Combinando el relato ancestral con la genética

Científicos peruanos dan un gran paso para desentrañar el origen de la civilización Inca

Como la civilización prehispánica más grande de América, los incas han fascinado a los historiadores durante años, al igual que la ciudadela inca de Machu Picchu fascina a los turistas de hoy en día

Como la civilización prehispánica más grande de América, los incas han fascinado a los historiadores durante años, al igual que la ciudadela inca de Machu Picchu fascina a los turistas de hoy en día. Ahora, gracias al análisis genético moderno, tenemos más pistas sobre dónde se originó este pueblo.

El misterio que rodea a los orígenes de la civilización Inca hace que la nueva investigación sea crucial, ya que muestra que las dos leyendas sobre el origen de esta sociedad prehispánica podrían estar vinculadas.

Todos llevamos parte de la codificación genética de nuestros antepasados y los científicos a menudo usan técnicas de genotipado de ADN, como las que se implementan en este estudio, para determinar qué genes hemos heredado de nuestros padres.

En este caso, ese tipo de análisis se extendió a lo largo de varios siglos. «Es como una prueba de paternidad, pero no entre padre e hijo, sino entre personas», dijo a AFP Ricardo Fujita, uno de los investigadores de la Universidad de San Martín de Porres en Perú, quien publicó su trabajo en Molecular Genetics and Genomics.

Lago Titicaca

Comúnmente se transmiten dos historias sobre el origen de los incas. La primera dice que nacieron cerca del lago Titicaca, en Puno, en el sureste de Perú; la segunda dice que los incas descienden de hermanos de la región de Cusco, más al centro del Perú.

Para averiguarlo, los investigadores tomaron muestras de ADN de los habitantes de ambos lugares y luego compararon la codificación genética con unas 3.000 muestras de familias actuales que se sabe descienden de los incas.

Estos conocidos descendientes o familias ‘Panakas’ son el mejor vínculo que tenemos con el ADN de la antigua nobleza Inca, porque la mayoría de los enterramientos históricos incas y restos momificados fueron destruidos por los conquistadores españoles que llegaron en el siglo XVI.

Los investigadores encontraron similitudes genéticas entre las familias Panakas y las personas que viven en Puno y Cusco, lo que demuestra que hay algo de verdad en las leyendas tradicionales y que además las dos historias de origen parecen estar vinculadas.

Cusco, Perú

«Después de tres años de rastrear las huellas digitales genéticas de los descendientes, confirmamos que las dos leyendas que explican el origen de la civilización inca podrían estar relacionadas», explicó Fujita.

«Probablemente la primera migración provino de la región de Puno y se estableció en Pacaritambo durante algunas décadas antes de dirigirse a Cusco y fundar el Tahuantinsuyo», agregó.

El Tahuantinsuyo es todo el imperio inca expandido, que se extiende desde el oeste de la actual Argentina y centro-norte de Chile hasta el norte y el sur de la actual Colombia, una región impresionantemente grande para un pueblo que comenzó siendo muy pequeño.

Los científicos ya han publicado algunos resultados preliminares, pero ahora están dispuestos a ir más atrás en el tiempo. Dicen que incluso si las antiguas momias incas se han ido para siempre, todavía podría haber cementerios más antiguos donde se pueda extraer el ADN.

A medida que las técnicas más innovadoras de la actualidad se aplican al ADN de miles de años, podemos tener una nueva percepción del pasado: la forma en que las civilizaciones se dispersaron y migraron a lo largo de los siglos.

Cuantos más datos puedan obtener los científicos, en términos de tamaño de muestra y períodos de tiempo cubiertos, más clara se vuelve esta ventana hacia el pasado. Es posible que tengamos mucho más para aprender sobre cómo comenzó el gran imperio Inca.

Fuente: Science Alert

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