación comunitaria.

El concurso no solo premia la creatividad, también respalda a los equipos ganadores con programas de intercambio académico. Los jóvenes latinoamericanos ganadores del concurso viajarán a China en enero de 2026. Este intercambio es clave para que las soluciones no queden circunscritas a un país o región, sino que se enriquezcan de la experiencia comparada. En definitiva, el Concurso “China–América Latina Juventud Respondiendo a los Desafíos Globales” se ha convertido en un faro de innovación y esperanza.

Por Dra. Marcela Vera

Economista, Académica de la Universidad de Santiago


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