Ciencia y tecnología

El consumo excesivo de alcohol está fuertemente asociado con trastornos de la alimentación

Un estudio sobre la conexión entre el consumo en exceso de alcohol y los trastornos de alimentación sugiere que estos dos fenómenos están intrínsecamente relacionados en adolescentes. Según una encuesta realizada al norte de Rusia, las niñas que toman alcohol en exceso son más propensas a trastornos alimenticios que los niños, aunque ellos también muestran inclinación hacia problemas de alimentación como conexión al consumo de alcohol.

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El consumo excesivo de alcohol en adolescentes se ha relacionado con una serie de problemas, incluyendo un bajo rendimiento escolar, conductas sexuales riesgosas (como exponerse al riesgo de contagio de alguna ETS), las drogas ilícitas, y un mayor riesgo de suicidio. El consumo excesivo de alcohol también puede estar relacionado con trastornos alimenticios, no obstante, existe poca investigación todavía.

Un estudio de la relación entre el consumo excesivo de alcohol y problemas alimenticios en adolescentes rusos ha descubierto que los comportamientos problemáticos relacionados a la alimentación y el exceso de alcohol tiene una fuerte conexión, la asociación se notó más en niñas que en niños.

«A pesar de que se ha estudiado la relación entre el consumo en exceso de alcohol con una variedad de diferentes conductas de riesgo, hemos visto relativamente poca investigación realizada sobre la conexión entre el consumo excesivo de alcohol y la conducta alimentaria problemática,» señaló Andrew Stickley, investigador de la Universidad Södertörn en Suecia y autor del estudio. «La mayoría de estas investigaciones se han llevado a cabo en América del Norte. Varios estudios de adolescentes han relacionado el consumo de alcohol en exceso a diversas formas de conductas alimentarias, como el ayuno y el uso de pastillas de dieta.»

Stickley y sus colegas utilizaron información de la Evaluación Social y de la Salud (SAHA), una encuesta basada en la escuela realizada en la ciudad de Arkhangelsk, Rusia, para analizar los datos de 2.488 (1.485 niñas y 1.003 niños) de 13 a 17 años. Se recogió información sobre distintos problemas de alimentación – preocupaciones sobre peso, sensación de grasa, comer en exceso, ayuno y ejercicio excesivo, y conductas de purga, así como beber en exceso, (definido como tomar cinco o más tragos, uno tras otro).

«Encontramos dos hallazgos principales,» señaló Stickley. «En primer lugar, los comportamientos alimentarios problemáticos eran comunes entre los adolescentes, especialmente entre las niñas. En segundo lugar, consumo excesivo de alcohol se asocia con problemas de alimentación entre los dos sexos, a pesar de que estaba vinculado con más problemas alimenticios en niñas.»

Stickley explica estas diferencias de género con mayor detalle.

«Casi el 50 por ciento de las chicas se preocupaban acerca de cómo dejar de aumentar de peso, mientras que casi un tercio de ellas había ayunado o habían incurrido en un exceso de ejercicio para prevenir el aumento de peso,» señaló el investigador. «Entre los chicos, los problemas eran menos frecuentes, aunque el 35 por ciento de ellos informó comer excesivamente. La prevalencia de conductas de purga – tales como vomitar o usar laxantes – era sin embargo, mucho menor entre ambos sexos. Después de ajustar por posibles factores de confusión, para las niñas, el consumo excesivo de alcohol se asoció con cinco de los seis problemas alimenticios que examinamos, mientras que entre los niños, el consumo excesivo de alcohol se relacionó con dos problemas – sentirse gordo, y el vómito o uso de laxantes para evitar el aumento de peso.»

Stickley agregó, que esto significa que la asociación entre el consumo excesivo de alcohol y problemas de alimentación previamente observada en los jóvenes de América del Norte también se encuentra entre los adolescentes rusos.

Esto sugiere que la asociación entre los problemas de consumo excesivo de alcohol y trastornos de alimentación en la adolescencia podría ocurrir a través de diferentes países, independientemente del entorno socioeconómico o la cultura particular de tomar, afirmó el investigador.

Fuente: ScienceDaily

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