Inteligencia artificial y puntaje social

China: La nueva política de vigilancia constante terminará de implementarse el 2020

Cada movimiento que hagan y cada paso que den, el gobierno los estará observando

Por Sofia Olea

24/09/2018

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Cada movimiento que hagan y cada paso que den, el gobierno los estará observando. No se trata de un episodio de la serie Black Mirror, sino de una nueva política en China, que está en camino de lanzar su sistema de «Crédito Social» en tiempo real para 2020.

El sistema monitorea, rastrea y clasifica a los ciudadanos chinos basándose en una combinación de factores utilizados para luego asignar a los individuos una puntuación numérica. Estos puntajes pueden favorecer o arruinar a una persona, en algunos casos otorgándoles acceso VIP a ciertas instituciones. En otros casos, los mal puntuados podrían incluirse en una lista negra del apoyo estatal, incluido el acceso a las escuelas o el transporte, informa IFLScience. Los puntajes generales pueden fluctuar en tiempo real, de acuerdo al comportamiento de un individuo y cómo éste afecta a  los que están a su alrededor.

Basándose en un código muy estricto de buen comportamiento, en el que una sola acción reprobable restringe las oportunidades de un ciudadano, el gobierno dice que el sistema de clasificación construirá una «sociedad socialista armoniosa» que perfeccionará el sistema de economía de mercado, acelerará e innovará la gobernanza social y fortalecerá la conciencia de los ciudadanos. En la actualidad ya se emplean alrededor de 600 millones de cámaras de vigilancia de alta tecnología para monitorear a los 1.400 millones de ciudadanos de China, 20 veces la cantidad que ya se usa en EEUU. Según Channel News Asia, a más de 9 millones de personas se les ha prohibido comprar boletos de avión y a otros 3 millones a comprar boletos de clase ejecutiva, desde que se implementaron por primera vez los programas piloto obligatorios en 2014.

Policías equipados con anteojos de Inteligencia Artificial (AI) en Luoyang, China. Crédito: Reuters

Durante todo el día, cada movimiento de una persona se rastrea y juzga mediante inteligencia artificial, haciendo una referencia cruzada de sus registros  en el gobierno, incluidos los documentos médicos, financieros y legales. Luego, el software procesa los números para dar a los individuos un puntaje de crédito social máximo de 800.

Los puntajes se potencian por actos positivos, como pagar las cuentas a tiempo, participar en obras de caridad, clasificar el reciclaje y obedecer las leyes de tránsito. Los buenos puntajes otorgan a las personas acceso a ventajas como un transporte público más económico y tiempos de espera más cortos para los servicios hospitalarios, como informa Science Alert. Pero si un ciudadano se equivoca o rompe las normas, puede esperar que la vida se le haga cada vez más difícil. Según una fuente oficial china, el lema del programa es «permitir que los confiables vaguen libremente bajo el cielo, mientras se dificulta a los desacreditados a dar un solo paso». Algunos medio han especulado que aquellos que exhiben conductas consideradas inaceptables por el gobierno pueden esperar sanciones como multas, admisiones limitadas a las escuelas, límites en las velocidades de Internet e incluso bloqueos a las oportunidades de trabajo.

China argumenta que el programa de clasificación es una forma de garantizar que las personas siempre mantengan un buen comportamiento, pero se puede interpretar que, más que monitorear a los ciudadanos, el sistema de «gobernanza algorítmica», como menciona The New York Times, pretende controlarlos e influenciarlos de forma indiscriminada. Orwell nunca había estado tan cerca.

El Ciudadano

 

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