Este audífono traduce automáticamente lo que te dicen en otros idiomas

Cualquiera que esté familiarizado con la película «The Hitchhiker’s Guide To The Galaxy» (o Guía del autoestopista galáctico), sabrá del pez Babel, una criatura de ficción que permite a los aliens de todas las razas comunicarse entre sí, en un lenguaje común.

En la realidad, lo que está ocurriendo es que una compañía tecnológica anunció la creación de un aparato electrónico con una función equivalente y llamado Pilot. El dispositivo, desarrollado por Waverly Labs, puede traducir simultáneamente ciertos idiomas a la lengua elegida por quien escucha, permitiendo que dos personas conversen aunque no estén hablando el mismo idioma. Aunque el dispositivo que emite los mensajes es un audífono que va dentro del oído, la tecnología es parte de una aplicación telefónica.

En esta etapa de desarrollo del invento, aún no se sabe qué tan efectivo es. Por el momento la empresa sólo ha lanzado un video que describe el concepto en acción. La información que se conoce hasta ahora es que el audífono va acostar entre 249 y 299 dólares, pero que estará disponible para reservas a través de una campaña en Indiegogo desde el 25 de mayo, a un precio reducido de 129 a 149 dólares. La aplicación será lanzada en julio-agosto; el auricular, a principios de 2017.

Pilot estará disponible en tres colores e inicialmente podrá interpretar hasta cuatro idiomas (inglés, francés, español e italiano), con planes de agregar más lenguas en el futuro.

La compañía no ha descrito cómo opera el sistema Pilot. Los traductores automáticos de audio que se conocen hasta ahora no logran ser muy precisos, siendo Skype Translator la versión con mejor desempeño que se conoce, informa IFLScience.

La empresa dice que pronto revelará más detalles sobre su tecnología en un video blog. Por el momento, y hasta que este recurso se haga masivo y más asequible, tendremos que seguir confiando en los intérpretes humanos, en las tecnologías que hay disponibles en el mercado o en nuestra intuición.

Fuente, IFLScience

El Ciudadano