¡Hallazgo!

«Fiona»: Se encuentra la primera ictiosaurio completa en un glaciar de la Patagonia chilena

El fósil de una hembra preñada de ictiosaurio, bautizado como “Fiona”, fue encontrado en un glaciar de la Patagonia chilena y se convirtió en el primer reptil marino extinto de este tipo desenterrado de manera completa, informaron este martes sus descubridores.

fiona

El hallazgo, compartido este martes por la Universidad de Magallanes, da cuenta de una pionera expedición desarrollada entre marzo y abril de este año y encabezada por la paleontóloga chilena Judith Pardo, quien ha logrado desenterrar el fósil y extraerlo de manera íntegra con el apoyo de un equipo internacional.

En el glaciar Tyndall, ubicado en el parque nacional Torres del Paine, al sur de Chile, fue encontrada Fiona, de cuatro metros de largo y la única hembra preñada registrada en el planeta de la época del Cretácico temprano, entre 129 y 139 millones de años.

“Fiona se encuentra completa, articulada y con embriones en gestación. Y su recuperación aportará información relativa a su especie a la paleobiología, en torno al desarrollo embrionario, y a una enfermedad que afectó durante su vida”, ha detallado Pardo.

Al hito de la recuperación de esta ictiosauria se suma el descubrimiento de 23 nuevos especímenes, llegando a existir, a la fecha, casi un centenar de ejemplares en el sector del Glaciar Tyndall, ubicado en la Región de Magallanes, lo que lo convierte –según resaltó Pardo- en el depósito de ictiosaurios de edad cretácica temprana más abundante y mejor conservado del planeta.

La académica, del Centro de Investigación GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes, añade que los restos han sido llevados al laboratorio de paleontología del Museo de Historia Natural de Río Seco, en Punta Arenas, en donde quedarán almacenados temporalmente para su posterior exhibición.

Reptiles marinos del Mesozoico

Los ictiosaurios fueron reptiles marinos que vivieron en todo el planeta durante la era del Mesozoico, entre 250 y 90 millones de años atrás.

Su cuerpo tenía forma de atún, similar a los delfines actuales, poseían pulmones, eran vivíparos y son considerados los animales que alcanzaron el mayor grado de adaptación al medio marino.

“Fiona”, en particular, fue descubierta por la doctora Pardo en el año 2009, durante el último día de campaña de una expedición paleontológica al glaciar Tyndall, financiada entonces por el Gobierno alemán, mientras desarrollaba su tesis de doctorado en la Universidad de Heidelberg.

La posterior excavación se ha podido llevar a cabo gracias a la adjudicación de aportes por parte de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (Anid), según informa el comunicado.

La magnitud de la investigación y las complejidades asociadas al terreno han atraído este año a científicos de todo el mundo, principalmente mujeres, como la reconocida doctora Erin Maxwell, jefa del departamento de reptiles marinos del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart (Alemania) o Cristina Gascó, restauradora del mismo museo.

Para la doctora Pardo, la participación de las expertas del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart fue y es clave. Este lugar, es uno de los museos con mayor tradición histórica en el estudio de ictiosaurios desde el siglo XIX y cuenta con una de las colecciones más grandes del mundo, con ejemplares de todas las edades, alcanzando más de 500 especímenes

También han participado los chilenos Miguel Cáceres, director del Museo de Historia Natural de Río Seco y Héctor Ortiz, biólogo, además del paleontólogo Jonatan Kuluza, de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara (Argentina), entre otros.

Proteger para valorar

Extraer a “Fiona” y los demás registros fósiles de las rocas del Tyndall no sólo busca satisfacer los fines científicos de la expedición, sino que además transmitir la importancia de este conocimiento a la comunidad.

¿Cómo se hará eso? Judith comentó que dejándolos en diferentes depósitos de la Región de Magallanes y la Provincia de Última Esperanza, con las medidas establecidas por el Consejo de Monumentos Nacionales. Sin embargo, cree que lo primero es implementar medidas de protección in situ que eviten el deterioro de los fósiles. “Tenemos casi un centenar de ictiosaurios en el depósito fosilífero del Glaciar Tyndall y muchos de ellos, lamentablemente, nunca podrán ser excavados, debido a la dificultad de acceso, al estar en zonas de riesgo (borde de acantilados), etcétera. Los ictiosaurios que no se excavarán necesitan de medidas de protección y consolidación in situ, ya que la erosión a la que están siendo sometidos, diariamente, los está destruyendo”, afirmó.

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