La sonda Cassini encontró posibilidad de vida en una luna de Saturno

La presencia de columnas de hidrógeno, detectadas por Cassini, se considera una evidencia prometedora de que, en el océano que hay debajo de la superficie gélida del satélite, estén ocurriendo reacciones químicas similares a las que se dieron en los océanos terrestres cuando comenzó a originarse la vida.

Ilustración de Cassini explorando entre las columnas de hidrógeno de Ensélado (NASA/JPL-Caltech/PA)

La eterna pregunta que nos hacemos al mirar hacia el cielo y pensar en la inmensidad del universo, es si hay vida en otros planetas. Esta pregunta volvió a resurgir cuando la sonda Cassini descubrió hidrógeno emergiendo en columnas desde Encélado (una de las lunas de Saturno), lo que indica la posible existencia de una fuente de energía para la vida microbiana, informa The Guardian.

La presencia de hidrógeno detectada por Cassini, y anunciada por la NASA, se considera una evidencia prometedora de que, en el océano que hay debajo de la superficie gélida del satélite, estén ocurriendo reacciones químicas similares a las que se dieron en los océanos de la Tierra cuando comenzó a originarse la vida.

En las fisuras de los océanos terrestres se dio un proceso llamado serpentinización, que produce hidrógeno cuando el agua salada reacciona con las rocas calientes. Esto es lo que permite que los microbios, que viven de hidrógeno, se desarrollen en las profundidades. Basándose en estos conocimientos, los científicos se preguntaron si en Encélado está ocurriendo lo mismo.

«Aunque no podemos detectar vida, hemos encontrado que hay una fuente de energía para ella». dice Hunter Waite, director del programa de la ciencia espacial e ingeniería del Southwest Research Institute en San Antonio (TX, EEUU) y conductor del estudio Cassini.

Con base en la concentración de hidrógeno estudiada en las columnas, los científicos calcularon que la actividad hidrotermal en Encélado produce energía más que suficiente para sustentar a una colonia hipotética de microbios.

Sin embargo, el descubrimiento de una fuente de alimento para vida en Encélado plantea un problema: si hay algo vivo en el satélite, ¿por qué no se está consumiendo todo el hidrógeno disponible? El excedente de hidrógeno podría ser un indicador de la ausencia de vida o de la baja actividad de los microbios que allí podría haber.

A medida que saturno avanza por su órbita, se ha observado que las columnas de hidrógeno varían en intensidad y no se sabe si las condiciones habrían sido lo suficientemente estables para que se iniciara una reacción en cadena que llegase a la emergencia de vida ininterrumpidamente. En la Tierra este proceso tomó millones de años y la vida se disparó después de que se reunieran una serie de condiciones favorables. Pero no se sabe si en Encélado está ocurriendo los mismo.

Tristemente, el hallazgo surge justo cuando Cassini se está quedando sin combustible y la misión está llegando a su final. En septiembre, la nave pasará por el borde interior del sistema de anillos y se precipitará contra la atmósfera de Saturno, donde se vaporizará. Será el «Grand Finale», como lo llama la NASA. Luego de este dramático cierre, podrían pasar una o varias décadas antes de que se inicie una nueva misión a Saturno y a sus satélites.

El Ciudadano

 

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