Con la llegada de 2025, la industria mundial de las telecomunicaciones marca un momento crucial: el inicio de la «era de la estandarización 6G». Se espera que los organismos internacionales de normalización se concreten para 2029, y que las pruebas comerciales iniciales se implementen alrededor de 2030.
Si bien el 5G ya ofrece capacidades impresionantes: velocidades ultrarrápidas, latencia mínima y conectividad masiva, el 6G promete un gran avance. Su objetivo es alcanzar velocidades de transmisión superiores a 100 Gbps, reduciendo la latencia por debajo de un milisegundo, crucial para aplicaciones en tiempo real como la robótica de fábricas inteligentes y la operación remota de equipos.
En términos de conectividad, 6G integrará exponencialmente más dispositivos, particularmente sofisticados sistemas de Internet de las cosas (IoT), terminales inteligentes y sensores biomédicos, sentando las bases para un mundo verdaderamente inteligente e interconectado.
La tecnología 6G trasciende la mera mejora de la velocidad. Su potencial revolucionario reside en tres dimensiones integradas. En primer lugar, la integración de sensores y comunicaciones, donde las señales de comunicación no solo transmiten datos, sino que también perciben entornos físicos. En segundo lugar, la síntesis terrestre y no terrestre, con redes unificadas que abarcan la tierra, el aire, el subsuelo y el agua para una cobertura ubicua. En tercer lugar, la convergencia entre la comunicación y la inteligencia, con inteligencia computacional integrada en la arquitectura de red. Estos avances transformarán la tecnología 6G, de un simple medio de comunicación, en una red integral de información móvil de próxima generación.
Los hitos de ingeniería consolidan aún más este impulso. El pasado julio, el académico Zhang Ping, de la Academia China de Ingeniería, presentó la primera red de pruebas de campo del mundo para la comunicación 6G y la integración inteligente.
El operador de telecomunicaciones chino, China Mobile, en colaboración con el Instituto ZGC de Innovación y Aplicaciones Ubiquitous-X, desarrolló un prototipo de sistema 6G nativo de la nube, alcanzando velocidades de usuario único superiores a 8 Gbps y validando más de 10 tecnologías 6G innovadoras a través de una red de diez sitios. En febrero de 2023, China también lanzó el primer satélite del mundo para probar la arquitectura 6G en el espacio.
El auge simultáneo de la IA, la robótica y las tecnologías de economía de baja altitud, junto con la transformación inteligente de la manufactura, impulsa el avance del 6G. Impulsado por avances sin precedentes en detección, computación, big data e integración de IA, se espera que el 6G abra camino a aplicaciones transformadoras.
Consideremos los drones de baja altitud: las futuras redes 6G podrían dotarlos de percepción ambiental en tiempo real y capacidades de computación distribuida, optimizando el diseño y ampliando la autonomía de vuelo. De igual manera, los robots con IA incorporada podrían transferir tareas de computación intensiva a estaciones base 6G cercanas, lo que generaría unidades más ligeras, duraderas y rentables, allanando el camino para su adopción masiva en todas las industrias. Esto señala la distinción fundamental de 6G: no es simplemente una mejora gradual de 5G, sino un pilar tecnológico fundamental capaz de transformar ecosistemas industriales completos.
En el ámbito del transporte, la tecnología 6G podría impulsar la construcción de sistemas de transporte totalmente conectados y ciudades inteligentes, conectando fluidamente los vehículos, la infraestructura y los peatones del entorno. Estos sistemas integrados permitirían una gestión del tráfico verdaderamente inteligente y harían realidad la conducción autónoma. Ya se están implementando proyectos piloto basados en estos principios en varias ciudades chinas.
La Revolución del 6G
1. Velocidades extremas y capacidad masiva
El 6G promete velocidades de transferencia 100 veces superiores al 5G, alcanzando hasta 1 Terabit por segundo (Tbps). Esto permitirá descargar películas en 8K en segundos y soportará aplicaciones hoy imposibles, como hologramas en tiempo real o realidad extendida (XR) inmersiva. Además, aumentará drásticamente la densidad de conexión (hasta 10 millones de dispositivos por km²), esencial para la masificación del Internet de las Cosas (IoT) en ciudades inteligentes, donde miles de sensores, vehículos autónomos y wearables operarán simultáneamente sin congestión.
2. Latencia ultra-baja y confiabilidad cuántica
Mientras el 5G reduce la latencia a ~1 ms, el 6G busca alcanzar microsegundos (0.1 ms o menos), acercándose a la comunicación instantánea. Esto es crucial para aplicaciones de control remoto en tiempo real, como cirugías teleasistidas con retroalimentación háptica precisa, o la coordinación de flotas de drones autónomos. Junto con una fiabilidad del 99.99999% («siete nueves»), el 6G garantizará que sistemas críticos (redes eléctricas, transporte autónomo) operen sin fallos, superando las limitaciones del 5G en entornos de alta exigencia.
3. Integración con IA, sensórica avanzada y cobertura global
El 6G integrará inteligencia artificial (IA) nativa para optimizar dinámicamente redes, predecir fallos y gestionar recursos. Además, explotará frecuencias en bandas de terahercios (THz) y tecnologías como MIMO avanzado para ofrecer una precisión de localización milimétrica (incluso en interiores), superando el GPS y el 5G. Su mayor innovación será la cobertura omnipresente mediante integración con satélites de órbita baja (LEO), drones y plataformas estratosféricas, eliminando las brechas digitales en zonas remotas, océanos o desiertos, algo aún limitado en el 5G terrestre.
Mejoras clave respecto al 5G:
- Velocidad: De Gbps (5G) a Tbps (6G).
- Latencia: De milisegundos (5G) a microsegundos (6G).
- Conectividad: De 1 millón de dispositivos/km² (5G) a 10 millones (6G).
- Cobertura: De redes terrestres (5G) a redes 3D integradas con satélites (6G).
- Nuevas capacidades: Sensores integrados, comunicaciones hápticas y gemelos digitales del mundo físico.
El Ciudadano/Xinhua