La ciencia se pregunta si la evolución humana continúa o se detuvo

La evolución puede ir a diferentes ritmos, pero normalmente sigue su curso, aunque sea demasiado lento. De acuerdo a un enfoque, los humanos ya no estamos sujetos a las fuerzas de la selección natural, pero un nuevo informe científico propone que la evolución del Homo sapiens continúa.

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Como especie, el Homo sapiens tiene sólo unos 200.000 años, por lo que no sería sorprendente que aún estuviéramos evolucionando, y rápidamente. Pero algunos argumentos han sugerido que nuestra evolución se detuvo hace 40 mil años, con la invención de la agricultura, que dio paso al desarrollo social y tecnológico.

Sin embargo, un nuevo informe científico publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), refuta esta teoría con evidencia de que nuestra especie aún está evolucionando.

La evolución puede ir a diferentes ritmos, pero normalmente sigue su curso, aunque sea demasiado lento, pero de acuerdo a un enfoque, los humanos ya no estamos sujetos a las fuerzas de la selección natural. Las enfermedades que un día fueron fatales ya no son un impedimento para la longevidad y la procreación.

Opuesta a este argumento, está la idea de que ciertos rasgos se están volviendo más comunes en el acervo génico (patrimonio genético/gene pool). Tal vez el más famoso es la capacidad que tiene la mayoría de los adultos de digerir lactosa. Alguna vez fue excepcionalmente rara, pero se propagó entre la población europea desde hace 4 mil años gracias a la ventaja de una fuente de nutrición extra

El autor del informe, doctor Jonathan Beauchamp, de la Universidad Harvard, cita la resistencia a la malaria y la capacidad de funcionar en condiciones de poco oxígeno a grandes alturas, como otros ejemplos de recientes formas de evolución de los humanos.

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Beauchamp observó la relación entre ciertos genes y un número de niños, usando datos de 20.000 personas que tomaron parte en un estudio sobre salud.

Entre los genes que Beauchamp eligió para estudiar, están aquellos conocidos por influir sobre las concentraciones de colesterol y los niveles de glucosa en ayunas. Otros afectan factores como la edad de la pubertad en las mujeres, que podrían cambiar la cantidad de hijos que la gente llega a tener.

No hubo evidencia clara de que la selección natural actuara en cinco de las siete mediciones que hizo Beauchamp. Aunque en algunos casos, muestras más grandes podrían revelar algo significativo en términos estadísticos, es probable que cualquier efectos sea lento y pequeño.

Beauchamp sí encontró evidencias, las que podrían «sugerir levemente que las variantes genéticas asociadas con edades más avanzadas de pubertad, podrían haber sido producto de una selección». El hallazgo se conflictúa con el pánico que a veces suscita la observación de que la edad de la pubertad está bajando, en supuesta relación con el embarazo adolescente.

La asociación más fuerte que encontró Beauchamp fue entre una baja tasa de natalidad y una serie de variaciones genéticas ligadas a los logros académicos en la educación superior. El hecho de que las personas con grados universitarios tengan menos hijos ha alarmado a algunos círculos, pero Beauchamp es el primero en mostrar que, como resultado, ciertos rasgos genéticos se están volviendo más escasos. Sin embargo, recalca que el efecto es lento: «Aunque la selección natural aún está en curso, el ambiente parece haber alcanzado un punto nulo en términos evolutivos». Después de todo, los niveles de colesterol están aumentando, las edades de pubertad están están cayendo y más personas siguen obteniendo grados académicos.

Por IFLScience

Traducción, El Ciudadano

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