El ejercicio regular puede ayudar a proteger el cerebro contra el Alzheimer

Se ha demostrado que el ejercicio puede evitar el estrés, regular el estado de ánimo y hacernos más inteligente. Esto, sin mencionar los beneficios físicos. Ahora, un nuevo estudio se suma a la creciente evidencia que muestra que la poca actividad física acelera el deterioro cognitivo.

Con todo lo que cuesta arrastrarse al gimnasio cuando lo único que uno quiere es una noche de gimnasia mental con Netflix, no podemos negar que el ejercicio puede ser lo mejor que uno puede hacer por su salud.

Estudios previos han demostrado que las sesiones regulares de ejercicio pueden evitar el estrés, regular el estado de ánimo e incluso hacerte más inteligente. Esto, sin mencionar los beneficios físicos de hacer deporte.

Ahora, un estudio publicado en Journal of Alzheimer’s Disease se suma al creciente cuerpo de evidencia que muestra que la condición física puede ayudar a proteger la salud del cerebro. Los resultados sugieren que los niveles más bajos de actividad física aceleran el deterioro de las fibras nerviosas vitales del cerebro y, por lo tanto, el deterioro cognitivo.

Para el estudio, los investigadores del O’Donnell Brain Institute de la Universidad de Texas (UT) Southwestern, EEUU, reclutaron a 81 pacientes mayores. Veintiséis eran adultos «cognitivamente normales» y otros 55 mostraban signos tempranos de Alzheimer, incluyendo deterioro cognitivo leve (DCL) y pérdida de memoria incipiente.

Luego de determinar la salud física se usaron imágenes cerebrales para medir la funcionalidad de la materia blanca y se realizaron pruebas cognitivas y de memoria para medir la funcionalidad cerebral.

La clave parece residir en la materia blanca del cerebro, los haces de fibras nerviosas (o axones) localizados en los tejidos más profundos del cerebro (también conocida como la región subcortical). El equipo notó una correlación entre la mala condición física y la debilidad de la sustancia blanca: un signo de menor capacidad cognitiva.

«Esta investigación respalda la hipótesis de que mejorar la condición física de las personas puede mejorar su salud cerebral y ralentizar el proceso de envejecimiento», dijo Kan Ding, neurólogo de la UT Southwestern y autor del estudio.

Todavía se necesita más investigación para determinar cuánto ejercicio se recomienda exactamente y si es demasiado tarde para intervenir cuando los pacientes ya han comenzado a mostrar signos de Alzheimer.

«La evidencia sugiere que lo que es malo para tu corazón es malo para tu cerebro. Necesitamos estudios como este para descubrir cómo se entrelazan los dos y, con suerte, encontrar la fórmula adecuada para ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer», agregó Rong Zhang, también de la UT Southwestern.

El Ciudadano, vía IFLScience

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