Estudio internacional revela cómo la discriminación daña directamente la salud de las personas transgénero

La investigación da cuenta de que la ignorancia sobre las necesidades de las personas transgénero, ha contribuido con la carencia de enfoques de salud apropiados, y urge a los científicos del mundo a construir nuevas miradas.

transgender rights

Se estima que en el mundo hay 25 millones de personas transgénero. Con esta cifra, ya era hora de que existieran estudios sobre las necesidades de salud de este grupo social. Un equipo internacional de científicos se ha hecho cargo de este tema, publicando una serie de tres informes en la revista médica The Lancet, los que revelan que la estigmatización y discriminación están directamente relacionadas con el daño al bienestar de las personas transgénero y a la vez proveen de una serie de recomendaciones, con el fin de que los profesionales de la salud corrijan esta injusticia.

Los investigadores lamentan que la falta de conocimiento y comprensión sobre las necesidades de quienes se identifican como transgénero, ha contribuido con un retraso en la creación de un enfoque de salud apropiado. De esta forma, urgen a los científicos alrededor del mundo para que construyan basados en esta investigación, usándola como trampolín para la realización de más estudios que profundicen en las necesidades de cada comunidad transgénero específica, en los diversos lugares del mundo.

Resumiendo los resultados que publicó el estudio, el coautor Sam Winter explica a EurekAlert que «muchos de los desafíos de salud que las personas transgénero tienen que enfrentar, están exacerbadas por leyes y políticas que les niegan el reconocimiento como transgénero. En ninguna otra comunidad existe un nexo entre derechos y salud, que sea tan claramente visible como en la comunidad transgénero»

Por ejemplo, el hecho de que muchos países no tengan leyes que protejan específicamente a individuos transgénero de la discriminación, significa que a muchos se les niega el acceso a una amplia gama de trabajos y que por lo tanto están en riesgo de verse involucrados en el trabajo sexual. A su vez, esto incrementa las probabilidades de contraer enfermedades venéreas, resultando en una prevalencia mundial de VIH entre las comunidades transgénero; 49 veces más alta que en el resto de la población (información respaldada por Human Rights Campaign).

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Mientras tanto, una investigación estadounidense realizada a nivel nacional, reveló que debido a la alta tasa de abusos sexuales y físicos que  soportan las personas transgénero regularmente, se ha reportado un 41% de intentos de suicidio; una cifra que deja chico al 1,6% de población total considerada suicida en Estados Unidos. De manera similar, un 56% de personas transgénero en Australia, ha sido diagnosticada con depresión, un índice cuatro veces más alto que el promedio total de la nación.

Basados en estas cifras, los autores del estudio ofrecen una serie de recomendaciones para mejorar la situación. Por ejemplo, invitan a las escuelas a educar a niños y niñas sobre la diversidad de género, afirmando que «todos los profesores deberían estar formados para trabajar con personas transgénero y para enseñar acerca de la diversidad de género».

Además, dicen que los médicos también deberían ser capacitados para cumplir con las necesidades de las personas transgénero y que deberían disponer de enfoques y tratamientos de salud adecuados a esta comunidad, como terapias hormonales, por ejemplo; tal como se procede con las necesidades de otros grupos en el contexto de la salud pública.

Finalmente, los investigadores creen que para reducir la estigmatización, la Organización Mundial de la Salud (OMS) debe sacar el transgenerismo de la lista de desórdenes mentales diagnosticables y reclasificarlo dentro de la salud sexual. También hacen un llamado a que todos los países sigan el ejemplo de Argentina y Malta, países que sentaron un precedente legal que garantiza a los niños y niñas transgénero el derecho de elegir su propia identidad sexual cuando ellos se sientan preparados y no mediante la clasificación de un médico. En estos países, las personas transgénero también tienen derecho a un cuidado de salud apropiado y a no ser discriminados en cuanto a su expresión de género.

Sin embargo en Europa, los autores recalcan que 8 de 49 estados actualmente no reconocen los derechos de los individuos a determinar su propia identidad de género, mientras 17 «imponen requerimientos de esterilización a aquellos que buscan reconocimiento».

Al comentar sobre esta serie de estudios, el Subsecretario General de la ONU, Magdy Martínez-Solimán, declaró que la investigación «contribuye con el creciente cuerpo de evidencias que apuntan a las necesidades de un grupo que ha sido excluido de la salud y el desarrollo».

 

 

Por IFLScience

Traducción, CCV, El Ciudadano

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