La «Hipótesis del centinela» explicaría por qué el sueño de jóvenes y viejos es tan diferente

Se piensa que las diferencias en los momentos en que las personas van a dormir y despiertan podría deberse a un anacronismo, un resabio de cuando nuestros ancestros dormían en la intemperie, expuestos a depredadores y rivales en la oscuridad.

Un niño y un adulto de la tribu Hadza

Solemos apuntar a la omnipresencia de los smartphones y la tecnología cuando buscamos nuevas causas para nuestra falta de sueño, pero ahora hay un nuevo estudio que ofrece una mirada diferente, señalando que debemos mirar hacia atrás y buscar esas causas (al menos algunas) en nuestros ancestros.

Se piensa que las diferencias en los momentos en que las personas van a dormir y despiertan podría deberse a un anacronismo, un resabio de cuando nuestros ancestros dormían en la intemperie, expuestos a depredadores y rivales en la oscuridad.

El último estudio, publicado en Proceedings of the Royals Society B, sugiere que esta variación en los patrones de sueño asegura que siempre haya una persona despierta cuando alguien está en su momento más vulnerable del día; es decir, durmiendo. Se la conoce como la «hipótesis del centinela» y se basa en cómo otros animales sociales, como las suricatas, siempre tienen a uno vigilando el sueño de la manada, atento a la posible aparición de los depredadores.

Mientras la mayoría de los experimentos sobre patrones de sueño se habían conducido en ambientes de laboratorio muy controlados, los investigadores de la Universidad de Toronto en Canadá salieron a terreno y monitorearon los patrones de sueño del pueblo Hadza, en Tanzania, quienes aún mantienen el estilo de vida de cazadores-recolectores que antecedió a todos los humanos hace miles de años. Los autores del estudio dieron equipos de monitoreo del sueño a 33 miembros de una tribu, e hicieron un seguimiento de sus patrones de descanso durante 20 días y noches.

Durante un período de más de 200 horas, todos los miembros de la tribu estuvieron dormidos al mismo tiempo solamente por 18 minutos. En promedio, ocho individuos estaban alerta en cualquier momento, lo que representa un 40% del total del grupo.

Los autores también encontraron una diferencia entre los patrones de sueño de los Hadza jóvenes y los mayores. Resultó que las personas más jóvenes eran más propensas a ser ‘búhos nocturnos’, mientras los abuelos tenían más de ‘pájaro madrugador’.

«Los investigadores han teorizado que una de las razones de que los abuelos vivan tanto tiempo después de sus años reproductivos, es que su función es cuidar a los nietos», explica David Samson coautor del estudio, en una declaración. «Nuestra hipótesis es que el comportamiento de alondra (madrugadores)  y sus cortos períodos de sueño sirven para una función: los mayores son los centinelas cuando otros duermen. Por lo tanto, es importante que haya personas de todas las edades en una población», agrega.

Vía IFLScience

El Ciudadano

 

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