La atribución de estereotipos de género empieza tan pronto como a los tres meses de edad

Aunque los tonos de voz de niños y niñas no se diferencian hasta llegada la pubertad, el estudio mostró que tan temprano como a los tres meses, los adultos ya atribuían grados de masculinidad y feminidad a los bebés, basados en el tono de sus llantos.

guaguas género

El proceso de creación de estereotipos de género comienza a una edad tan temprana como tres meses, de acuerdo a un estudio realizado en llantos de bebés, por la Universidad de Sussex, en Inglaterra.

Los adultos atribuyen grados de feminidad y masculinidad a los bebés, basándose en el tono de sus llantos, como lo muestra el estudio conducido por investigadores de la Universidad de Sussex, la Universidad de Lyon/Saint-Etienne y la Universidad Hunter College de Nueva York. El informe fue publicado en la revista BMC Psychology.

El estudio encontró:

  • Que con frecuencia, los adultos asumen erradamente que los bebés con tonos de llanto más alto son más femeninos, mientras los que lloran con un tono más bajo, son masculinos
  • Cuando se les dijo el género de los bebés, los adultos hicieron suposiciones sobre el grado de masculinidad o feminidad de los bebés, basados en el tono de sus llantos
  • Los adultos generalmente asumen que los bebés con tonos de llanto más altos están experimentando un malestar más intenso
  • Los hombres a quienes se les dice que un bebé es niño, tienden a percibir una mayor malestar en el llanto del bebé. Es probable que esto se deba a un estereotipo arraigado de que el bebé cuando es niño, seberían tener un tono de llanto más grave. (No hubo un hallazgo equivalente para las mujeres, o para la percepción de los hombres sobre las bebés niñas)

Aunque antes de la pubertad no hay una diferencia real entre los tonos de llanto de niños y niñas, el estudio encontró que los adultos se basan en los llantos de los bebés para hacer presunciones acerca del género, informa Science Daily.

guagua llora

El doctor David Reby, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Sussex, explica: «Es intrigante que la estereotipación de género comience tan temprano como a los tres meses, con adultos atribuyendo grados de feminidad y masculinidad a los bebés, solamente basándose en el tono de sus llantos. Los adultos a los que se les dice, o que ya saben, que un bebé con un tono de llanto alto es un niño, dicen que piensan que ese bebé es menos masculino que el promedio. Y las bebés con voces más bajas son percibidas como menos femeninas. Ya hay una evidencia generalizada de que los estereotipos de género influyen sobre el comportamiento parental, pero esta es la primera vez que lo hemos visto ocurrir en relación al llanto de los bebés. Ahora investigaremos si estas atribuciones estereotípicas afectan la forma en que los bebés son tratados y si los padres inconscientemente eligen ropas, juguetes y actividades diferentes, basados en los tonos de los llantos de sus bebés.

«El hallazgo de que los hombres asumen que los bebés de sexo masculino están más incómodos que las niñas, con el mismo tono de llanto, puede indicar esta clase de estereotipación de género está más arraigada en los hombres. Incluso podría tener implicaciones directas en el bienestar inmediato de los bebés: si una bebé se siente intensamente incómoda y su llanto es de un tono alto, sus necesidades podrían ser pasadas por alto, en comparación con un niño que llora al mismo tono. Mientras tales efectos son obviamente hipotéticos, los padres y cuidadores deberían estar al tanto de cómo estos sesgos pueden afectar la forma en que evalúan el nivel de disconformidad, basados solamente en el tono de su voz al llorar».

El profesor Nicolas Mathevon, de la Universidad de Lyon/Saint-Etienne y la Universidad Hunter College de Nueva York, comenta: «Esta investigación muestra que tendemos a atribuir erróneamente a los bebés, lo que sabemos de los adultos –que los hombres tienen tonos de voz más graves que las mujeres, cuando le hecho es que los tonos de voz de los niños no varían entre sexos, hasta llegada la pubertad. Las potenciales implicaciones para la interacción entre padres e hijos, y para el desarrollo de la identidad sexual de los hijos, son fascinantes y lo que intentamos es observar esto en extenso».

niños género

Los investigadores grabaron los llantos espontáneos de 15 niños y 13 niñas de edades promedio de cuatro meses. El equipo también alteró sintéticamente los tonos de llanto, dejando todos los otros elementos del llanto sin cambio, para asegurarse de poder aislar el impacto del tono por sí mismo. El grupo de adultos participantes fue una combinación de padres y no padres.

 

Traducción, CCV, El Ciudadano

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones