Estudio de fósiles revela más detalles sobre la vida del dodo

La especie se transformó en icono de la extinción animal provocada por los humanos, y aunque se declaró completamente desaparecida en el siglo XVII, muchas personas están familiarizadas con el ave por su aparición en relatos de ficción. Pero la ciencia no ha logrado consensuar una descripción precisa sobre su verdadero aspecto y ecología. Este estudio se acerca.

Por Sofia Olea

25/08/2017

0 0


Esqueleto y modelo de dodo en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford. Imagen vía Wikipedia

El dodo es un ave no voladora que habitó las islas Mauricio, en el océano Índico, hace unos cuatro siglos. La especie se transformó en icono de la extinción animal provocada por los humanos, y aunque se declaró completamente desaparecida en el siglo XVII, muchas personas están familiarizadas con el ave por su aparición en relatos de ficción, como «Alicia en el País de las Maravillas«. A pesar de esta familiaridad, la ciencia no ha logrado consensuar una descripción precisa sobre su verdadero aspecto y ecología.

Pero ahora un equipo de investigadores sudafricanos y británicos se está acercando a este fin, con los resultados de un examen histológico de los fósiles de 22 dodos. Los resultados, publicados en Scientific Reports, revelan un nivel de reabsorción de calcio que indicaría que estas aves mudaban sus plumas cada año, como informa Sinc.

Son estos cambios en el color y el tipo de plumaje durante el período de un año, lo que explicaría las discrepancias en las descripciones del dodo que hacían los navegantes, además de las dificultades que se han tenido para representarlo de manera fidedigna.

Basándose en sus descubrimientos, los investigadores piensan que su temporada de cría comenzaba en agosto, cuando las hembras ovulaban y se fecundaban. Luego los polluelos eclosionaban y crecían rápidamente hasta alcanzar un buen tamaño, lo que les ayudaba a resistir las arduas condiciones del verano y la temporada de ciclones en la región, que ocurría entre noviembre y marzo. Al finalizar el verano, y hasta fines de julio, ocurría el cambio de plumaje, justo a tiempo para comenzar la siguiente temporada de cría.

El Ciudadano

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones