Científicos relacionan la ludopatía con un grupo específico de neuronas

Hace poco un grupo de científicos descubrió un conjunto de neuronas que interconecta dos regiones cerebrales, y que podrían explicar por qué las personas tienden o no a hacer apuestas arriesgadas

ruleta

Hace poco un grupo de científicos descubrió un conjunto de neuronas que interconecta dos regiones cerebrales, y que podrían explicar por qué las personas tienden o no a hacer apuestas arriesgadas. El hallazgo podría ayudar a entender y tratar mejor la ludopatía y otras adicciones similares.

Al parecer, la actividad neuronal en una de esas dos regiones cerebrales parece alertar: “Cuidado, puedo perder dinero”, mientras que en la otra parece decir: “Tengo la oportunidad de ganar dinero”. El equilibrio entre estos dos mensajes difiere entre las personas y puede determinar las decisiones que tomemos en los juegos de azar.

Así funciona, en términos simples, el sistema estudiado por el equipo de Brian Knutson, profesor de psicología en la Universidad de Stanford en California, Estados Unidos.

Durante la pasada década, diversos científicos han hecho seguimientos de la actividad en estas dos regiones cerebrales, conocidas como ínsula anterior y núcleo accumbens, pero Knutson tenía curiosidad por saber cómo trabajan juntas, si estaban directamente conectadas, o si ambas influyen sobre una región cerebral diferente, que seria la que toma la decisión definitiva.

Conocer esto podría ayudar a los científicos y a los legisladores que quieren entender mejor la toma de decisiones arriesgadas en el contexto de los juegos de azar y los comportamientos de riesgo, para así desarrollar estrategias más efectivas.

El equipo de Knutson empleó una técnica especial de resonancia magnética desarrollada en la Universidad de Stanford, que identifica vías neuronales que conectan regiones en el cerebro y que mide la fortaleza de tales conexiones en términos de lo bien aisladas que están.

Usando esa técnica, el equipo de Knutson y Josiah Leong encontró una vía que conecta directamente la ínsula anterior y el núcleo accumbens, algo que había sido visto en animales, pero nunca en humanos.

Es más, los investigadores encontraron que mientras más gruesa era la vaina de tejido graso que aislaba el conducto entre ambas regiones cerebrales -indicador de la fortaleza de la conexión- más cautas eran las decisiones de los participantes (en el contexto de un juego de azar durante el estudio). Esta conexión neuronal parece ayudar a que la región cerebral más cauta amortigüe la actividad en la región más atrevida.

NCYT.

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones