Dormir poco y mal es un importante factor de obesidad

Los patrones de sueño interrumpidos pueden gatillar cambios en el apetito, el metabolismo, la motivación o la actividad física, e incluso en todos estos factores a la vez; una irrupción que finalmente lleva a aumentos de peso. Crear conciencia sobre este problema, señalan los expertos, podrá ayudar a muchas personas a mejorar su salud física.

En una importante conferencia internacional sobre salud, un grupo de científicos destacaron la importancia de dormir lo suficiente para mantener un buen metabolismo y un peso saludable. Incluso señalaron que el sueño de calidad puede ser hasta más importante que vivir contando calorías.

En el Congreso Europeo de Endocrinología, realizado en Lisboa, Portugal, los investigadores enfatizaron cómo los patrones de sueño interrumpidos pueden gatillar cambios en el apetito, el metabolismo, la motivación o la actividad física, e incluso en todos estos factores a la vez; una irrupción que finalmente lleva a aumentos de peso. Crear conciencia sobre este problema, señalan, podrá ayudar a muchas personas a mejorar su salud física.

«Nuestro estudio sugiere que la privación de sueño favorece el aumento de peso en os humanos., por lo tanto es pertinente decir que mejorar el sueño podría ser una intervención prometedora en el estilo de vida, para reducir en riesgo de futuros aumentos de peso», dijo Christian Benedict, a neurocientífico de la Universidad Uppsala en Suecia, al medio The Guardian, antes de la conferencia.

El sobrepeso como epidemia mundial se caracteriza por estar causado por hábitos alimentarios poco saludables, con exceso de azúcares, alimentos procesados y carencia de fibra. Pero los expertos recalcan que los malos hábitos de sueño también son un factor importante, particularmente por la cultura «24/7» que se vive hoy en día y la cantidad de registros sobre trastornos del sueño.

Hay una serie de estudios que vinculan los trastornos del sueño con un metabolismo deficiente, que redundan en una tendencia a ganar peso.

Uno de los experimentos que realizó el equipo de la Universidad de Uppsala, consistió en trabajar con 14 estudiantes hombres, que durmieron probando diferentes patrones de sueño, desde una cantidad saludable de horas, hasta el sueño interrumpido o la falta total de sueño. Luego de un período, se les midió los cambios en su dieta, sus niveles de azúcar en sangre, de hormonas y su ritmo metabólico.

Los resultados fueron rotundos. Incluso una sola noche sin dormir influyó en el metabolismo de una persona al día siguiente y redujo de un 5 a 20 por ciento su energía en tareas tan básicas como respirar y digerir. Los estudiantes también mostraron mayores niveles de glucosa y de las hormonas reguladoras del apetito –como la ghrelina- y alteraciones en las hormonas del estrés –como el cortisol.

«Debido a que la perturbación del sueño es una característica tan común en la vida moderna, estos estudios muestran que no es una sorpresa que los desórdenes metabólicos, como a obesidad, también estén en alza», concluye Benedict.

El Ciudadano

 

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