Experimento cambió los gustos musicales de sus participantes mediante estimulación cerebral

La 'estimulación magnética transcraneal' podría aplicarse en otra clase de estímulos; usarse para tratar afecciones tan diversas como la adicción, la obesidad o la depresión, porque tal como el goce musical, estos trastornos también involucran al circuito cerebral de recompensa.

Estimular el cerebro de una persona con pulsos magnéticos es suficiente para cambiar su gusto musical, según una nueva investigación.

Utilizando una técnica no invasiva llamada estimulación magnética transcraneal, un grupo de científicos logró cambiar la apreciación estético-musical de los sujetos que se sometieron al experimento.

El tratamiento no solo alteró la forma en que los participantes calificaron la música que escuchaban, sino que incluso afectó en su comportamiento en torno a ella, como la cantidad de dinero que estaban dispuestos a gastar en música.

Los investigadores mostraron que usando esta técnica se puede cambiar la forma en que la gente valora la música. «Es una importante y destacable demostración de que ahora se comprende mejor los circuitos que están detrás de estas respuestas complejas», dijo el profesor Robert Zatorre, neurólogo de la Universidad McGill, en Canadá, y autor principal del estudio publicado en Nature Human Behavior.

Este circuito se encuentra en una región del cerebro llamada corteza prefrontal dorsolateral izquierda.

Estudios previos con imágenes cerebrales habían demostrado que la estimulación de esta región conduce a la liberación de dopamina, una sustancia que actúa como una recompensa química en el sistema nervioso. Otros estudios han demostrado que la música placentera involucra a los circuitos de recompensa en el cerebro.

Pero esta es la primera vez que alguien manipula este circuito para cambiar la forma en que las personas piensan o sus preferencias estéticas.

Cuando los científicos utilizaron la estimulación «excitatoria» en la región cerebral a la que se dirigían, los participantes reportaron disfrutar más la música que estaban escuchando, y cuando se utilizó la estimulación «inhibitoria», les gustó menos.

Estos resultados también se reflejaron en los comportamientos de los participantes como consumidores. Los participantes estaban dispuestos a gastar más en la música que habían escuchado durante la estimulación excitatoria.

En el estudio, los autores informaron que estos cambios fueron solo temporales.

El profesor Zatorre cree que este trabajo podría aplicarse en otra clase de estímulos; usarse para tratar afecciones tan diversas como la adicción, la obesidad o la depresión, porque tales trastornos también involucran al circuito cerebral de recompensa.

«Demostrar que este circuito puede ser manipulado tan específicamente, en relación con la música, abre la puerta a muchas posibles aplicaciones futuras, en las que el sistema de recompensa deba ser regulado», dijo el investigador.

El Ciudadano, vía The Independent

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