Desentierran un tesoro escondido de la Edad del Bronce en el Reino Unido

Los arqueólogos de la Universidad de Leicester han desenterrado una colección única de artefactos de metal en un sitio de Leicestershire y algunos de estos descubrimientos son únicos en toda la región.

Dos de los artefactos encontrados en el sitio. Imagen: University of Leicester vía Science Alert

Lo que ahora es el sitio elegido para el desarrollo de almacenes a gran escala en el Reino Unido, hace 2.300 años era un pedazo de tierra donde los colonos de la Edad de Hierro celebraban ceremonias y banquetes comunitarios.

Los arqueólogos han desenterrado una colección única de artefactos de metal en este sitio de Leicestershire y algunos de estos descubrimientos son únicos en toda la región.

Mientras excavaban el sitio, conocido como Glenfield Park, los arqueólogos encontraron calderos decorados extremadamente raros junto con alfileres, un broche, un objeto de metal –que pudo haber sido el remate de un bastón ceremonial– y una espada.

El deslumbrante botín indica que un día hubo un asentamiento estable a lo largo de generaciones, con una evolución desde modestas viviendas hasta banquetes comunales.

«Glenfield Park es un sitio arqueológico excepcional, con una fantástica variedad de hallazgos que destacan a este como uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años», dijo John Thomas, director de excavación de la Universidad de Leicester.

Los arqueólogos conocían el sitio desde principios de la década de 1.990, cuando se realizó una excavación más pequeña para preparar el camino.

Las caminatas en terreno indicaron que había mucho más por encontrar, pero no fue sino hasta 2.013 que se encomendó un estudio previo a la construcción de un gran almacén y centro de distribución.

Lo que encontraron los investigadores fue extraordinario: un asentamiento de varias generaciones de la Edad del Hierro en un área de alrededor de 12 hectáreas, con una densa concentración –alrededor de 4 hectáreas– de restos de asentamientos que duró varios siglos.

Los primeros asentamientos del sitio datan de alrededor del siglo V a.C., pero la datación por radiocarbono de los artefactos muestra que en el siglo IV o III a.C., el carácter de la aldea había cambiado.

«Es el ensamblaje de la carpintería metálica lo que realmente distingue a este asentamiento. La cantidad y calidad de los hallazgos supera con creces a la mayoría de los ensamblajes contemporáneos del área y su composición es casi incomparable», dijo Thomas.

Las calderas varían en tamaño y fueron hechas de partes separadas, con anillos, bandas y mangos de hierro y con cuencos de aleación de cobre.

Debido a que eran tan frágiles tuvieron que ser levantados en bloques de suelo y analizados mediante tomografía axial computarizada (TC), que reveló motivos de tallos y hojas en una de las bandas de hierro –similar al estilo vegetal del arte celta– y un ribete abovedado en uno de los cuencos de cobre.

«La importancia de los calderos como objetos simbólicos se refleja en su frecuente aparición en la literatura medieval irlandesa y galesa, que se ha utilizado en estudios sobre la sociedad de la Edad del Hierro», explica Thomas. «Raramente se encuentran en grandes cantidades y, con la excepción de un descubrimiento en Chiseldon, se han descubierto pocos ejemplos en los últimos años», agrega.

Se espera que el estudio detallado del hallazgo tome unos dos a tres años, a cargo de un equipo del Museo de Londres. Los resultados del trabajo del equipo se publicarán en diciembre en British Archaeology.

El Ciudadano, vía Science Alert

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