Geocientíficos descubren una ‘corriente en chorro’ de hierro fundido en el núcleo de la Tierra

El flujo corre hacia el oeste, por debajo de Alaska y Siberia, a 3.000 kilómetros bajo la superficie de la Tierra.

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Un grupo de científicos parece haber identificado una característica desconocida del núcleo de nuestro planeta. El estudio, publicado en la revista Nature Geoscience, detalla evidencia de una «corriente en chorro» de hierro líquido que fluye hacia el oeste, por debajo de Alaska y Siberia, a 3.000 kilómetros bajo la superficie de la Tierra, informa The Independent.

El descubrimiento surgió de una serie de medidas tomadas por los satélites Europe’s Swarm, que ofrecen un mapa del campo magnético de la Tierra, para entender mejor cómo funciona éste. Los científicos estiman que el chorro fluye a unos 50 kilómetros por año.

«Podría no sonar como una gran velocidad para quienes estamos en la superficie de la Tierra, pero hay que recordar que se trata de un metal líquido muy denso (…) Probablemente sea el movimiento más rápido que podemos tener en cualquier lugar dentro de la Tierra», explica a BBC el Dr. Chris Finlay, coautor del estudio y académico de la Universidad de Dinamarca.

En cierto modo, el flujo de hierro líquido se parece a la corriente atmosférica –un cinturón de aire a una gran altitud que permite a los aviones viajar más rápido a sus destinos.

Los científicos creen que el chorro tiene unos 420 kilómetros de ancho, aproximadamente. «Es probable que la corriente en chorro haya estado ahí por cientos de millones de años», dice el principal autor del paper, Dr. Phil Livermore, de la Universidad Leeds.

Se cree que la corriente se creó debido a su proximidad con dos regiones diferentes en el corazón de la Tierra. Cuando el hierro fundido se acerca a los bordes de cada lado se impulsa hacia afuera formando una corriente de chorro.

El profesor Rainer Hollerbach, también de la Universidad Leeds y coautor del estudio, dice que para que el impulso para que el fluido se mueva podría venir de la flotabilidad, o bien podría estar provocado por los cambios en el campo magnético en el núcleo.

El Ciudadano

 

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