Los dodos fueron aves más inteligentes de lo que se creía

Lo llamaron 'estúpido' por ser un ave muy fácil de cazar. Los humanos provocaron su extinción en el Siglo 17, a menos de 100 años desde que el ave se encontrara con nuestra especie. Ahora, un estudio lo reivindica con una inteligencia que no se le conocía.

Por Sofia Olea

26/02/2016

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dodo

Cuando en el siglo XVI los europeos llegaron a la isla Mauricio en el océano Índico se encontraron con un ave torpe, que no podía volar y que por lo tanto era fácil de cazar. Hasta la llegada de los europeos a la isla, el dodo, como lo llamaron los portugueses, no había tenido contacto con el ser humano, por lo que no lo veía como una amenaza. Con la caza y la introducción de animales que llegaron con el hombre, el ave desapareció en menos de 100 años. Fue vista por última vez en 1662.

Tras el descubrimiento de la isla por los portugueses a principios del siglo XVI, los primeros colonos holandeses la habitaron en 1598, “pero los dodos no les tenían miedo y fueron arreados en barcos y usados como carne fresca para los marineros”, explica Eugenia Gold, investigadora en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York y autora principal del estudio publicado en Zoological Journal of the Linnean Society.

Su reputación pronto se popularizó: el ave apareció en «Alicia en el País de las Maravillas» y más tarde en la película «La Era del Hielo». Lod dodos se han usado como ejemplo de estupidez, obsolescencia y extinción. Pero a pesar de la creencia de que el dodo (Raphus cucullatus) era un animal tonto, la nueva investigación revela que en realidad no lo era. Los científicos estadounidenses y daneses señalan que el tamaño total de su cerebro, comparado con su tamaño corporal, era similar al de las palomas, cuya capacidad para ser entrenadas denota cierto nivel de inteligencia.

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“Su cerebro no es extraordinariamente grande o pequeño; tiene exactamente el tamaño que debería tener si se tiene en cuenta su tamaño corporal”, admite Gold, quien agrega que si se toma como referencia el tamaño del cerebro para determinar la inteligencia, los dodos probablemente tuvieron una inteligencia similar a la de las palomas. “Esto nos da una medida básica”, señala.

Para evaluar el cerebro del dodo, los investigadores monitorizaron un cráneo bien preservado en las colecciones del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido) y lo escanearon gracias a la tomografía computarizada de alta resolución. Asimismo, escanearon los cráneos de siete especies de palomas.

Con todas estas imágenes, la científica pudo reconstruir la forma interna del cráneo para determinar el tamaño total del cerebro, así como el tamaño de otras estructuras. Estas se compararon con las del pariente más cercano del dodo, el recientemente extinto (también por causa humana) solitario de Rodríguez (Pezophaps solitaria), y así descubrieron que el cerebro del dodo estaba proporcionado.

Pero el estudio también demuestra que tanto el dodo –también llamado dronte– y el solitario de Rodríguez tenían un gran bulbo olfatorio, la parte del cerebro responsable del olor. Según los científicos, se trata de un rasgo poco característico de las aves, que en principio dependen más de la vista que de su capacidad olfativa, y como consecuencia tienden a tener bulbos ópticos mayores que los olfatorios.

Los autores sugieren que esto pudo deberse a que tanto el dodo como el solitario de Rodríguez eran aves terrestres que dependían del olfato para encontrar comida como frutos, pequeños vertebrados terrestres y animales marinos como moluscos.

Fuente, SINC.

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