Grupo de físicos propone que el espacio-tiempo está formado por varios espacios-tiempos diferentes

Cuando la luz blanca pasa a través de un prisma, el arcoíris al otro lado revela una diversidad de colores luz

prisma

Cuando la luz blanca pasa a través de un prisma, el arcoíris al otro lado revela una diversidad de colores luz. Esto ocurre porque la luz blanca es en realidad una mezcla de fotones con diferentes energías. Los colores aparecen porque los fotones, al tener diferentes longitudes de onda, experimentan la refracción en el prisma de diferentes formas.

Haciendo una analogía con el arcoíris, unos científicos han llegado a la conclusión de que, en los modelos del universo que utilizan algunas de las teorías cuánticas de la gravedad, debe existir también una especie de “arcoíris”, compuesto por diferentes versiones del espacio-tiempo. El mecanismo predice que en vez de haber una uniformidad espacio-temporal, las partículas de diferentes energías esencialmente experimentan versiones ligeramente modificadas de espacio y tiempo.

Hace años que los físicos han estado sospechando que las partículas de diferentes energías en los modelos cuánticos del universo perciben esencialmente espacios-tiempos con estructuras ligeramente distintas. Las hipótesis anteriores, sin embargo, no derivaban de teorías cuánticas, sino que solo estaban basadas en suposiciones.

Pero ahora, un grupo de físicos de la Facultad de Física de la Universidad de Varsovia en Polonia, liderado por el profesor Jerzy Lewandowski, ha llegado a la conclusión de que el espacio-tiempo ciertamente está formado por varios espacios-tiempos diferentes, e incluso ha formulado un posible mecanismo general que podría ser responsable de la aparición de tal «arcoíris» de espacios-tiempos.

El nuevo estudio ha conducido a otra interesante conclusión: el arcoíris de espacios-tiempos es un resultado de la gravedad cuántica. Los físicos comparten en general la visión de que efectos de este tipo solo se hacen visibles a energías gigantescas, cerca de la energía de Planck, billones de veces la energía de las partículas que están siendo aceleradas en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC Large Hadron Collider).

No obstante, el valor de la función beta depende del tiempo, y en momentos próximos al Big Bang pudo ser mucho más alto. Cuando beta se acerca a uno, el arcoíris de espacios-tiempos se expande considerablemente. Como resultado de eso, bajo tales condiciones, el efecto arcoíris de la gravedad cuántica podría potencialmente ser observado incluso a energías de partículas cientos de veces más pequeñas que la energía de los protones en el LHC actual.

Fuente: NCYT.

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones