En los ’80 era más fácil mantenerse delgados con las mismas calorías y ejercicios que ahora

un estudio norteamericano reveló que a los adultos de hoy les es más difícil mantener el mismo peso que a los de hace 20 o 30 años, incluso con los mismos niveles de comida y ejercicio. Los posibles factores son variados; desde los pesticidas o las sustancias que se usan en la comida procesada, hasta el uso de antidepresivos o endulzantes artificiales.

La actriz Jane Fonda fue la primera que masificó las rutinas de ejercicio en la TV de los ’80

Una serie de memes gringos con la imagen de un adolescente de fines de los ’70 –que ahora debería ser un adulto de mediana edad– usa como chiste algunos de los mensajes que los millennials dicen escuchar de las generaciones mayores. En estos memes, el personaje, Old Economy Steve (Steve de la vieja economía) se gradúa y consigue un trabajo enseguida, logra salir adelante porque la cuota de la universidad es baja o es capaz de comprar una propiedad a los 20 y tantos años mientras a los millenials solo les alcanza para comprar un smartphone.

1. Le va mejor que a sus padres… y a sus hijos; 2. -Cuando yo estaba en la universidad me pagaba la matrícula con el trabajo de verano. -La matrícula era de 400 dólares.

Ahora se podría agregar a un Old Economy Steve diciendo que en sus tiempos se podía comer en McDonald’s día por medio y aun así mantenerse delgado, ahora que un estudio norteamericano reveló que a los adultos de hoy les es más difícil mantener el mismo peso que a los de hace 20 o 30 años, incluso con los mismos niveles de comida y ejercicio. El artículo fue publicado en la revista Obesity Research & Clinical Practice.

Los autores examinaron los datos dietéticos de 36.400 estadounidenses entre 1971 y 2008 y los datos de actividad física de 14.419 personas entre 1988 y 2006. Se agruparon los conjuntos de datos por la cantidad de alimentos, la actividad, la edad y el IMC (Índice de Masa Corporal).

Encontraron una correlación muy sorprendente: una persona que en 2006 comía la misma cantidad de calorías, las mismas cantidades de macronutrientes (como proteína y grasa) y el mismo nivel de ejercicio, tendría un IMC 2,3 puntos más alto que una persona de la misma edad y costumbres nutritivas en 1988. En otras palabras, la gente hoy en día es alrededor de un 10% más gorda que en la década de 1980, incluso si sigue exactamente los mismos planes de dieta y ejercicio.

«Los resultados de nuestro estudio sugieren que si tienes 25 años, tendrías que comer aún menos y hacer más ejercicio que los mayores [a tu misa edad]», dice Jennifer Kuk, profesora de kinesiología y ciencias de la salud en la Universidad York en Toronto. «Sin embargo, también indica que puede haber otros cambios específicos que contribuyen al aumento de la obesidad más allá de la dieta y el ejercicio».

La razón de estos cambios sigue estando en el plano de la hipótesis. En una entrevista, Kuk habló de tres factores que podrían estar haciendo más difícil para los adultos de hoy mantenerse delgados.

En primer lugar, las personas están expuestas a más productos químicos que podrían inducir el aumento de peso: los plaguicidas, los retardantes de llama y las sustancias en los alimentos envasados y procesados podrían estar alterando los procesos hormonales y cambiando la forma en que nuestros cuerpos ganan y mantienen el peso.

Segundo, el uso de drogas prescritas por médicos ha aumentado dramáticamente desde los ’70 y ’80. El Prozac, la medicina contra la depresión más popular del mundo, apareció en 1988 y es parte de un tipo de drogas que con más frecuencia se prescribe en EEUU, los antidepresivos, y que se han vinculado varias veces con el aumento de peso.

Por último, Kuk y sus colegas piensan que la microbiota intestinal de los estadounidenses ha cambiado entre los ’80 y ahora. Se sabe que algunos tipos de bacterias intestinales hacen que una persona sea más propensa a ganar peso y volverse obesa. Los estadounidenses están comiendo más carne que hace algunas décadas y hay muchos productos animales que son tratados con hormonas y antibióticos para estimular su crecimiento. Todo esto podría estar cambiando la microbiota intestinal de formas invisibles, pero finalmente significativas. Kuk también cree que la proliferación de endulzantes artificiales podría estar jugando un rol en todo esto.

Kuk dice que es revelador el hecho de que el aumento de peso en los estadounidenses esté influido por factores que van más allá de su control directo y que la sociedad debiera trabajar por ofrecer una mejor salud preventiva a todo tipo de personas.

«Hay un gran sesgo en contra de las personas con obesidad», dice Kuk. «Se los juzga de flojos y autoindulgentes, pero ese no es realmente el caso. Si nuestro estudio está en lo correcto, se necesita comer aun menos y ejercitar aun más para estar al nivel de masa corporal de un adulto de hace 30 años», agrega.

Nota original en The Atlantic

El Ciudadano

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